José Luis Rodríguez Zapatero está dispuesto a hacer lo mismo que está haciendo Pedro Sánchez: mentirle a la audiencia. En el caso de Pedro Sánchez a quien ha mentido ha sido a sus votantes, muchos de los cuales no le habrían dado sus votos de haber sabido que los siete escaños de Junts iban a valer una amnistía y quién sabe si un referéndum de autodeterminación como pide también el presidente de la Generalitat Pere Aragonés.

Pero en el caso de Zapatero a quien ha intentado mentir ha sido a la audiencia de Onda Cero, emisora que le había invitado para resolver entre otras cosas un desencuentro personal con el director del programa Carlos Alsina. Y la mentira saltó en cuanto dijo que él había estado en desacuerdo con la sentencia del Tribunal Constitucional sobre el Estatuto de Cataluña que ya había sido votado en referéndum por los catalanes.

Dijo en la entrevista de ayer que él no había estado de acuerdo con esa sentencia. Pero inmediatamente Alsina le desmintió porque -las hemerotecas es lo que tienen- quedó claro que el ex presidente se había declarado "contento" con la resolución del TC que había calificado de "muy positiva" y, es más, había dicho que en un plazo corto de tiempo, la gente se habría olvidado de ella.

Todo esto viene a continuación de que Zapatero pone la frustración del independentismo en la fecha en que el Constitucional fija su posición al respecto. Pero lo que aquí interesa es comprobar hasta qué punto va el ex presidente a ayudar al presidente en funciones para sacar adelante el proyecto de ley de amnistía, si es que se produce la conjunción de intereses de Carles Puigdemont y de Pedro Sánchez, cosa que de momento no se ha producido.

No está nada claro que lo que Zapatero defiende ahora -como la amnistía que Azaña concedió en febrero de 1936 a Companys y a todos los que habían estado involucrados en la Revolución de Octubre de 1934, lo cual era el programa-bandera del Frente Popular- a lo que Alsina replicó que Companys a continuación volvió a instaurar la república catalana por la vía de los hechos pero ya en plena guerra civil y contra la República española de entonces.

Esto del reencuentro que defiende ahora Zapatero, que hace de avanzadilla de Sánchez, no es tal porque mientras Puigdemont y los suyos y ERC y los suyos no abdiquen de esa apuesta, no tiene ningún sentido aplicarles una ley de amnistía

Vino a decir, de hecho lo dijo, que a lo que Sánchez cuando decía que la amnistía no cabía en la Constitución, y lo dijo muchas veces, se refería a la fórmula planteada por los independentistas. Nunca se oyó semejante cosa de labios del presidente, pero me apuesto algo a que más pronto que tarde, veremos a Pedro Sánchez "comprar" esa versión de sus palabras.

La cuestión que se dilucida ahora y que no parece tener vías de solución, por lo menos no de momento, es que el señor Puigdemont está dispuesto a volver a hacer lo que hicieron en el 2017, pero ahora ya sin Tribunal Supremo que pueda castigarles porque se ha quedado sin instrumentos para hacerlo ya que el delito de sedición ha sido borrado de nuestro Código Penal.

Con lo cual esto del reencuentro que defiende ahora Zapatero, que hace de avanzadilla de Sánchez, no es tal porque mientras Puigdemont y los suyos y ERC y los suyos no abdiquen de esa apuesta, no tiene ningún sentido aplicarles una ley de amnistía para que ellos rompan España a cambio de sólo un total de 14 votos, que son los que tienen, y ni uno más, para asegurar la permanencia de Sánchez en el Gobierno.

Zapatero explicó en el programa de Carlos Alsina que no hay una democracia en nuestro entorno que haya renunciado a aplicar en algún momento una amnistía.

El problema es que tampoco hay un país que tenga sentados en sus parlamentos a partidos cuya obsesión es deshacer la nación que les acoge y que no les pide que renuncien a sus ideas, simplemente les pide que no las pongan en práctica. Y que les castiga por haberlo hecho cuando se les podía castigar, cosa que ahora no pasaría.

En resumidas cuentas, Zapatero será un buen misionero de Sánchez en el momento en que Sánchez lo necesite, pero aunque no es tan mentiroso como el actual presidente en funciones lo cierto es que se le aproxima mucho.

Y le hará un buen papel.