Hace una semana el Consejo de Ministros otorgó a RTVE 360 millones de euros extra por conceptos como “transportes de señales de emisión de TDT” o “emisión de radio en FM”. Esos centenares de millones se presupuestan a parte de los 800 recibidos en 2021, un 21,4% más que el año anterior. Solo los informativos cuestan 153,5 millones de euros. Solo en sueldos se va una fortuna de 425 millones al año, porque el ente público tiene el doble de empleados que Atresmedia y Mediaset juntas, con una audiencia que no llega ni a la mitad de las privadas. Dicen que quieren parecerse a la BBC que ven un 48% de los británicos, cuando TVE no llega ni al 10% de media y está a la cola de las audiencias de las televisiones públicas europeas. Además desde hace 12 años renunciaron a la publicidad para aumentar los ingresos a las privadas, a ellos ya les subvencionamos todos los españoles.
Cuando llegó el Gobierno de Sánchez quisieron crear un comité de expertos (elegidos por los partidos) y decidir así entre ellos el Consejo de Administración. Por su experiencia y su currículum llegaron a la final 20 de los casi 100 propuestos, pero la ley hecha con ideología de género tiró el concurso de méritos por la borda, la paridad hombre-mujer era imprescindible y eliminó a los mejores, para que subieran en la lista personajes mediocres, algunas mujeres sin experiencia ninguna pero bien posicionadas en algún partido. Y ese comité es el que gobierna hoy RTVE.
Trabajé en varias etapas para RTVE, en los 80 como reportero desde los estudios de Sant Cugat, en el 2000 como colaborador por las mañanas y en el 2019 como productor y director de un programa. Siempre vi lo mismo, magníficos profesionales sin ilusión por su futuro profesional. Algunos empleados, hartos de ver como “los elegidos” por el director general se llevaban los presupuestos a manos llenas, cogían sus migajas del pastel, como en los 80 cuando salíamos a grabar un reportaje a 100 kmts de los estudios centrales y producción exigía hotel, comidas, cenas y desayunos para todo el equipo, pero el reportaje se grababa en dos horas y todos volvíamos a casa, de forma que ese dinero se repartía entre los empleados. No podía creer lo que veían mis ojos, la primera vez que me invitaron a probar el vino Vega Sicilia fue a cargo del erario público. Los que hicimos nuestras carreras profesionales en empresas privadas, no comprendimos nunca lo que sucedía y sigue sucediendo en RTVE.
Se incide mucho en el “poder” que el ente público tiene sobre las campañas electorales y de ahí que los partidos presionen sin medida para colocar a los suyos, en especial en los informativos. Eso es completamente cierto. Pero el poder de la audiencia, baja de TVE y aún más baja de RNE, no justifica tanta manipulación. Lo que persiguen los partidos es colocar a los suyos para quedarse con el trozo grande del pastel, me refiero a la producción de programas de televisión.
La gran batalla de Podemos contra el dimitido Tornero no fue porque colocara en algunos cargos a personas del PP, sino porque le quitó el programa a Jesús Cintora, producido por José Miguel Contreras, ex presidente de La Sexta. Ese programa costaba casi 45.000 euros diarios. Contreras se embolsó 1.400.000 solo con ese programa y produjo varios más, de hecho se publica que prepara otro con Julia Otero con un presupuesto de 5 millones de euros. No crean que ni Cintora ni Julia se llevan la mayor parte de ese dinero, lo hace siempre la productora. Esta es la batalla que se está librando en RTVE, no es solo política.
Contreras junto a Miguel Barroso, ex secretario de Estado de Comunicación con Zapatero, son quienes asesoran a Pedro Sánchez en cuestiones mediáticas. El Presidente les recibe a menudo en Moncloa y les llama varias veces al día, como antes hacía con Iván Redondo para conocer su opinión. Han recibido la orden de detener la deriva que anuncian las encuestas y evitar el fracaso en las próximas municipales, autonómicas y generales, y lo primero que le han pedido al Presidente es el control total sobre RTVE como ahora van a tener. Una vez el negocio esté atado y bien atado, le harán la campaña al Presidente, como antes hicieron con Zapatero. Solo son negocios.
Hace una semana el Consejo de Ministros otorgó a RTVE 360 millones de euros extra por conceptos como “transportes de señales de emisión de TDT” o “emisión de radio en FM”. Esos centenares de millones se presupuestan a parte de los 800 recibidos en 2021, un 21,4% más que el año anterior. Solo los informativos cuestan 153,5 millones de euros. Solo en sueldos se va una fortuna de 425 millones al año, porque el ente público tiene el doble de empleados que Atresmedia y Mediaset juntas, con una audiencia que no llega ni a la mitad de las privadas. Dicen que quieren parecerse a la BBC que ven un 48% de los británicos, cuando TVE no llega ni al 10% de media y está a la cola de las audiencias de las televisiones públicas europeas. Además desde hace 12 años renunciaron a la publicidad para aumentar los ingresos a las privadas, a ellos ya les subvencionamos todos los españoles.
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