Hace un año la sociedad española se enteró por una filtración de la Casa Real marroquí que el Presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, daba un giro histórico al posicionamiento de nuestro país respecto al Sáhara Occidental en una carta remitida a Mohamed VI. En dicha carta Sánchez afirmaba que “España considera la iniciativa marroquí de autonomía como la base más seria, realista y creíble para la resolución del diferendo”.

La sorpresa fue mayúscula por el qué, el cómo, el cuándo y el para qué de este opaco y unilateral cambio en la posición de España en una cuestión internacional de la que somos parte directamente implicada al ser nuestro país la potencia administradora de este territorio no autónomo según la ONU, que vive una guerra impuesta por el ocupante desde hace tres años. Se pretendía así dar carta de naturaleza a la ocupación marroquí renunciando a la postura histórica de la diplomacia española respecto al Sáhara Occidental. Esto es: la realización de un referéndum de autodeterminación en el marco de las Naciones Unidas.

¿Ha dejado Marruecos de usar la inmigración como arma de chantaje político? Puede que sí, de momento, a costa de tragedias como la ocurrida en la valla de Melilla

Opaco e unilateral

Opaco, porque no se produjo de manera oficial por ningún órgano del gobierno español o por la presidencia del gobierno, sino por una filtración de la Casa Real del Reino de Marruecos a medios locales.

Unilateral, porque en ningún momento este cambio de postura se debatió en el seno del Consejo de Ministros, ni en el conjunto de la coalición de gobierno, ni en el Congreso de los Diputados.

Pretendía, porque a pesar de las palabras de Sánchez, dos semanas después de esta bochornosa carta el Congreso enmendaba la plana al Presidente del Gobierno y ratificaba por mayoría de los diputados y diputadas la postura histórica de España en favor de una solución en el marco de la ONU que respete el derecho de los saharauis a decidir su futuro.

La claudicación epistolar de Sánchez estaba llamaba a abrir una nueva etapa en las relaciones bilaterales con Marruecos, llena de grandilocuentes lugares comunes en torno a la buena vecindad y buenas intenciones para seguir estrechando lazos pero ¿qué balance podemos sacar un año después?

¿Ha dejado Marruecos de usar la inmigración como arma de chantaje político? Puede que sí, de momento, a costa de tragedias como la ocurrida en la valla de Melilla hace unos meses donde fueron asesinadas más de 20 personas.

¿Ha abandonado Marruecos sus reclamos territoriales sobre Ceuta o Melilla? No. Meses después el gobierno alauí afirmaba en un escrito dirigido a la Oficina del Alto Comisionado de Derechos Humanos de la ONU que "no cuenta con fronteras terrestres con España" y que Melilla "sigue siendo un presidio ocupado", por lo que "no se podrá hablar de fronteras, sino de simples puntos de acceso”. Posición convenientemente rectificada a posteriori.

¿Ha abandonado Marruecos sus reclamos territoriales sobre Ceuta o Melilla? No

¿Ha cesado Marruecos en sus reivindicaciones en torno a las aguas cercanas a canarias o a las plazas españolas en el norte de África? Tampoco. A pesar del ‘compromiso’ entre ambos gobiernos, Rabat sigue presionando en las que considera sus fronteras marítimas fijadas por ley en 2020.

¿Ha mejorado la posición geopolítica de España en el norte de África y del mundo? No, todo lo contrario. La misiva del Presidente del Gobiernos nos ha costado la ruptura de las relaciones con Argelia, que además de un importante socio comercial era también nuestro principal suministrador de gas, lo que ha agudizado la crisis energética que sufrimos consecuencia de la guerra en Ucrania.

Las últimas decisiones del PSOE están claramente alineadas con los intereses del majzén marroquí hasta el punto de parecer que determinadas cuestiones se deciden en Rabat y no en Ferraz

La sombra de Pegasus

Entonces, cabe preguntarse el por qué de este cambio a todas luces perjudicial para nuestro país. ¿Por qué esta segunda traición al pueblo saharaui avalando la ocupación ilegal marroquí?. ¿Por qué asumir el desgaste de seguir amparando al régimen marroquí hasta el punto de quedarse solos rechazando la resolución del Parlamento Europeo en favor de derechos humanos en Marruecos o negando en el Congreso el derecho de acceso a la nacionalidad española a la población saharaui nacida antes de 1976?

No hay duda de que las últimas decisiones del PSOE están claramente alineadas con los intereses del majzén marroquí hasta el punto de parecer que determinadas cuestiones se deciden en Rabat y no en Ferraz.

2022 fue un año vergonzoso para las relaciones entre España y el Sáhara Occidental

Una claudicación tras otras que dan pábulo a aquellos que relacionan estas cesiones con el escándalo Pegasus, recuerden, el espionaje a los móviles del Presidente del Gobierno Pedro Sánchez o de la Ministra de Defensa Margarita Robles entre otros que se produjo en 2021, en uno de los momentos de mayor tensión con nuestro vecino, amigo y socio estratégico y comercial: Marruecos.

2022 fue un año vergonzoso para las relaciones entre España y el Sáhara Occidental. El intento de Sánchez de abrazar los planes de autonomía marroquí a costa del legítimo derecho a la autodeterminación del pueblo saharaui se frenó gracias a la oposición de los movimientos de solidaridad con el Sáhara, la relación espacial de hermandad que muchísimos ciudadanos y ciudadanas tenemos con el pueblo saharaui y la presencia amigos de la causa en las instituciones del Estado, desde los ayuntamientos al Congreso de los Diputados o el Consejo de Ministros. Porque hay quienes tenemos claros de qué lado estamos y a quienes defendemos.

José Luis Bueno es diputado de Izquierda Unida en el Grupo Confederal de Unidas Podemos en el Congreso. Visitó los campamentos de refugiados saharauis de Tinduf (Argelia) el pasado enero.