Este verano que acaba de pasar será recordado por el calor, los incendios y la sequía inéditos, entre otras catástrofes que han perturbado gravemente la vida normal de la gente en muchos países. Son recordatorios de que el cambio climático ya no es un problema del futuro, sino del presente. Y como una crisis global que nos afecta a todos, debe ser tratada por todos, pues ningún país o región puede enfrentarla por sí solas.

En septiembre de 2020, el presidente Xi Jinping anunció el solemne compromiso de China ante el mundo: China trabajará por alcanzar el pico de emisiones de CO2 en 2030 y la neutralidad del carbono en 2060. Esto implica que China, como mayor país en desarrollo del mundo, se propondrá hacer la mayor reducción de la intensidad de las emisiones de carbono del mundo y pasar del pico de carbono a la neutralidad de carbono en el menor tiempo de la historia mundial.

El cumplimiento de las metas de emisiones y la neutralidad de carbono llaman a emprender una amplia y profunda transformación económica y social

La armonía entre el hombre y la naturaleza es un destacado distintivo de la modernización china. Para ello, el cumplimiento de las metas de pico de las emisiones y la neutralidad de carbono llaman a emprender en la sociedad china una amplia y profunda transformación en las áreas económica y social, a través de la cual China busca superar los problemas peliagudos de los recursos naturales y del medio ambiente, propiciar aún más el desarrollo sostenible, adaptarse a la nueva ronda de revolución científico-tecnológica, reajustar y actualizar la estructura económica; satisfacer las crecientes aspiraciones de la población a un entorno de la vida más limpio y amistoso con la naturaleza. China asume las responsabilidades de una gran nación y aboga por la construcción de una comunidad de futuro compartido de toda la humanidad.

Para ello, China ha tomado una serie de iniciativas con tangibles resultados.

1. Fomentar las nuevas energías. China es líder mundial en la capacidad instalada de generación de energía hidroeléctrica convencional, eólica, solar y de biomasa: hasta junio de 2022, la capacidad de generación de energía renovable instalada en China alcanzó los 1.118 millones de kilovatios (400 millones de kilovatios de energía hidroeléctrica, 342 millones de kilovatios de energía eólica, 336 millones de kilovatios de energía fotovoltaica y 39,5 millones de kilovatios de energía de biomasa). 

Desde 2014, China ha reducido el consumo de energía por unidad de PIB en un 20% acumulado, sustentando un crecimiento promedio del 6,2% con un crecimiento medio anual del consumo de energía del 2,9%. El consumo de carbón se redujo del 65,8% en 2014 al 56% en 2021, lo que supone un descenso medio anual de 1,4%, el más rápido de la historia; mientras que el consumo de energías limpias aumentó del 16,9% al 25,5%.

2. Construir las nuevas infraestructuras. Según el XIV Plan Quinquenal, China toma como prioridad la construcción de grandes bases eólicas y fotovoltaicas en las zonas desérticas del Gobi. En la actualidad, el primer lote de proyectos, con una capacidad instalada de 100 millones de kilovatios, ha comenzado a construirse; el segundo lote de proyectos se ha dado a conocer; el tercer lote de proyectos se está planificando.

3. Crear los nuevos modus vivendi. En 2021, la buena calidad de aire en las 339 ciudades principales de China representa el 87,5% del año, lo que supone un aumento del 0,5% interanual; el 64,3% de las ciudades cumplieron las normas de calidad del aire durante el año; y la concentración media anual de partículas finas (PM2,5) fue de 30 microgramos por metro cúbico, un descenso del 9,1% interanual. Bloomberg comenta que EEUU tardó 30 años en reducir la proporción de emisiones de partículas en un 44% desde 1970 y en cambio, China hizo un descenso del 40% en tan sólo 7 años.

En el primer semestre de 2022, China vendió 2,6 millones de vehículos de nueva energía, 61,6% del total mundial, con una tasa de penetración en el mercado del 21,6%. China ha construido 3,98 millones de pilas de recarga y 1.625 estaciones de intercambio de baterías. Los taxis y autobuses de conducción basada en inteligencia artificial han sido puestos en ensayo comercial en más de 10 ciudades. Gracias a la profunda integración de la revolución energética y la revolución digital, el modus vivendi del pueblo chino está atravesando cambios vertiginosos.

4. Promover una nueva cooperación energética. Hoy por hoy, China está llevando adelante cooperación con más de 100 países y regiones en proyectos de energía verde, aportando tecnología y equipos de energía nuclear, como Hualong-1 y la tecnología de transmisión de corriente continua de ultra alto voltaje. Los productos fotovoltaicos chinos se han exportado a más de 200 países y regiones, incluida España, y las turbinas eólicas hechas en China representan casi la mitad de la producción total mundial. Al tiempo de impulsar la propia transformación, China ha hecho una importante contribución al desarrollo mundial de energías renovables y a la construcción de un mundo más limpio y bonito.

China desea reforzar el diálogo con la UE sobre cambio climático y política energética

La gobernanza global en materia energética requiere una cooperación y mecanismos multilaterales. La adhesión al multilateralismo es un consenso importante entre China y la UE. China desea reforzar el diálogo con la UE sobre el cambio climático y la política energética, aboga por un concepto de gobernanza global de consultas entre todos, de construcción por todos y con beneficios bien repartidos entre todos, y se dispone a trabajar juntos con todos los países para hacer frente a los desafíos globales. Mediante acciones y medidas prácticas, se logrará un desarrollo más inclusivo, equilibrado y equitativo y se construirá un mundo más limpio, bello, próspero y habitable.

Zhu Jingyang es Cónsul General de la República Popular China en Barcelona.