Comienza la Cumbre de la OTAN en Madrid, que servirá de presentación y discusión del Concepto Estratégico 2022. Es el documento de partida de la organización, ya que identifica las amenazas y revela prioridades. Encuentro tres hechos principales. El primero es el reconocimiento de Rusia como Estado disfuncional, ajeno a los estándares liberales y con ánimo de revancha. Esta preocupación es creciente, una vez que el putinismo no tiene interés en recuperar una relación pacífica, sino que persigue una revisión completa del statu quo de 1945 (Yalta y las zonas de influencia), 1978 (Helsinki y la inviolabilidad de las fronteras) y 1989 (Berlín y la caída del Muro). La invasión de Ucrania confirma estos temores. El putinismo tiene un plan, armamento nuclear y poca intención negociadora.
El segundo eje es la extensión de la seguridad a los nuevos dominios, la ciberseguridad y el espacio exterior. Las capacidades militares convencionales se revisan para adaptarse a los conflictos que vienen. El asunto digital es previsible, aunque su impacto en las operaciones rusas en Ucrania es menor del esperado. El espacio es el nuevo dominio operacional que prefigura la recolección de información, la respuesta ante las crisis o la propia gestión de las misiones.
El tercer acontecimiento es la extensión del mandado de Jens Stoltenberg como secretario general hasta septiembre de 2023, una prórroga inesperada e ineludible. El acontecer de la guerra perfila un nuevo mandatario con perfil propio, definido, acorde con la gravedad de la situación. Pierden peso Theresa May, Federica Mogherini o Annegret Kramp-Karrenbauer ante el empuje de las candidaturas procedentes de países de Europa del Este. Apunten el nombre de Dalia Grybauskaite, la veterana presidenta de Lituania (2009-2019) y partidaria de una línea dura de acción contra Rusia.
La cuestión española de la OTAN es cómo defender los intereses estratégicos fuera de estos tres ámbitos. No somos frontera con Rusia. No somos la referencia en los nuevos dominios. No tenemos aún un candidato en la carrera.
Nuestra clave de seguridad reside en el flanco sur, espacio en el que convergen los problemas de insurgencia, piratería y terrorismo"
Nuestra clave de seguridad reside en el flanco sur, espacio en el que convergen los problemas de insurgencia, piratería y terrorismo. En Argelia, crece la tensión. Marruecos ha sabido jugar sus cartas y emplea sus recursos para hacer avanzar una agenda política en el Mediterráneo con movimientos pendulares similares a los emprendidos por Turquía. Libia es el puente preferente para las mafias ante la ausencia de instituciones sólidas. En Mali, Sudán o República Centroafricana, las guerras privadas del grupo Wagner pavimentan la influencia rusa sobre el terreno y cortocircuitan cualquier iniciativa de paz o democratización.
Las migraciones son la expresión de los problemas que no terminamos de querer diagnosticar y resolver. El terrorismo o la inestabilidad política no operan en el vacío, sino en contextos políticos y sociales que merecen nuestra atención. Por eso, es importante que España lidere la comunicación pública sobre las nuevos territorios de la seguridad internacional, aunque la agresión rusa no nos permita pensar en otra cosa. No estamos ante un problema de tamaño o prioridad, sino de incorporar la cuestión mediterránea como foco de problemas que desestabilizan la comunidad política transatlántica.
En el flanco sur, España puede confirmar su capacidad internacional en tres niveles. El primero es su compromiso como socio y líder de operaciones y misiones internacionales. La progresiva retirada de Francia abre nuevos escenarios en Mali o Senegal. Sin embargo, se requiere la dotación de recursos y el deseo de liderar la voz europea sobre el terreno.
El segundo aspecto relevante es la relación bilateral con Estados Unidos. Morón de la Frontera y Rota están bien consideradas, pero existe margen de mejora. En un momento de transición, AFRICOM -Mando Militar estadounidense para África- podría prolongar su presencia y trasladar recursos y personal desde Stuttgart hacia el Sur. Italia ya ha movido ficha para mejorar la posición competitiva de Nápoles, en caso de ampliación.
La protección de los intereses de España pasa por la extensión de la agenda hacia el Mediterráneo y el continente africano"
La tercera decisión es el refuerzo de la industria de la defensa a través las exportaciones, el fortalecimiento de la industria y la apuesta por el I+D. La defensa es una actividad económica rentable, que genera empleo y valor añadido, al tiempo que confirma las capacidades internacionales de un país. Si se aspira a mayor influencia internacional, la industria de la defensa debe contar con las magnitudes adecuadas.
En suma, la protección de los intereses de España pasa por la consolidación internacional como socio fiable, que transita de cumplidor en las operaciones en el exterior a líder de los intereses europeos sobre el terreno, y la extensión de la agenda hacia el Mediterráneo y el continente africano. Acción militar y valores políticos condicionan la relevancia de España y el vínculo transatlántico. Bienvenidos, pues, al Concepto Estratégico que nace de la Cumbre Madrid.
Juan Luis Manfredi es catedrático Príncipe de Asturias en Georgetown University.
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