¿Llegó George Mallory a la cumbre del Everest? Los que creemos en las leyendas decimos que sí, que su muerte llegó en el descenso, pero que fue el primero en pisar la cumbre más elevada del mundo.

George Mallory era un inglés nacido en Mobberley (Chesire) en 1886. Educado en Cambridge, era amigo de los intelectuales de la época como Litton Stratchey, John Maynard Keynes o Duncan Grant.

Pero Mallory, sobre todo, estaba unido a las montañas.

Desde finales del XIX, alcanzar las grandes cumbres eran objetivos nacionales y muchas de ellas eran una cuestión británica, porque ellos eran los que habían expandido su dominio en Asia.

Así el K2 tuvo su primera expedición en 1856 liderada por Thomas Montgomery y su primera intentona en 1902 liderada por Eckenstein y Crowley. Cierto que luego, a los italianos, se les metió la cumbre entre ceja y ceja hasta que la conquistaron en 1954.

Pero en 1921, la primera vez que Mallory pisó el Himalaya, el objetivo no era sólo ascender. Era llegar donde nadie había pisado antes, nadie iba a llegar tan alto como quien llegara primero al Everest y ese alguien debía ser británico.

Mallory volvió en 1921, año en el que su expedición hizo tres intentos de los cuales, él participó en dos.

En 1924 llegó de nuevo al Himalaya. Otros tres intentos. Mallory participó del primero y el tercero. En el primero tuvieron abandonar por la negativa de los porteadores a seguir. El segundo lo acometían Edward Norton (no relacionado con el actor) y Charles Bruce, el jefe de toda la expedición. Norton quedó ciego durante 60 horas y la expedición fue abortada.

El tercer asalto lo hizo Mallory con un compañero de 22 años llamado Andrew Irvine. El resto está en varios libros, cada cual más emocionante porque la vida de Mallory lo fue.

El alpinismo no es coger una mochila, 100 barritas energéticas, mucho abrigo y ponerse a subir hasta llegar. A partir de ciertas alturas hay que ir montando campamentos sucesivos que permitan descansar hasta llegar a la cumbre. El tiempo se detiene porque el otro tiempo, el climático, manda y uno no opera bajos sus urgencias, sino al compás de la climatología y del cansancio.

Si lo quieren ver desde un punto de vista más romántico, la montaña es una amante cruel, no porque no te quiera cerca, sino porque te oculta hasta el final el sacrificio real de cada osadía.

Pero ahí es donde radica la grandeza de la cumbre… en ser conscientes del sacrificio. El problema es cuando el sacrificio se convierte en un paseo y el ascenso al Everest en una atracción para turistas a los que un helicóptero plantifica en lo que solía ser el campamento III en la época de Mallory.

El problema es cuando el sacrificio se convierte en un paseo y el ascenso al Everest en una atracción para turistas. Esta es la imagen que tengo hoy tras los dos días de investidura

Esta es la imagen que tengo hoy tras los dos días de investidura. Descubrir que Pedro Sánchez llevaba desde marzo negociando con Puigdemont, que (pese a ello) ha negado la amnistía como medida a tomar por el gobierno hasta dos días antes de las elecciones y ver cómo la campaña ha sido un mero desgaste porque simplemente se esperaba a que dieran los números, ni siquiera a ganar, me deja como cuando veo las cordadas de 200 turistas queriendo acceder a hacerse un selfie en la cumbre.

Estos días hemos asistido a una consecución de reivindicaciones. Unas catalogadas como históricas, otras como “justicia” que lo que ocultan es algo tan material como un número: 14.

14 votos que se han escudado en supuestas ofensas y en el sacar pecho por unos actos que, claramente, violaron el orden constitucional, aunque, a fuerza de anularlo y discriminarlo, pueda parecer que ha perdido todo su significado.

Pero nada habla a favor de los que defienden su orgullo de haber sido ofendidos.

El independentismo catalán sabe, porque así se lo aclararon en 2017, que la Unión Europea no va a aceptar el ingreso inmediato de un país escindido de otro país miembro.

¿Nuevo país? Nuevo proceso de ingreso desde 0.

Así que, el independentismo, necesita llevar al gobierno de Pedro Sánchez a un lugar en el que sea más que evidente que es necesaria una incorporación inmediata y ese lugar es el referéndum.

Supuesto que lo pierdan, como cualquier otro escocés o quebequés independentista, dirán: “No hay problema. El movimiento existe y ya volveremos a intentarlo”, porque (y aquí yace lo mollar) el Estado, a través del gobierno, ya habrá autorizado las consultas. Autorizada la primera, no hay más que volver a convocar.

Si ganasen por mayoría, saben que no se pueden independizar a las bravas, porque, como cualquier consulta en Google les revelará, Cataluña tiene un déficit de 3,8 mil millones de euros (-1,5%/PIB) y 87 mil millones de deuda (32,4%/PIB). También les dirá que, si está infra-financiada, lo está tanto como la Comunidad de Madrid, lo que implica dos cosas, en orden inverso: (1) No es un caso para victimizar y (2) la gestión es francamente mejorable.

Es decir, el Estado no le trata peor que a cualquier otra región potente, pero su Administración ha dejado y deja mucho que desear.

Por eso necesitan a Europa y, me atrevería a decir, que por eso, durante un tiempo, necesitan perder algún que otro supuesto referéndum. Para poder justificar el anclaje mientras intentan sanear la economía porque, lo irónico, es que la Unión Europea no sólo no admite nuevos países miembros de forma inmediata, sino que necesitan cumplir ciertos requerimientos económicos que, entre otros, incluyen (como ya habrán supuesto), el déficit y la deuda.

Ya ven. Los logros y las deudas históricas no suelen saldarse con un pequeño salto desde un helicóptero para luego fingir esfuerzo.

¿Llegó George Mallory a la cumbre del Everest? Los que creemos en las leyendas decimos que sí, que su muerte llegó en el descenso, pero que fue el primero en pisar la cumbre más elevada del mundo.

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