En muy pocos años la Inteligencia Artificial, en su estado actual de desarrollo, ha demostrado sus capacidades e impacto en nuestras economías y muchos sectores productivos. Cada vez más se erige en el factor clave para incrementar la competitividad de muchas empresas a través de sus procesos de automatización, la potenciación de sus ventas o la personalización de productos y servicios. En muy pocos años hemos pasado de referirnos a casos de uso mediáticos (“la IA nos gana al ajedrez o al “go”) a presenciar cómo se incorpora de forma decisiva en nuestras empresas y en nuestras vidas.
El liderazgo y hegemonía económica y militar de los países -básicamente entre China y Estados Unidos- se dirime a través de la explotación del potencial de la IA. La propia guerra entre Ucrania y Rusia -y su sorprendente desarrollo- desvela a través de algunas vertientes el rol que podría estar teniendo la IA en la toma de decisiones estratégicas, procesamiento de datos e investigación, reconocimiento de objetivos, etc. Los drones y la IA se pueden combinar para múltiples funciones como monitorear áreas, identificar riesgos y comunicar información sobre amenazas a los equipos de reacción relevantes.
Ya caben pocas dudas de que la IA es la tecnología que permitirá acometer casi todos los retos importantes de la humanidad
El Congreso de Inteligencia Artificial de Alicante organizado por El Independiente en su V edición se dedica a un tema extraordinariamente relevante en la actual coyuntura internacional: la energía. La IA puede crear una capa de coordinación inteligente en la generación, transmisión y uso de energía. Al hacerlo, la tecnología puede ayudar a las partes interesadas a identificar patrones y conocimientos en los datos, aprender de la experiencia y mejorar el rendimiento de los sistemas, y predecir y modelar los posibles resultados de situaciones complejas. La IA se utiliza ya para optimizar las redes de energía mediante la gestión de los flujos de energía entre los hogares, las empresas, las baterías de almacenamiento, las fuentes de energía renovable, las microrredes y la propia red eléctrica . Esto reduce el desperdicio de energía y puede optimizar su consumo.
Además de ser decisiva en cuestiones militares y energéticas, ya caben pocas dudas de que la IA es la tecnología que permitirá acometer casi todos los retos importantes de la humanidad (conservación del planeta, medio ambiente, enfermedades complejas, exploración espacial..). Pese a esto, sigue habiendo una importante brecha entre países y áreas. EE.UU. y China (junto algunos pequeños países) lideran el desarrollo de la IA, mientras que la Unión Europea sigue su tradicional senda de dependencia tecnológica. Europa sin una política ambiciosa y comparativamente equiparable a la de China o EE.UU, está abocada a una peligrosa dependencia económica, militar y tecnológica. Nuestra estrategia regulacionista, ética o en torno a los riesgos será papel mojado en una coyuntura de debilidad económica y militar.
La estrategia española y europea de “transformación digital” que cacareamos complacientemente se basa en gran medida en importar tecnología desarrollada por terceros países. No tenemos empresas relevantes especializadas que compitan internacionalmente entre las grandes. Las existentes nos tropezamos con un entorno caracterizado por un mercado fragmentado y una desconfianza que se genera por las enormes restricciones sobre los datos, la materia prima fundamental de la IA. Igualmente los estados de la UE no son conscientes de las desventajas de las startups europeas especializadas en IA. Todavía hoy sus productos y soluciones son ninguneadas en licitaciones y compras de las propias administraciones en cuyas licitaciones les exigen garantías que se corresponden con las empresas tecnológicas ya consolidadas.
La foto de Europa y España que se recoge en el Índice de Desarrollo de la IA en países, elaborado por el Grupo de Investigación “Economía de la Innovación y la Inteligencia Artificial'' de la Universidad de Alicante no deja lugar a dudas. Europa está más cerca del pelotón de retrasados que de los líderes.
Algunos casos de éxito aislados están alimentando un conformismo -e incluso optimismo- injustificado. Hace dos años de la publicación de nuestro libro “Europa frente a EE.UU y China. Prevenir el declive en la era de la IA”. frecuentemente continua entre los más vendidos de Amazon. Pero las políticas recomendadas y necesarias para un cambio de rumbo relevante siguen brillando por su ausencia.
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