Vamos a ver: para hablar de migraciones hay que hacer una política europea y no valen las minipolíticas que están llevando a cabo las autonomías que pretenden ser un Estado dentro de otro Estado como es el nuestro.

Pero en fin, resulta que a Junts le ha molestado porque acusa de buenismo a ERC por acoger sin discriminaciones a todo inmigrante que tiene problemas o que los crea porque los tiene. Y, viceversa, ERC acusa a Oriol Junqueras, al advertir que abrazar los discursos de la extrema derecha que criminalizan a las personas migrantes, lejos de resolver las situaciones de pobreza y exclusión, pone en riesgo la cohesión social y su incorporación al proyecto nacional. Junqueras no mencionó a Junts.

Hay una batalla campal por la gestión de la inmigración porque hay una señora, independentista enragée que se llama Silvia Orriols, que les está quitando los votos a los de Junts en materia de inmigración

Allí hay una batalla campal por la gestión de la inmigración porque hay una señora, independentista enragée que se llama Silvia Orriols, que les está quitando los votos a los de Junts en materia de inmigración. Pero, claro, no es únicamente una batalla campal por la inmigración. También lo es por la ley de amnistía y por tantísimas otras cosas que este Gobierno ha cedido en la aciaga noche del viernes pasado.

Esto tiene que tener atacado de los nervios a los de ERC porque resulta que Puigdemont si es amnistiado podrá presentarse como candidato a la presidencia de la Generalitatat. Pero al estar inhabilitado Junqueras perderá esa opción de todas las maneras.

Eso hay que aclararlo, Pero al margen de eso también nos encontramos con que el PNV también pretende asumir las competencias de su región.

Con lo cual la política de migración que está pendiente de resolverse en Europa y que es uno de los retos de este continente privilegiado, está pendiente de la pequeñez, de la minúscula dimensión de unos Estados que quieren serlo.