Llegados a este punto, con los apocalipsis cósmicos enfriándose ya en el cielo como recortes de pizza y la gloria de Sánchez que parece la de Pancho de Verano azul (cómo pasó de moda el guapo de las barquitas, el guapo de la Moncloa, como un guapo de póster pop o un guapo de Telecinco, con taparrabos y collar de pétalos y corales); llegados a este punto, decía, resulta que el presidente sólo ve como salvación un señor en tacataca, con dentadura de madera, plumín ferruginoso y gramática del Tenorio, o sea Ramón Tamames. La presidenta del Congreso, Meritxell Batet, es decir la Moncloa, ya ha elegido fecha para la moción de censura, y la quiere pronto, a ver si olvidamos la cesta de la compra, la subasta del Estado, los feminismos desalmados, contumaces, castrantes y pajilleros, y la corrupción con pezón de tata del tito Berni.
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