La elaboración de las listas es la tarea más urgente de todos los partidos ahora mismo, pero para unos será más difícil que para otros. La dificultad más extrema se va a dar en Sumar que de repente se ha convertido en partido político. La de veces que habremos escuchado a Yolanda Díaz decir que lo suyo no iba de fundar un partido, que lo suyo era sobre todo un movimiento de los que no habían sido escuchados todavía. 

Y  ahí la hemos tenido encabezando una suma de pequeños partidos y ahora inscribiéndose como partido instrumental, porque no es posible a estas alturas hacer otra cosa que intentar poner de acuerdo a una multitud de pequeños partidos, con desigual suerte en estas pasadas elecciones. 

Y ahora Compromís, que ha tenido unos resultados aceptables (han perdido "solo" 2 diputados en las autonómicas y uno en las municipales en Valencia capital pero el hecho es que han perdido las elecciones) y Ada Colau la otra socia de la señora Díaz que ha perdido también un concejal y la posibilidad de ser alcaldesa.

Con estos mimbres Yolanda Díaz tiene que hacer un cesto que incluya a Podemos porque la cruda realidad es que o se agrupan todos los partidos a la izquierda del PSOE o están perdidos. De hecho, creo que lo están ya sin remisión porque uno de los efectos de esta convocatoria de Julio es que la batalla se va a dirimir entre la derecha y la izquierda, léase entre el PP y el PSOE sin excrecencias. 

Más Madrid otro de los socios de la señora Díaz pierde siete concejales en el ayuntamiento de la capital de España, pero gana tres diputados en la Asamblea de Madrid. Este partido ya le ha explicado a Yolanda Díaz que es un error repetir lo de “la ultraderecha y la derecha extrema” como ha hecho de nuevo el presidente del Gobierno en su reunión conjunta con diputados y senadores, porque esa fórmula ya se ha demostrado que no funciona. Que habrá que buscar otros recursos que tengan más que ver con el proyecto de país que se quiere.

Esto de los "poderosos emboscados" detrás de cada diputado de la derecha ha dejado de funcionar hace mucho tiempo pero el presidente insiste en el mensaje

Por lo que se refiere al PSOE, no ha tenido un buen comienzo el presidente porque ha vuelto a incidir en lo que ya se ha visto que no sirve para darle la vuelta a los votos: a las pruebas de este domingo nos remitimos. 

Esto de los "poderosos emboscados" detrás de cada diputado de la derecha ha dejado de funcionar hace mucho tiempo pero el presidente insiste en el mensaje, quizá es que no tenga otro. Pero los aplausos encendidos de los suyos no se corresponden con el sentimiento de la calle y no hace falta ser un lince para verlo. 

Ahora habrá que hacer hueco a mucho alcalde y a mucho presidente de comunidad que se han quedado -por culpa directísima de Pedro Sánchez- en la puñetera calle. Y los dos refugios naturales para acogerlos son el Congreso de los Diputados y el Senado.

El PP lo tiene mucho mejor porque ya tiene dónde repartir. Y como está seguro, todo lo que se pueda estar, pero las elecciones de este domingo le han servido al partido de gran estímulo, de que van a ganar las próximas elecciones generales, van a colocar a gente valiosa en los puestos de salida, para que el grupo de diputados y senadores, pero sobre todo de diputados, se eche sobre las espaldas toda la tarea legislativa que le espera.

Hay que tener en cuenta que el grupo parlamentario del Congreso es obra  de Pablo Casado y de Teodoro García Egea y estaba más preparado para una derrota electoral que para una victoria. 

Ahora es distinto, porque Alberto Núñez Feijóo quiere un «quiere unos buenos grupos parlamentarios, engrasados, compactos y preparados que le sirvan de sostén en Moncloa», contando con que de ahí sacará el grueso de su futuro equipo de Gobierno en caso de que gane las elecciones, señalan fuentes populares en contacto con Cristina de la Hoz.

La ventaja que tienen ahora mismo populares es que el viento les da de cola y que, en consecuencia, van a tener espacio para todos si ganan las elecciones. Naturalmente, se hará un hueco grande para todo el equipo que tiene Núñez Feijóo en Génova y que ahora mismo trabaja para él pero que tienen ahora asiento en el Senado y lo tendrán en el Congreso con toda seguridad. La única diputada de su equipo más inmediato ahora mismo es Cuca Gamarra.

La ventaja de Feijóo es que del mismo modo que dio a sus barones total libertad para hacer sus listas, ahora tiene las manos libres para hacer las suyas, las que verosímilmente incluirán a buena parte de su futuro gobierno. Pero para eso hay que ganar las elecciones.  

De momento, están acercándose dos enemigos que hace unos días parecían irreconciliables, como eran el PP vasco y el PNV. En el PP no olvidan que fue el PNV, que había firmado los Presupuestos de Mariano Rajoy cinco días antes de darle una puñalada que aún le duele al gallego y cuyo apoyo fue decisivo para que triunfara la moción de censura contra él.

Pero las circunstancias han cambiado y el PNV ve peligrar ahora la Diputación de Guipúzcoa y la Alcaldía de Vitoria entre otros muchos municipios que están a punto de caer en manos de Bildu. Y ahora el PP, que en estas elecciones ha alcanzado posiciones que antes no tenía en el País Vasco, es un aliado posible para privar a los proetarras de puestos clave en una docena de gobiernos locales y forales.

Carlos Iturgaiz del PP, ya ha dicho al PNV que pueden contar con su apoyo si de lo que se trata es de privar a Bildu de toda representación en la que se le pueda desbancar.

Por algo se empieza.