No será lo previsto pero es de todo punto extraño que en un acto con los candidatos a las elecciones municipales y autonómicas no estén presentes la mayoría de los barones autonómicos del PSOE. Quizá estaba todo preparado para que fuera así pero es raro que en un acto de la envergadura del que se prepara el próximo sábado 15 de abril el único barón que reciba a los asistentes sea Ximo Puig por una razón de peso: porque es en Valencia donde se celebra el acto.
Van a acudir baroncitos del tipo de Juan Lobato (Madrid), Juan Espadas (Andalucía), Valentín González Formoso (Galicia) o Pepe Vélez (Murcia) pero todos esos carecen de poder efectivo. Pero casi todos los demás coinciden con los argumentos que maneja uno de los barones que está más alejado del presidente del Gobierno, que es Emiliano García Page: la falta material de tiempo para perder dos días en acudir a Valencia. Con lo cual no habrá foto de la unidad, tan necesaria en unos comicios que, a tenor de los sondeos, van a estar muy reñidos.
En cualquier caso, son los alcaldes y los que aspiran a serlo los verdaderamente importantes en esta convención. Por eso habrá cuatro mesas, una de ellas presidida por Abel Caballero, el alcalde más rutilante que tiene el PSOE, que lo es de Vigo, otra coordinada por Antonio Muñoz, alcalde de Sevilla, una ciudad que está en disputa en estas elecciones municipales con el PP, una tercera, coordinada por Reyes Maroto, cuyas posibilidades de ganar las elecciones municipales se acerca a cero, pero menos que las autonómicas de Madrid, y la cuarta comandada por Milagros Tolón, de Toledo. Todas ellas ciudades a las que el PSOE concede la máxima importancia, junto con Valencia a la que aspira a, por lo menos, mantener para la izquierda ya que no puede aspirar a conquistar para sí.
No tienen la situación de paseo militar que se produjo en 2019 cuando el PP estaba en horas muy bajas pero sí creen que hay partido y se basan en las declaraciones de Alberto Núñez Feijóo que últimamente se han producido a la baja de las expectativas de victoria para sus huestes.
Quizá no hayan tenido en cuenta que Feijóo es un gallego en todo su ser, de la cruz a la raya, y que ya en las elecciones andaluzas manejaba públicamente una horquilla de 48-49 diputados cuando luego el PP se pasó en tres diputados de la mayoría absoluta. Es posible que esa misma sea la estrategia que mantenga ahora. Es solamente una hipótesis que convendría considerar.
Las elecciones municipales son en las que la izquierda en general y el PSOE en particular tienen más posibilidades de salir indemnes del castigo de las urnas
En cualquier caso, las elecciones municipales son en las que la izquierda en general y el PSOE en particular tienen más posibilidades de salir indemnes del castigo de las urnas por las políticas llevadas a cabo por Pedro Sánchez porque la política municipal es la más pegada al territorio y la menos sometida a los vaivenes de la política nacional. Por eso tiene sentido que esta convención sea sólo para los ayuntamientos, que es donde los alcaldes socialistas se sentirán fuertes.
Otra cosa será la política autonómica, donde el gran peligro para los socialistas será perder Valencia, que es donde se juegan el que la balanza de las autonomías sea a favor del PP o del PSOE. La relación de fuerzas incluye que los socialistas se apoyen en Compromís y en Unidas Podemos, y eso no está tan claro en esta ocasión porque Compromís está tocado por el episodio de Mónica Oltra y porque Unidas Podemos no vive sus mejores momentos en esa circunscripción, como en todas las demás, por otra parte.
Por eso la batalla de Valencia va a ser a sangre y fuego. Como la de Aragón, donde a la desaparición práctica del PAR se une que quien va a decidir el gobierno regional va a ser Aragón Existe, la marca regional de la España Vaciada. Pero a tenor de las declaraciones recientes de Tomás Guitarte en el sentido de que se había hartado de esperar para obtener el 50% de lo solicitado, puede que la balanza se incline por entregar el gobierno de Aragón al PP. Y así sucesivamente, hay muchas más incógnitas en las elecciones autonómicas que en las elecciones municipales.
Por eso el presidente del Gobierno va a rematar la jugada previa a las elecciones municipales compareciendo en el Senado el próximo día 25 de abril, a un mes escaso de las elecciones y justo en vísperas de la campaña electoral -la oficial porque en campaña electoral llevamos ya demasiado tiempo- para confrontar con el líder del PP Alberto Núñez Feijóo para abrumarlo con los datos de crecimiento económico y de una Semana Santa en la que el éxito de ocupación hotelera y de la hostelería es indiscutible.
Será su manera de cerrar la remontada que él piensa que ha logrado contra todo pronóstico.
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