Tras el anuncio de Su Majestad el Rey Mohamed VI de la candidatura conjunta de Marruecos, con España y Portugal, para albergar la Copa del Mundo de 2030, una alianza de nueva generación está cogiendo forma. Todas las miradas están puestas en esta nueva alianza marroquí-española, dos reinos vecinos con una rica historia común milenaria. Más allá del fútbol, los desafíos del Mediterráneo Occidental se están cristalizando en torno a esta coalición.

Todas las luces parecen estar en verde entre los dos países vecinos

Un año después de la carta de Pedro Sánchez a Su Majestad Mohamed VI, los resultados hablan por sí solos, y son sustanciales para ambos reinos. Los intercambios se han reanudado con normalidad, tanto en el plano económico y comercial como en el político y el cultural.

El último encuentro bilateral entre los jefes de gobierno de ambos países, la Reunión de Alto Nivel celebrada en febrero en Rabat, es una ilustración de esta nueva alianza marroquí-española. Los empresarios españoles, muy presentes en este acontecimiento, también han expresado tanto su confianza en la dirección tomada por Marruecos, como su voluntad de invertir más en el país. Todas las luces parecen estar en verde entre los dos países vecinos.

Está la clara posición de Pedro Sánchez sobre la cuestión del Sáhara, esencial para los marroquíes

No creo que ninguna de las partes haya hecho concesiones o compromisos, sino que ambos países han trabajado juntos para crear las condiciones de un consenso mutuamente aceptable. Para ello, era necesario llevar las trayectorias tanto las de España como las de Marruecos a una dinámica de convergencia y medir cuánto podría aportar a cada uno una relación renovada y sosegada, aún más estrecha que en el pasado.

Por supuesto, está la clara posición de Pedro Sánchez sobre la cuestión del Sáhara, esencial para los marroquíes. Pero más en general, los dos socios han trabajado de forma muy inteligente, dándose cuenta quizá de que lo que les une es más importante que lo que les separa

Al interrogante de si el Partido Popular mantendrá esta posición en el hipotético caso de que forme Gobierno tras las elecciones de diciembre, existe, en la ley y en la práctica gubernamental, lo que se conoce como la "continuidad del Estado". España, en su conjunto e independientemente de la mayoría en el poder, se ha dado cuenta de que se ha dado un paso importante con Marruecos y que sería contraproducente dar marcha atrás.

El escenario de una marcha atrás, con el PP en el Gobierno, parece muy poco probable

Para Madrid, el cálculo diplomático es bastante fácil: la suma de lo que gana con una estrecha relación con Rabat es muy superior a la suma de las relaciones económicas, políticas y comerciales con Argel. Marruecos y España tienen un futuro que construir juntos en África, por lo que el escenario de una marcha atrás parece muy poco probable.

Marruecos, como explicó Su Majestad el Rey en su discurso del 20 de agosto de 2021, considera que "la cuestión del Sáhara es el prisma a través del cual Marruecos ve su entorno internacional".

Para España, esto significa que su actual posición de firme apoyo al plan de autonomía marroquí debe permanecer constante si desea seguir construyendo esta nueva alianza. Resulta importante entender que la cuestión del Sáhara es un asunto interno de Marruecos, mientras que en principio debería ser un asunto de política exterior para Argelia. Sin embargo, por razones obvias, Argel ha optado por utilizar esta cuestión como herramienta de política interior. Para Madrid, la elección es por tanto bastante fácil.


Abdelmalek Alaoui es presidente del Instituto Marroquí de Inteligencia Estratégica.