Es una realidad y lo van a hacer. Le han puesto fecha, el 1 de octubre del 2023, para celebrar así el sexto aniversario del golpe al Estado del 2017. Saben que es ahora o nunca, pocas veces tuvieron al gobierno central comiendo de su mano, hasta en círculos privados confiesan que "nunca pensamos que iba a ser tan fácil". En sus cálculos de futuro esperan que les necesite para gobernar Feijóo y a cambio no se atreva a derogar los hitos conseguidos con Sánchez. Ya actuaron de esa forma con Aznar y consiguieron todo lo que pedían, hasta eliminar a líderes del PP incómodos a la causa como Vidal-Quadras.
Curiosamente Sánchez, que engaña sin pestañear, con ERC cumple su palabra y está escrito en los pactos entre ambos partidos desde enero del 2020 cuáles son las condiciones para llegar a ese referéndum.
Primero pidieron la amnistía para los condenados por el 1 de octubre y fueron los equipos jurídicos del PSOE quienes indicaron a Moncloa que si concedía una amnistía podía acabar siendo imputado, por lo que optaron por una amnistía encubierta. Primero los indultos, después eliminación del delito de sedición, más tarde limitar el de malversación de fondos públicos y terminar con la celebración de un referéndum pactado, “como en Quebec” dicen sus socios independentistas, olvidando que allí perdieron el referéndum los secesionistas.
Este es el plan de ruta de Junqueras pero no de todos ellos. La imputada Laura Borràs está por volver a echarse al monte, o a Waterloo, y aprobar una declaración de independencia unilateral. Laura Borràs tiene prisa para que llegue el día que los jueces de los Tribunales catalanes los elijan ellos y así no tener que preocuparse por los 6 años de cárcel que le pide Fiscalía por adjudicar 335.000€ de dinero público en 18 contratos a un amigo suyo que resultó ser narcotraficante.
Para que esta hoja de ruta hasta el referéndum tenga éxito para los golpistas, hay que asegurar que cuando ya no esté Sánchez no sea derogada por el Tribunal Constitucional, por eso hay que tener mayoría en él y que lo presida un magistrado comprometido con la causa. Fue el Constitucional quien paró en 2008 el Plan Ibarretxe y también el referéndum ilegal de Artur Mas en 2014.
Sabe Junqueras que él tiene más futuro político en España que Sánchez y quiere dejarlo todo atado y bien atado. Se ve el ex presidiario de vicepresidente de la Generalitat con un títere como Salvador Illa de President, con el que pueda hacer y deshacer a su antojo. El futuro de Puigdemont ya no le preocupa a nadie y mucho menos a los suyos, Rufián terminará de alcalde en Santa Coloma de Gramenet a regañadientes y por orden directa de Junqueras, porque no quiere volver a casa, vive muy bien en Madrid con sus más de 7.000 € al mes y poco trabajo en su agenda. Marta Rovira dejará su retiro en Suiza para colocarse de nuevo en las filas del partido y apunta como candidata para sustituir a Rufián en el Congreso.
Los expertos en crear fronteras donde no las hay, dividir a las personas por apellidos, idioma y origen, los que escribían barbaridades xenófobas, son quienes gobiernan Cataluña y tienen el poder sobre el Gobierno de España. Conocen los mecanismos para dominar a la justicia y por lo tanto volverlo a hacer, la pulcritud en su sentencia del procés del juez Marchena es papel mojado frente al manoseo de las sentencias judiciales de este Gobierno. Han aprendido los secesionistas que si finalmente te niegan el indulto tras retrasar el caso durante 11 años, como le ocurrió a Félix Millet en el Caso Palau, buscas un informe médico que te diagnostique una enfermedad incurable y de una condena de casi 10 años se queda en 2. Ya está en tercer grado. Mejor aún si los achaques propios de la edad y una demencia senil evitan que ni siquiera declares ante el juez por los delitos cometidos durante un cuarto de siglo, como le sucede a Marta Ferrusola y le pasará a Jordi Pujol. Sus abogados llevan dos años repasando el sumario para evitar “alusiones personales” que puedan perjudicar a la familia, y así hasta la absolución final.
Es una realidad y lo van a hacer. Le han puesto fecha, el 1 de octubre del 2023, para celebrar así el sexto aniversario del golpe al Estado del 2017. Saben que es ahora o nunca, pocas veces tuvieron al gobierno central comiendo de su mano, hasta en círculos privados confiesan que "nunca pensamos que iba a ser tan fácil". En sus cálculos de futuro esperan que les necesite para gobernar Feijóo y a cambio no se atreva a derogar los hitos conseguidos con Sánchez. Ya actuaron de esa forma con Aznar y consiguieron todo lo que pedían, hasta eliminar a líderes del PP incómodos a la causa como Vidal-Quadras.
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