El País Vasco y San Sebastián se convertirán los próximos 25 y 26 de julio en el epicentro del debate sobre Europa, los peligros que acechan a las puertas de la Unión y los retos que como Comunidad internacional nos hemos fijado para hacer frente a problemas de dimensiones hasta hoy desconocidas. El actual comisario de Justicia de la Comisión Europea, Didier Reynders, visitará España por primera vez para impulsar una reflexión conjunta en torno a cuestiones tan importantes como el papel del Estado de derecho en el proceso de integración de Europa.
El foro, de dos días, es una de las iniciativas de la Academia de Práctica Jurídica Europea, que cuenta con la colaboración del Colegio de Registradores, con el objetivo de promover el conocimiento de las instituciones de la Unión Europea, estimular el debate sobre la Unión entre académicos, profesionales y estudiantes, y sentar las bases de un análisis necesario en estos tiempos en los que la Unión Europea y sus Estados miembros se encuentran ante desafíos de gran calado. Los acontecimientos que se han ido sucediendo a lo largo de los últimos meses y años, entre ellos la cruenta guerra en Ucrania o las consecuencias de la pandemia, han evidenciado que somos vulnerables. Todos. Por muy próspera que fuese nuestra economía o por muy sólida que fuese nuestra arquitectura institucional, los europeos hemos constatado que sólo la unión fomenta la fortaleza; y que la división acrecienta nuestras debilidades.
Europa tiene un plan. Y lo manifestó negro sobre blanco a finales de 2019, cuando las instituciones europeas lanzaron una ambiciosa hoja de ruta para la modernización de la Unión. El plan constaba de seis líneas estratégicas. La primera, una revolución verde para impulsar el primer continente climáticamente neutro. La segunda, la revolución digital, para desarrollar la digitalización y hacer de Europa una referencia a nivel global.
La tercera línea estratégica prevé fomentar una economía al servicio de las personas, capaz de crear empleos de calidad y de mejorar el nivel de vida de sus ciudadanos. La cuarta línea estratégica se fundamenta sobre la base de fortalecer la posición de Europa en el mundo, defendiendo el multilateralismo y un orden mundial basado en normas. La quinta y sexta línea de trabajo están orientadas a promover el modo de vida de los europeos, defendiendo el Estado de derecho y nuestros valores, así como a impulsar nuestra democracia frente a injerencias externas, la desinformación o la incitación al odio.
¿Debe la Unión Europea impulsar una respuesta militar al conflicto de Ucrania?, ¿debe modificar su régimen energético?, ¿qué desafíos debe abordar la política exterior?, ¿cómo debe afrontarse la transformación digital?
Con todo, a principios de 2020, la expansión mundial del Covid–19 quebró nuestra capacidad de dar una respuesta unitaria y europea a una pandemia global. Después, hemos tenido que afrontar las graves consecuencias macroeconómicas de la ralentización de la economía y, cuando empezábamos a ver con optimismo el futuro, la plaga de la guerra nos ha golpeado con violencia.
El contexto exige una reflexión profunda en el seno de las instituciones europeas acerca de cuál es el papel que la Unión Europea está ya llamada a jugar hoy y en nuestro futuro más inmediato. También sobre en qué medida el entorno hostil ha afectado al plan estratégico previo. Esa reflexión se nutrirá del debate que tendrá lugar en el donostiarra Palacio de Miramar a partir del 25 de julio, un espacio que reunirá a importantes funcionarios de las instituciones europeas, así como a representantes de las instituciones de nuestro país, y en el que se abordarán temas trascendentales para el futuro común.
¿Debe la Unión Europea impulsar una respuesta militar al conflicto de Ucrania?, ¿debe modificar su régimen energético para hacer frente al desarrollo sostenible aun cuando eso implica una dependencia de Estados contrarios a nuestros valores?, ¿cómo debemos actuar cuando una empresa que opera en Europa y defiende nuestros valores también lo hace fuera de la Unión pero ejecuta prácticas contrarias a ellos?, ¿cuáles son los desafíos que debe abordar la política exterior de la Unión Europea?, ¿cómo debe afrontarse la transformación digital?
Los Registradores, presentes en todos los países de la Unión Europea, a través de ELRA (Asociación Europea de los Registros de la Propiedad) o de EBRA (Asociación Europea de los Registros Mercantiles), como servidores públicos que velan por la defensa de la legalidad y del Estado de derecho, puestas al servicio del desarrollo económico y social, consideramos que urge abordar temas de vital importancia para la estabilidad social y para garantizar el bienestar de los europeos. Son muchas las incógnitas y las preguntas que nos hacemos sobre el futuro de Europa y de nuestros respectivos países. Pero juntos, unidos, será más fácil alumbrar el camino.
María Emilia Adán García, decana del Colegio de Registradores de España
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