Esta semana escuchaba una entrevista al Presidente del PNV, Andoni Ortuzar, y coincidía con él cuando afirmaba que Pedro Sánchez no está pensando en estas elecciones, sino en las generales.
El Presidente del Gobierno ya ha sobrevivido a la derrota de Madrid ante Ayuso hace dos años, a la de Castilla y León y a la mayoría absoluta de Juanma Moreno el año pasado en Andalucía. Un récord que a cualquier otro no le perdonarían.
Cierto que en ninguna de ellas competía… al menos no directamente. Pero también es cierto que, en la de Madrid, fue Pedro Sánchez el único responsable de hacer a Isabel Díaz Ayuso su rival. Nadie salvo el inquilino de la Moncloa dio a la presidenta de la Comunidad de Madrid el papel de rival y lo hizo al intentar ejemplarizar/comparar con la Ayuso en la gestión de la pandemia.
En Madrid se dirimía una cuestión regional con un altavoz nacional. El desafío era vencer a Pedro Sánchez, no sólo revalidar la Puerta del Sol. Hasta tal punto era así que, entre “el resto del pelotón”, la relevancia del PSM fue tan decrementada, que acabó superado por Más Madrid.
Las otras dos confrontaciones ya no fueron contra Pedro Sánchez, pero su sombra cubría los territorios, especialmente en Andalucía. Juan Espadas era muy identificable con el Secretario General del PSOE, aunque la gran victoria de Juanma Moreno fue, no centrarse en atacar a Sánchez, no centrarse en atacar a Espadas… su gran éxito fue centrarse en Juanma Moreno.
Hoy, Pedro Sánchez está haciendo campaña nacional aprovechando las campañas regionales y municipales y…, claro, ¡cómo huir hoy de los terroristas en las candidaturas de Bildu!
A estas alturas no hay que explicar mucho el gradiente que lleva desde Herri Batasuna a Bildu y, por tanto, no es de extrañar que hasta 7 terroristas de ETA hayan sido asimilados en Bildu, más otros 37 colaboradores.
Tampoco, por tanto, es extraño que algunos de ellos sigan en “la lucha política”, por ponerlo en términos que ellos manejan. Digo “sigan” porque durante aquellas 5 décadas de horror más los 8 hasta su disolución, “lucha política” era con lo que definían su actividad criminal. Cualquier acción era continuar con la “lucha política” o, sólo una vez, abandonar la “lucha política”.
La retórica con origen en la izquierda abertzale, poco ha cambiado.
En consecuencia, que metieran a terroristas en las candidaturas era algo esperable en una formación que, además, tiene en la provocación una clave de su estrategia. De hecho, no creo que haya sido un error, un descuido, un momento de ausencia o consecuencia de un programa de reinserción pensado para gudaris desarmados.
Creo que ha habido algún tipo de negociación y ahí es donde la afirmación de Andoni Ortúzar toma cuerpo.
Pedro Sánchez lleva una campaña electoral más de exhibición que de convicción. Sus mítines, insisto, se realizan a nivel nacional y, sobre todo, lo que a él le interesa que trascienda no son cuestiones en las que diga, por ejemplo, “es un proyecto necesario para Extremadura”.
Le interesa seguir con la dinámica de anunciar en domingo la agenda del Consejo de Ministros del martes y que los candidatos socialistas, regionales o municipales, le sigan a los faldones del impulso que da tener el BOE.
Así que, no queriendo perder esa iniciativa ni que nada interfiera con la “campaña de primavera”, todo apuntaría a que el PSOE habló con Bildu para que se hiciera una rectificación con declaración pública para garantizar que los terroristas no accederían al cargo si salen elegidos.
Unamos a eso que Bildu se dejara reprender con tono paternalista por Pedro Sánchez el miércoles pasado en el Congreso, aunque creo que lo del tono no estaba en el acuerdo. Sea como fuere, esa reprimenda “es bien” para la parroquia de Pedro Sánchez, porque se justifica bajo dar la cara y hacerlo de forma pública. Se acaba con el problema y, al votante que pudiera estar algo perplejo, se le estaría diciendo “va, siguiente”.
Aderezar esto con su empecinamiento a alterar la memoria afirmando que el único hacedor del fin de ETA ha sido el Partido Socialista, igual que se arroga el tanto de ser quien logró la calma del independentismo.
Llámenme paranoico, porque no descarto que todo esto se supiera desde el principio, desde el momento en el que Bildu decidió llevar esos 44 nombres en listas. Pongo el punto de conocimiento en un momento en el que alguien de Bildu comentaría con alguien del PSOE “vamos a hacerlo”.
El resto es historia, pero marca algo más que una negociación parlamentaria y mira hacia una más que posible negociación para la siguiente legislatura. Es más, de tener amarrado a Bildu de inicio (¿quién amarra a quién?), puede poner más sencillo la entrada de otros partidos porque, no olvidemos, incluso el CIS dice que el Pedro Sánchez no podrá gobernar solo.
Curioso, Pedro Sánchez se ha hecho cargo personalmente del negociado de Pablo Iglesias: el acercamiento de Bildu.
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