Lo que hace y deshace la Agencia Tributaria en España es impensable en el resto de los países europeos, en estos días se ha abierto un debate en la sociedad francesa acerca de si se debe o no permitirse que Hacienda investigue los ingresos y pagos de sus contribuyentes, porque la privacidad de una cuenta corriente bancaria es sagrada. En España y sin orden judicial, se meten en nuestras cuentas, ahorros, transferencias, ingresos o pagos sin abrir debate alguno sobre nuestros derechos ciudadanos. Si deciden iniciar una inspección fiscal y consideran que hay irregularidades, no esperan a una decisión firme judicial para determinar quién tienen o no la razón, sino que arrasan con su propiedad y embargan cuentas de forma preventiva. Primero pagas, después recurres o judicializas su arbitraria decisión. Se han convertido en un suprapoder por encima de las leyes, tienen más medios que los jueces, más acceso a datos privados que la Policía y además van a comisión. Los Inspectores perciben un sueldo pero los bonus por resultados, un incentivo por productividad que les convierte en voraces perseguidores de la clase media, significa el 40% de su sueldo, aunque este dato lo ofrecen expertos fiscalistas porque la opacidad y falta de transparencia de la Agencia Tributaria es vergonzante. Pueden llevarse a fin de mes hasta un 30% de la cantidad que los sufridos contribuyentes pagamos tras una inspección sin cuartel.
Arrasan a gremios según las directrices políticas y además lo divulgan profusamente para que el efecto llamada provoque la regularización de algunos
Arrasan a gremios según las directrices políticas que les ordenan, hace diez años empezaron con los periodistas, después los despachos de abogados, los artistas, futbolistas,…. Además lo divulgan profusamente para que el efecto llamada provoque la regularización de algunos o los movimientos bancarios sospechosos de otros.
Muchos de nuestra profesión, yo mismo, me vi investigado por facturar como empresa mi trabajo en radio o televisión, donde tengo un equipo de colaboradores a los que pagar, sin embargo considera Hacienda que debo hacer las retenciones como persona física, no como empresa. Esto no sucede ni en Francia, ni en Italia o Alemania, donde los autónomos con profesiones liberales actúan como empresa sin problemas. Trabajo en televisión pero no puedo desgravarme la compra de ropa, estoy en radio y me desplazo a diario a la emisora, pero ni gasolina, ni cenas, ni cafés. Y lo que es peor, como saben que nuestra imagen pública es importante para conseguir empleos en los medios de comunicación, nos exponen a listas falsas de morosos chantajeándonos para que paguemos un dinero injusto y que se está litigándose todavía en los Tribunales.
Este chantaje lo cometen con la ayuda de otros compañeros periodistas que les hacen el trabajo sucio, quizá a cambio de impunidad. Porque Hacienda tiene intocables. Para empezar los políticos con cargo público, en el Congreso difícilmente investigan a sus señorías, igual que en el Senado. Tampoco tienen tiempo para los grandes defraudadores, nunca una inspección a la familia Pujol, incluso a Marta Ferrusola le salió la declaración de IRPF negativa y le devolvieron un año 2.137€ y tampoco se inspecciona a los que jamás pagaron impuestos y viven en B, como la Paca, narcotraficante mallorquina con 18 millones enterrados en su jardín, 29 inmuebles de su propiedad y medio centenar de coches de lujo, pero Hacienda nunca inspeccionó nada.
En un país donde pagamos las cuotas más altas de autónomos y no llegan al trabajador las ayudas europeas, Hacienda nos “ayuda” quedándose con el 40% del sueldo medio de los españoles, pagamos unas cotizaciones sociales que doblan la media de la OCDE. Y lo peor es tener que escuchar la matraca de parte de la izquierda diciéndonos que en España se pagan pocos impuestos, claro que también dicen que la okupación no es un problema.
Si el dinero público estuviese invertido con criterio de interés social y no repartido a los afines para mantenerse en el poder, hasta se recaudaría más, pero nunca, ni este ni otros gobiernos, han sido ejemplo de austeridad, sino de despilfarro.
Siempre pagan los mismos, la clase media, los sufridores de una Agencia Tributaria injusta, dictatorial, ilegal y abusiva, pero eso no esta en ningún programa electoral de ningún partido, no sea que le investiguen las cuentas.
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