Valentina bajó del autobús en una rotonda de Alcobendas, en la madrugada del 11 de marzo de 2022, con una mochila y la caja de parches oculares infantiles que utilizaba el más pequeño de sus hijos, Andrii, de siete años. También bajaron sus cuatro hijos, Olena, Artem, Katya y el propio Andrii, al igual que otras madres y sus hijos menores, bebés, abuelas, familias sin varones que ponían fin en Madrid a una interminable expedición por carretera desde su salida de Ucrania, tras varios días en Varsovia y un agotador viaje en carretera.
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