Como consecuencia del golpe de Estado de la Junta Militar griega contra Makarios III, quien gobernó Chipre entre el 16 de agosto de 1960 y el 15 de julio de 1974 después de la dominación británica de la isla, el 20 de julio de ese mismo año el gobierno turco invadió el norte de la isla para proteger a la minoría turca de la dictadura grecochipriota. El gobierno militar fue derrotado militarmente por los turcos, un hecho que provocó la caída de ambas juntas militares, la de los coroneles en Grecia, y la militar y aliada de la helénica en Chipre. Pero la isla quedó dividida en dos hasta hoy: la República de Chipre al sur, reconocida internacionalmente; y la República Turca del Norte de Chipre, reconocida solamente por Turquía. Actualmente Nicosia es la única capital dividida por un muro en el mundo, como lo fue Berlín durante la guerra fría.
El presidente turco, Recep Tayyip Erdogan, aprovechó esta efeméride para viajar al norte de Chipre, y desde el aeropuerto internacional de Ercan, ubicado en la república turcochipriota, pronunció un discurso sobre la necesidad de reconocer ambos Estados, y continuar el Plan Annan de 2004, que dibujaba un Estado federal simétrico en representación en las instituciones. El plan, que fue sometido a referéndum, consiguió el apoyo de la parte turcochipriota y la objeción de la parte grecochipriota. Es una cuestión nueva en la agenda turca movilizarse, y destinar recursos a la normalización de la república autoproclamada turcochipriota, sobre todo cuando la parte sur y reconocida internacionalmente incluso está en la Unión Europea y usa el euro, y la parte norte solamente tiene a Turquía.
Pero el año que viene se cumplirán cincuenta años de la invasión, y el estatus de ambos territorios no ha cambiado, ni parece que vaya a cambiar. Pero ya lo hemos visto con Suecia y Finlandia, que parecía improbable que entraran en la OTAN primero, y después que los turcos aceptaran su adhesión. Es más, Turquía ha pedido que se levanten las sanciones contra la administración de la república autoproclamada en 1974 en primer lugar, y después que se avance hacia el reconocimiento de ambos Estados. Hace un mes, si repasamos la hemeroteca, el vicepresidente turco Cevdet Yilmaz dijo que los turcochipriotas pronto ocuparían en la palestra internacional, y esta semana nos hemos encontramos a Erdogan con los dos Estados.
Turquía es un puente entre Rusia y Ucrania, y lo quiere ser entre Palestina e Israel. Y crece su influencia en Asia Central y en el Cáucaso sur"
Recordemos que Erdogan ganó las elecciones presidenciales de este año, e inició su tercer mandato de cinco años. La tectónica diplomática es lenta, pero la situación actual de Turquía en el escenario internacional es decisiva. Por un lado, es un puente entre Rusia y Ucrania, y por otro lo quiere ser entre Palestina e Israel. La influencia turca en Asia Central, además, y en el Cáucaso Sur, es creciente en detrimento de Rusia. No tenemos que olvidar tampoco la cuestión del Mediterráneo Oriental, y el hecho de que el sirio Bashar Al Assad ganara la primavera árabe, con su readmisión en la Liga Árabe, lo que sitúa un foco de tensión entre turcos y egipcios, con Israel en medio. Chipre, por tanto, tiene una situación privilegiada.
Por estos motivos, Turquía puede pedir una distensión a favor de la cuestión chipriota a cambio de favores regionales. Las inversiones turcas en la isla son destacadas, como también el esfuerzo del gobierno turcochipriota para normalizar la situación interna en la parte ocupada de la isla. Y estas inversiones esperan un retorno que en gran parte estaría ligado a flujos de turistas internacionales. No es un juego diplomático a corto plazo, quizás sí a medio o largo plazo, donde está involucrado uno de los Estados más importantes de la OTAN, y también una nación estratégica por su papel en la guerra de Ucrania, la guerra en Siria y la lucha contra el terrorismo en el norte de África. Además, de la cuestión de los refugiados. Erdogan tiene muchas cartas a su favor.
¿Cómo afecta a España esta cuestión, de la normalización de Chipre del Norte, o la autoproclamada república turcochipriota? El Estado español es uno de los principales aliados de la estrategia naval turca, y por lo tanto puede desempeñar un papel decisivo en la normalización, si el gobierno de Ankara juega bien sus cartas.
Tendremos que seguir cómo se desencalla un conflicto que lleva casi cincuenta años latente, y que parece difícil de resolver, con un gobierno reconocido internacionalmente que pide avanzar en la unificación, y un gobierno solamente reconocido por Turquía que pide una solución de dos Estados, aunque sea federados. De este modo, la guerra de Ucrania ha abierto la veda a solucionar viejos problemas, desde la normalización de Siria y la paz en Yemen, a quién sabe, si una reunificación o federalización de Chipre.
Guillem Pursals es doctorando en Derecho, máster en Seguridad, especialista en conflictos, seguridad pública y Teoría del Estado. Puede leer aquí sus artículos en www.elindependiente.com
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