No está nada claro que las cosas estén tan mal como lo pintan ahora mismo tanto ERC como el PSOE. Y no está nada claro porque puede ser una estratagema muy propia de situaciones como la que nos ocupa ahora mismo, cuando Pere Aragonés se va a enfrentar a 11 barones del PP en solitario aunque no asista a la retahíla de críticas que vendrán a continuación porque se ausentará inmediatamente después de intervenir.Pero es un buen momento para subrayar las dificultades que conlleva aprobar una ley de amnistía teniendo enfrente a todos los que se oponen a ella.

Y lo mismo puede decirse del Partido Socialista que tiene por delante mucho tiempo para negociar con Carles Puigdemont porque estamos a 10 de octubre y el plazo para convocar nuevas elecciones se termina el 27 de noviembre.

Por lo tanto, hay tiempo de sobra para tratar de convencer a Puigdemont de que no insista en dos cosas importantes para la estrategia del PSOE: que no vuelva a repetir la "hazaña" del 10 de octubre de 2017 cuando declaró la independencia de Cataluña para desdecirse 10 segundos después, que no vuelva a decir que lo volverá a hacer. Es decir, declarar la independencia. Y dos, que no reclame un referéndum de autodeterminación.

Por eso pienso que todo esto no es más que un montaje de mitad de camino para asustar al contrincante y hacerle rebajar sus pretensiones, tanto por parte del PSOE como por parte de Junts.

Por cierto, que ha sido convocado ese fantasmagórico Consell per la Repùblica para que voten si se sabotea la pretensión de Pedro Sánchez o no, si se aprovecha la ocasión para que su jefe sea amnistiado y no pase ni siquiera un día en la cárcel o se deja para mejor ocasión, que verosímilmente no la va a haber nunca más.

Ahora tiene el Partido Socialista dos "cumbres" que coronar. Una, la ley de amnistía y otra, la autorización para un referéndum de autodeterminación que no es posible ni volviendo del revés la Constitución

De este modo, un 0,0001% de los votantes españoles decidirán si la ley de amnistía se acepta o no se acepta en función de no se sabe qué intereses. Pero, en fin, esto es lo que hay.

Pero no era lo que el PSOE tenía previsto cuando afeaba a Núñez Feijóo que le estuviera haciendo perder el tiempo a los españoles. No era ese el planteamiento inicial porque, no sé por qué motivo, se pensaba que las negociaciones con Junts iban a ser más fáciles de lo que ahora resultan ser y que las negociaciones con ERC no iban a incluir un referéndum de autodeterminación como al final han acabado incluyendo.

Ahora tiene el Partido Socialista dos "cumbres" que coronar. Una, la ley de amnistía y otra, la autorización para un referéndum de autodeterminación que no es posible ni volviendo del revés la Constitución.

Es lo que probablemente defienda hoy Pere Aragonés en su intervención en el Senado. Una intervención que hará en primer lugar, puesto que el lehendakari Íñígo Urkullu ha declinado acudir y las intervenciones se hacen en orden de aprobación de los respectivos estatutos. Y el estatuto vasco fue el primero en ser aprobado por las Cortes Generales, de manera que el segundo fue el Estatuto catalán.

Por lo tanto, Pere Aragonés será el primero en intervenir, hablará en catalán, y a continuación cogerá presumiblemente el AVE para regresar a Barcelona sin haber escuchado a todos los barones del PP que, naturalmente, son contrarios a toda discriminación legal por razones de conveniencia política. Y no digamos nada de un referéndum de autodeterminación, lo llamen como lo llamen.

Veremos lo que sucede esta mañana en el Senado.