Para entender completamente la gravedad de los acontecimientos actuales, es crucial explorar el trasfondo histórico que ha moldeado las relaciones entre Israel y Hamás, así como realizar un análisis de los acontecimientos en la zona en los últimos años. Durante los últimos 4 o 5 años, muchas personas han trabajado para la normalización de las relaciones entre Israel y los países árabes, logrando avances significativos. Sin embargo, la polarización global ha intervenido en este proceso.

Irán, como estado teocrático, perteneciente a un eje autócrata, no ha podido tolerar el acercamiento entre Israel y los países árabes, puesto que considera a Israel como un enemigo desde su fundación. A través del apoyo y financiación a grupos terroristas como Hamas en la Franja de Gaza y de Hizbulá en el Líbano, ha desatado un nuevo conflicto, en un claro intento de sabotear las relaciones exteriores de Israel con sus vecinos y poniendo en peligro vidas humanas inocentes. Y a su vez, le ha prestado un servicio a Rusia, alejando el foco de atención occidental de Ucrania

En democracia condenamos cualquier forma de violencia como medio para resolver disputas

La brutalidad vista en los ataques terroristas del 7 de octubre nos recuerda épocas oscuras de la historia que en Europa nos habíamos propuesto no repetir. Ciudadanos inocentes arrancados de sus hogares, sometidos a torturas, asesinatos o secuestros. Niños, mujeres y ancianos víctimas del terror más despiadado, abriendo heridas que tardarán mucho tiempo en cerrarse.

En democracia condenamos cualquier forma de violencia como medio para resolver disputas. Sin embargo, nos enfrentamos a actores que no comparten nuestros valores y utilizan cualquier arma, incluido el terrorismo, para lograr sus fines. Por ello, es crucial que las democracias occidentales permanezcamos unidas contra estos ataques. 

El pasado jueves el Parlamento Europeo aprobó una resolución condenando los ataques terroristas a Israel y defendiendo el derecho de Israel a defenderse. Durante el debate parlamentario, fue lamentable observar a quienes se abstuvieron de condenar abiertamente el terrorismo, una postura asumida también en España por miembros del mismo partido. Sin embargo, aún en medio de los ataques, hemos conseguido ponernos de acuerdo y reafirmamos el derecho de Israel a defenderse y garantizar la protección de sus ciudadanos. En un momento de abrumadora tensión, el Parlamento Europeo ha mantenido su compromiso con los principios de paz, seguridad y diplomacia.

No debemos olvidar que Israel es la única democracia en la región, un país constantemente atacado que solo ha entrado en combate para defenderse. En su frontera norte, Líbano es un estado fallido que en la práctica está gobernado por Hizbulah. En el sur, Egipto ya lidia con sus propios problemas con el terrorismo, presente en la zona a través de los Hermanos Musulmanes y por eso durante esta semana se ha mostrado reacio a abrir fronteras con la Franja de Gaza para la entrada de refugiados. Siria lleva años inmersa en una guerra desgastante y Jordania, una monarquía constitucionalista, ha vivido años de paz y estabilidad a la que le será difícil renunciar a la vista de la situación en la que se encuentran sus vecinos tras años de conflictos internos, terrorismo y conflictos regionales. 

Palestina tiene que poder compartir la prosperidad que se está produciendo en la zona

El eje de países a los que no les agrada nuestro modo de vida, basado en la democracia, la libertad, los derechos humanos, tiene en la región una víctima fácil. Por ello, debemos también apoyar a Israel. La estabilidad en la región requiere de una solución para el pueblo palestino. Y esa solución depende del establecimiento y el compromiso con la paz, de la instauración de la democracia, el respeto a los Derechos Humanos y el fomento de la prosperidad económica. Palestina tiene que poder compartir la prosperidad que se está produciendo en la zona, o que por lo menos se estaba produciendo hasta ahora, con los acuerdos de Abraham.

Solo con esfuerzos colaborativos y enfoques que promuevan la estabilidad a largo plazo se logrará una solución en este conflicto. A través del diálogo y la cooperación podemos aspirar a un futuro donde prevalezca la paz en Oriente Medio, y para ello la comunidad internacional deberá mostrar una voz unida si quiere desempeñar un papel crucial en facilitar este proceso. Y la verdad es que no tenemos otra opción, porque el enemigo no nos lo va a poner fácil. 


Antonio López-Isturiz es diputado en el Parlamento Europeo por el Partido Popular desde 2002 y es Presidente de la Delegación del Parlamento Europeo para las relaciones con Israel. Fue Secretario General del Partido Popular Europeo entre 2002 y 2022.