Todo empezó cuando Javier tenía apenas dos años y su padre le dijo que viese con él un partido de fútbol. Desde entonces, nuestra casa dejó de ser un lugar tranquilo para convertirse en una peña del Madrid y yo he pasado de no saber el nombre de los jugadores a conocer la fecha de cumpleaños de la mayoría.
Los domingos paso un buen rato viendo repeticiones de partidos que tienen más años que mi hijo y que ve en bucle buscando el porqué del jugadón. Ahora, los lunes, miércoles y viernes tenemos fútbol y Javier cada vez que mete un gol baila como Vini Jr.
Vemos vídeos de las obras del estadio, la despedida de Benzema con el corazón en un puño y vamos todos los veranos al restaurante de los tíos de Lucas Vázquez en Curtis, a 10 kilómetros de la casa de mis abuelos, a cambiar un dibujo por un par de fotos firmadas.
Tengo un vídeo de Javier cantando el himno con una mano en el pecho y una entonación que si lo mando al Chiringuito lo ponen en bucle"
Tengo un vídeo de Javier cantando el himno, se sabe el viejo y el nuevo pero le gusta más el segundo, con una mano en el pecho y una entonación que si lo mando al Chiringuito lo ponen en bucle. Tenemos un cajón sólo para las equipaciones, otro para todos los dibujos de futbolistas y una caja enorme de galletas donde se acumulan los cromos. Ahora, Toni Kroos sonríe en la puerta de su cuarto y debajo de su cama no entra un balón más.
Siempre pensé que el fútbol era algo absurdo y resultó que estaba un poco despistada. El fútbol trae a mi casa emoción, felicidad, tristeza y una pasión desaforada. Por el fútbol pasamos muchas tardes juntos, por el fútbol sabemos que perder es mucho más difícil que ganar, que aunque seas muy bueno “tirando tiros” no vale de nada si no practicas, que formas parte de un equipo y no hay que ser “chupón”, que hasta los mejores fallan y “no pasa nada”.
Ahora los partidos los vemos todos juntos, hasta con los abuelos, porque nadie quiere perderse los gritos y las risas nerviosas de Javi. Durante este curso, el único día que al entrar en el colegio puso una cara triste en el recuadro de ‘¿Cómo te encuentras hoy?’ fue cuando les eliminaron de la Champions y el día que dibujó su mejor sonrisa fue cuando le metió un gol al Madrid en la categoría de Debutantes alcanzando un 13-1 que le supo a gloria y por el que pensó que lo fichaban.
Que sabe que su madre no tiene ni idea y me pone a tirarle tiros en el parque mientras él hace de Courtois y me indica que “ahora rasa”, “ahora cañito”, “ahora por la escuadra”. Que ha perdido la timidez y cada vez que ve a un grupo de chicos con un balón se acerca a preguntarles si puede jugar aunque sean mucho mayores que él.
Desde hace unas semanas, Javier pregunta todos los días si se sabe algo de Mbappé, que qué me parece a mí, que si ese compañero mío del trabajo que sabe tanto del Madrid nos puede contar algo. Ayer cuando le metí en la cama le noté nervioso y le pregunté qué le pasaba. Me dijo: “Me preocupa Mbappé”. Y a mí, hijo, y a mí.
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