Les llaman cryptosectas, cambian de nombre cuando se ven acorralados por la Policía y se dedican presuntamente a la estafa piramidal ofreciendo cursos para aprender a invertir en cryptomonedas. Han captado a más de 3.000 personas en España, muchos de ellos menores de edad. Celebran reuniones multitudinarias alquilando grandes espacios, lo intentaron en el Coca-Cola Arena de Dubai pero las autoridades se lo impidieron, sin embargo en España les dejamos actuar. Estos días otro grupo inversor celebra una convención en el el Wizink Center, antes lo hicieron otros similares en el Palacio Olímpico de Badalona, gastan en ello millones de euros porque saben que en esos actos consiguen muchos más. Se enfundan el disfraz de inversores en cryptomonedas cuando tienen prohibido ofrecer productos de inversión en nuestro país, eligen como maestros de ceremonias a personajes populares como Jorge Fernández, Cristina Pedroche y Pablo Chiapella que rechazan hacer el trabajo al conocer sus antecedentes.
La mayor organización a nivel mundial que realiza estas peligrosas actividades es IM Academy que ya ha cambiado tres veces de nombre, nació en Estados unidos se extendió por America Latina y Europa y su sede principal se encuentra en Emiratos Árabes Unidos, su tarea "oficial" ofrecer cursos de formación en cryptomonedas por 3.000 euros. Uno de sus líderes en España era Ivan Briongos hasta que fue detenido en marzo pasado por la Policía pero la organización no detuvo sus actividades y sigue adelante, ahora incluso quieren lanzar su propia cryptomoneda, el token, aunque todos los organismos incluida la Comisión Nacional del Mercado de Valores alertan sobre sus prácticas peligrosas.
En un mes lavaron el cerebro a mi hijo de 16 años, ha dejado sus estudios, trabaja como peón de albañil y todo lo que gana se lo gasta en la cryptosecta haciendo curso"
Y mientras captan cada día más adeptos, cada vez más jóvenes dispuestos a hacerse ricos sin esfuerzo, los padres de muchos chicos ya captados entregaron 90.000 firmas al Ministerio de Justicia pidiendo que se prohíba su actividad por "fraudulenta e ilícita porque siguen captando a menores". Uno de esos padres me contaba "En un mes lavaron el cerebro a mi hijo de 16 años, ha dejado sus estudios, trabaja como peón de albañil y todo lo que gana se lo gasta en la cryptosecta haciendo cursos. Vive en un piso patera con más jóvenes enganchados como él". Me asegura que la policía que detuvo a sus líderes en marzo tiene las manos atadas porque no disponen de instrumentos legales para llegar más lejos, les acusan de estafa, publicidad engañosa y organización criminal. Y se queja amargamente que "ningún organismo del Gobierno se ha interesado por nuestros hijos y somos más de 500 familias las que estamos en esta situación". Aseguran estos padres que los organizadores del negocio han editado incluso "guías para comunicarse con los padres" para que no sospechen de las actividades de su hijo cuando empiece a ganar dinero y a desaparecer de casa, porque la filosofía que les transmiten a los más jóvenes es muy simple "vuestros padres se equivocan creyendo que con esfuerzo se consiguen los objetivos que buscas en la vida, no es así, se puede vivir muy bien con muy poco esfuerzo. Solo a través de nuestra empresa vas a ser rico". Mensajes claros y directos que consiguen captar la atención de miles de menores en todo el mundo, están presentes en más de 120 países.
Los líderes de las sectas siempre actúan de la misma forma, emplean maneras de telepredicador desde el escenario, se autodenominan líderes, ceos o chairman en los eventos, simulan vivir rodeados de lujo, enseñan fajos de billetes, viajan por todo el mundo, y se aprovechan de la prensa aceptando todo tipo de entrevista, aunque sea contraria a sus propósitos, para divulgar su mensaje y captar más adeptos. En los últimos años añaden a su retrato robot la conspiración, la mayoría dicen estar contra el sistema de los Bancos, contra los periodistas comprados por el poder político, se erigen como activos negacionistas de las vacunas contra el Covid y hasta denuncian que la invasión de Ucrania no existe y es solo una recreación cinematográfica para tener al mundo en un puño.
No importa como se llame su empresa o qué persona diga ser el jefe, si coincide con estos argumentos quien le vende a usted cursos para ser traiding o saber invertir en cryptomonedas no lo dude, esta a punto de ser captado por una cryptosecta. Vigilen con sus hijos.
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