Ahora Sánchez va a exhumar a José Antonio Primo de Rivera y a Queipo de Llano, o más bien los va a trasplantar, sacando al aire su raíz honda y húmeda de sangre e historia, como mandrágoras. El día que se acaben los muertos, como cuando se acabe el dinero de los ricos y el dinero de Europa, el día que se acaben las monedas enterradas de los muertos y las monedas de oro de muela de los demás, no sé qué hará Sánchez. Sánchez parece que gobierna con un detector de metales, que lo mismo se encuentra una momia de la guerra, con su hebilla de soldado o su cruz de monaguillo brillando entre el esqueleto como un escarabajo egipcio, que se encuentra un mechero de oro de los señores de los puros, como una pistola de oro de un criminal muy poco discreto. Con eso Sánchez hace política, hace economía o hace una colección de buscador de playa, heterogénea y grimosa, entre el tesoro, el fetiche, la basura, el exvoto y la acusación.
Te puede interesar
Lo más visto
- 1 Telefónica no cedió a la presión de Sánchez para defender la causa de Begoña Gómez
- 2 Las siete casas que acorralan a Ábalos un año después del inicio del 'caso Koldo'
- 3 'El Ministerio del Tiempo' cumple diez años: todos sus secretos
- 4 Trump se la juega a Jordania: “Es una declaración de guerra”
- 5 Avance de 'Sueños de libertad' este lunes 24 de febrero
- 6 La larga lista de falsos infiltrados que ETA asesinó
- 7 Europa mira a Alemania
- 8 Bruselas decide bajar el tono y negocia con Trump para evitar la llegada de los aranceles
- 9 Un nombre sale a relucir en 'La Promesa' y un personaje le invoca