No se juegan los dos lo mismo. Pedro Sánchez se juega, o cree que se juega, revalidar con su victoria de ahora las próximas elecciones generales. Sin embargo, habrá muchos ciudadanos que estén muy a gusto con el candidato municipal o con el candidato autonómico del partido de Pedro Sánchez pero no esté de acuerdo con la política llevada a cabo por Sánchez en esta legislatura y me refiero a sus pactos sobre todo con Bildu, pero también con ERC y con Podemos, a los indultos a los independentistas, a la supresión del delito de sedición y la rebaja del delito de malversación y que en las elecciones generales voten a una formación distinta del PSOE.

En ese sentido, no tiene garantizada Sánchez la victoria aunque sí podrá esgrimir la posible victoria de las municipales y autonómicas como trasunto de un futuro éxito en las generales, aunque sea falsa la comparación. Pedro Sánchez necesita recoger una buena cosecha en las elecciones autonómicas y municipales para apuntalar su campaña de las generales. 

En cambio, para Alberto Núñez Feijóo, las cosas pintan de otra manera. Para empezar, porque él ha dicho a todo el que le ha querido oír, que si no gana en las elecciones generales no merece seguir presidiendo el PP. Por lo tanto, esta primera meta volante es de vital para su proyecto. 

Es vital para que coja cuerpo la tesis de los populares de que se va a producir en estas elecciones y en las de diciembre un cambio de ciclo. Ésta es la primera parada de ese cambio y si no ganan aquí seguramente muchos de sus seguidores se desinflan y a saber a quién van a votar en diciembre. Probablemente a Vox o, lo que más temen los candidatos, se queden en su casa.

Porque tiene que ir ganando en los lugares donde en las anteriores comicios municipales y autonómicos ganó el PSOE, su gran y casi único rival, con permiso de Santiago Abascal, que está muy fuerte, o eso dicen los sondeos fiables, y al acecho. 

Si no gana en Valencia, por ejemplo, con un Ximo Puig tocado por las corruptelas de su hermano y por el escándalo de su vicepresidenta Mónica Oltra, tendrá muy difícil argumentar su derrota. 

Si no consigue Sevilla o la ciudad de Valencia, se interpretará que ha sido derrotado, y con razón. 

Si no saca unos buenos resultados en  Cataluña, donde se celebran sólo elecciones municipales, lo tendrá más difícil para enfrentarse a las generales porque sin Cataluña no se puede tener éxito en esos comicios.  Por tanto, Cataluña es importante también en las elecciones del 28 de mayo.

Tiene además la práctica desaparición de Ciudadanos cuyos votos van a ir masivamente al PP, salvo algún voto que vaya al PSOE o a Vox, pero esos son los menos. Ciudadanos obtuvo casi dos millones de votos que el perfil de centro moderado de Nuñez Feijóo debería atraer casi íntegros.  

Una cosa es ganar y otra muy distinta es gobernar. Y aquí quien gobierna, al final es como si  hubiera ganado porque ocupa el poder y el vencedor se queda en la oposición

El PP sueña con sacarle al PSOE medio millón de votos contabilizando los emitidos en toda España. Eso supondría una victoria relativamente escasa porque una cosa es ganar y otra muy distinta es gobernar. Y aquí quien gobierna, al final es como si  hubiera ganado porque ocupa el poder y el vencedor se queda en la oposición que es donde se sitúan los que al fin y a la postre, han perdido. 

Con lo cual, eso de sacarle al PSOE 500.000 votos está muy bien para la noche electoral pero dura poco. Otra cosa será que, como he dicho más arriba, el votante de las autonómicas y municipales del dia 28 de mayo vuelva grupas llegado el momento y opte por el líder del Partido Popular en las elecciones generales. Esto, que en el caso del PSOE es muy poco probable, en el caso del PP es más que previsible.

De momento, los pactos con Bildu, que lleva a asesinos en sus listas, están destrozando la estrategia de campaña del PSOE en la que Pedro Sánchez se ha implicado de lleno, como si fueran unas generales.

Pero ni la política de promesas de viviendas a mogollón ni todas los múltiples compromisos asumidos por Sánchez en persona -que se diría que estamos al comienzo de la legislatura y no al final como es el caso- pueden competir con unas listas de etarras siete de los cuales han sido condenados por asesinato y otros treinta y tantos por su pertenencia a la banda terrorista que tantísimo dolor ha causado en España.

Que Sánchez cuente con Bildu para permanecer en el poder es una brecha que no sé si el PSOE va a poder saltar. Desde luego, a estas alturas y faltan menos de dos semanas para las elecciones, no lo ha logrado.  

Y Feijóo y sus candidatos lo van a repetir cuantas veces sea necesario para incluir al PSOE al completo -salvo a Emiliano García Page, y un poco a Javier Lambán y otro poco a Guillermo Fernández Vara, pero sin que hayan roto sus carnets de militantes, que es lo que les pedía Núñez Feijóo- lo van a repetir porque es una cuestión imbatible que entiende todo el mundo. 

Por eso en el PSOE intentan contrarrestar este ataque acusando al PP de “agarrarse de forma indecente al terrorismo para arañar votos”, pero el problema son los acuerdos de Sánchez con Bildu, el inconveniente es que haya permitido que Bildu y ERC presentaran juntos y en solitario el proyecto de ley de vivienda, y eso no hay quien lo ventile una vez que Bildu ha presentado sus listas.

Ahí tiene el PSOE un muro imposible de saltar por muchas promesas que haga Sánchez.

No se juegan los dos lo mismo. Pedro Sánchez se juega, o cree que se juega, revalidar con su victoria de ahora las próximas elecciones generales. Sin embargo, habrá muchos ciudadanos que estén muy a gusto con el candidato municipal o con el candidato autonómico del partido de Pedro Sánchez pero no esté de acuerdo con la política llevada a cabo por Sánchez en esta legislatura y me refiero a sus pactos sobre todo con Bildu, pero también con ERC y con Podemos, a los indultos a los independentistas, a la supresión del delito de sedición y la rebaja del delito de malversación y que en las elecciones generales voten a una formación distinta del PSOE.

Contenido Exclusivo para suscriptores

Para poder acceder a este y otros contenidos debes ser suscriptor.

¿Ya estás suscrito? Identifícate aquí