Al hacer referencia a los tipos de interés tenemos que hablar siempre en plural, ya que en cualquier momento estos son muchos y varían entre sí. Los principales elementos diferenciales son el emisor o demandante de recursos y el plazo. Así, no es lo mismo el tipo de intervención de un banco central, el de las transacciones interbancarias, el de una hipoteca, el que paga el estado alemán o el reino de España. Todos son diferentes, pero también están interrelacionados.
En este artículo vamos a estudiar los distintos tipos de interés en función del plazo y para que sea homogéneo tiene que provenir del mismo emisor. Este no puede ser otro que un Estado, ya que, por las cantidades emitidas a todos los plazos, su mercado es importante y sus tipos representativos. Si ponemos en un gráfico los tipos resultantes para cada uno de los plazos obtendremos una curva. La forma que se considera normal, la que ocurre con más frecuencia, es la que tiene una pendiente positiva, es decir, a más plazo tipos mayores. Se puede deber a la preferencia por la liquidez, de forma que, a medida que aumenta el plazo, tiene que haber una prima creciente, que compense la pérdida de liquidez por ese mayor plazo. También al aumento del riesgo, que está afectado por el plazo. Una corriente de pensamiento mayoritaria afirma que los tipos a distintos plazos reflejan las expectativas del mercado respecto a la evolución de los tipos de interés a corto plazo. Una curva normal, con pendiente positiva, estaría anticipando unos tipos de interés crecientes. Si la pendiente fuese negativa, el mercado espera que los tipos bajen, lo que además reflejaría unas malas previsiones económicas que exigirían una política monetaria expansiva. Esta corriente de pensamiento es especialmente relevante en el anómalo mercado hipotecario español, donde la mayoría de los préstamos están a tipo variable referenciado al Euribor a un año, que es claramente un tipo a corto plazo.
Veamos el caso del mercado de deuda pública española medido por el tipo medio de las subastas realizadas en el pasado mes de septiembre:
6 meses | 1 año | 3 años | 5 años | 10 años | 30 años |
3,65% | 3,67% | 3,53% | 3,43% | 3,59% | 4,19% |
Vemos una curva básicamente plana, aunque ligeramente invertida (con pendiente negativa), ya que los tipos a 3, 5 y 10 años son inferiores a los de las letras a un año, sobre todo los dos primeros. Es decir, el mercado está anticipando una bajada de tipos relativamente cercana, aunque no en los próximos meses.
Frente a ello tenemos las manifestaciones de los máximos responsables de las políticas monetarias, los presidentes de los bancos centrales. Y aquí hay unanimidad: tanto Jerome Powell, presidente de la Reserva Federal americana, como Christine Lagarde, del Banco Central Europeo, están muy preocupados con la inflación, que sigue muy alejada del objetivo del 2%, por lo que no anticipan una bajada de tipos en un futuro más o menos cercano. Es más, no rechazan nuevas subidas. Me temo que tendremos tipos altos por mucho tiempo, más del que anticipa el mercado de deuda pública.
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