Marco Antonio Navarro Tacoronte es un superviviente, y como a él le gusta definirse “fui un delincuente que ya pagó su culpa”, estuvo en prisión y entre sus antecedentes encontramos robo con violencia, abandono de familia o falsificación de documentos. No es un ángel, pero jamás imaginó encontrar tantos demonios en el Congreso de los Diputados. De trato amable, locuaz, educado y un poco sobrepasado por los acontecimientos, eligió el camino más difícil con el que muchos amenazan y que solo él ha puesto en práctica: tirar de la manta.
Durante los años que nadó entre los tiburones socialistas del Congreso y del Gobierno de Canarias, preparó su defensa y compró a un alto precio las fotografías que camareros, trabajadoras sexuales o camellos se hacían con los señores diputados en restaurantes o locales de alterne. Asegura que más de una vez chantajearon al diputado Juan Bernardo Fuentes Curbelo “Tito Berni” con ello. Guardar esas fotografías, vídeos y conversaciones grabadas han sido su defensa cuando el PSOE ha ido a por él por haberles descubierto.
Los partidos políticos no manejan sus asuntos internos como la Guardia Civil, los esconden si se descubren o hacen dimitir a uno, a lo sumo a dos para que carguen con las culpas y no alcance a sus superiores con cargos en el partido. Hasta hoy todo lo que ha denunciado el Mediador ante el juez lo ha demostrado, todo lo que ha declarado a la prensa asegura que también podrá demostrarlo y su peor enemigo es el silencio que quiere decretar sobre este caso el Gobierno y sus medios afines.
Le he podido entrevistar en dos ocasiones y conocerle en la cercanía y les aseguro que Marco A. Navarro dice la verdad, en ocasiones la exagera, pero la verdad existe. Es un testigo que participó en graves delitos y que lucha por no verse acorralado por el poder del Gobierno, de su Fiscalía, de su Abogacía del Estado y de sus medios de comunicación bien subvencionados. El Mediador es muy débil frente a los que le quieren destruir y que viven en Moncloa. Disponen de resortes ilimitados, es por eso que se revuelve y emprende esta lucha sin cuartel, también mediática, aun a sabiendas que posiblemente terminará en prisión. Es el último eslabón de la cadena, aunque antes fue el conseguidor para sus señorías los diputados y senadores, los directores generales, las comandancias de la guardia civil y los altos cargos de la administración que le usaron para ganar dinero de forma presuntamente ilegal.
Los 15 diputados del PSOE que cenaron con él sabían quien era y sus antecedentes, pero le avalaba Tito Berni y su pasado como facilitador de negocios. El jueves me contó públicamente y por primera vez que en la mesa de al lado de los 15 diputados cenaba esa misma noche Patxi López, portavoz socialista en el Congreso. Que les vió, que sabía de la cena, incluso que para ir al lavabo del Ramsés tenía que pasar al lado de todos ellos. Ahora comprendemos porqué Patxi López no quería hablar de ello ante la prensa “qué más te da”.
¿Qué esconde el PSOE, Patxi López, el Ministerio de Interior y el de Defensa, para que todos cerraran contratos con la trama y ahora no reconozcan ni haberles conocido? El propio mediador declaró a la jueza y a mi programa de radio que la senadora socialista Olivia Delgado recibió sobres con dinero a cambio de promocionar la leche de vaca desde el Senado, los sobres se los daba él mismo, además entablaron una relación personal “aún estando casados” según me cuenta públicamente este testigo. Me cuenta marco Antonio que en el despacho de Tito Berni en el Congreso, al que se refiere como “mi despacho”, el diputado siempre tenía cocaína, Viagra y sobres con dinero que le llevaba él mismo. Y que además disponían de un camello, un pequeño traficante de droga que según sus palabras “sólo trabajaba para los socialistas”.
Son tan graves las acusaciones que no hay querella por difamación que las pare, ni siquiera evitando una comisión de investigación en el Congreso o desviando la atención mediática nos olvidaremos de ello. Los españoles exigimos saber la verdad y que se depuren responsabilidades, cuánto más de un Gobierno que llegó hace 4 años tras una moción de censura provocada por la corrupción del PP.
Marco Antonio Navarro Tacoronte es un superviviente, y como a él le gusta definirse “fui un delincuente que ya pagó su culpa”, estuvo en prisión y entre sus antecedentes encontramos robo con violencia, abandono de familia o falsificación de documentos. No es un ángel, pero jamás imaginó encontrar tantos demonios en el Congreso de los Diputados. De trato amable, locuaz, educado y un poco sobrepasado por los acontecimientos, eligió el camino más difícil con el que muchos amenazan y que solo él ha puesto en práctica: tirar de la manta.
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