Alejo Vidal Quadras, al que intentaron matar hace dos meses en Madrid, en su primera aparición pública en video nos recuerda dónde estamos: “España atraviesa un momento muy difícil de su historia donde la existencia misma de la nación está en peligro. Por eso el trabajo de tantas entidades civiles que se han movilizado en defensa de la cohesión nacional, de la democracia, de la libertad y del imperio de la ley, es tan esencial en estos tiempos”.
Estamos viviendo una época sin precedentes desde que llegó la democracia. Este es un golpe que no necesita pistola en mano en el Congreso ni una Declaración Unilateral de Independencia desde un Parlamento autonómico, este golpe de Estado se produce por goteo, día a día, poco a poco. El poder legislativo lo acapara todo, todo lo manipula y lo convierte en un servicio a la persona del presidente del gobierno, ni siquiera al partido y mucho menos a la nación. Todo vale para salvar a Sánchez. Y la oposición hace lo que hace siempre, sin entender la excepcionalidad de la situación.
Frente a la falta de escrúpulos de Sánchez, Feijóo está solo
El PP no supo reaccionar tras el escaso resultado de Feijóo en las generales, en especial tras las victorias incontestables de otros líderes populares en 11 comunidades autónomas. Echaron la culpa al triunfalismo excesivo de las encuestas de Michavila, a la presencia de Vox que asustaba al votante de centro, a los independentistas… A todos menos a ellos mismos. En lugar de aprender de las estrategias del contrincante que le han llevado al poder, mantienen la misma hoja de ruta en las pasadas generales que ahora en las autonómicas gallegas. Que Vox no se sepa que existe, ni siquiera les invitan a los debates electorales de la televisión gallega pero sí invitan a Sumar, aunque ninguno de los dos tenga representación en su parlamento.
Feijóo intenta mantener la tensión en la calle, pero sabe que a las concentraciones acude cada vez menos gente, ¿por qué? sencillo, los asistentes creen ir a una manifestación reivindicativa y se encuentran con un mitin del PP con atril y micrófono. En lugar de unir, separa. En vez de rodearse de partidos que le apoyan y liderar él una coalición unida contra Sánchez, se enfrenta solo y sin aliados, a la espera de una hipotética mayoría absoluta de aquí cuatro años. Aznar logró vencer por tan solo 290.000 votos a Felipe González, que llevaba 13 años de gobierno, y lo hizo uniendo a liberales, centristas, a la derecha más moderada y a la que lo era menos. Esa voluntad de frente común nunca la hemos visto en Feijóo.
Sánchez es un estratega acostumbrado con su “manual de resistencia” a torcer voluntades, ha provocado la división de Podemos, el ascenso de Sumar como marca blanca del PSOE, y acepta sobrepasar todas sus líneas rojas para conseguir el apoyo de independentistas, Bildu, BNG, Coalición Canaria… Frente a esta falta de escrúpulos, Feijóo está solo. Mientras Sánchez levanta muros, Feijóo le tiende la mano, y lo que es peor, dando la espalda a los únicos partidos que podrían apoyarle.
La sociedad civil se está viendo obligada a actuar de oposición al Gobierno, se han levantado al unísono todas las asociaciones de jueces, abogados del estado, fiscales, inspectores de trabajo y de Hacienda, colegios de abogados, y más de cien asociaciones ciudadanas que han recogido medio millón de firmas y las han llevado a Europa. Se manifiestan desde hace 80 días cada noche frente a la sede del PSOE en Ferraz, aunque no aparezcan ya en ninguna televisión. Mantienen la tensión en redes sociales, en podcast, programas de radio alternativos y canales de YouTube. Estos días en España hay dos tipos de ciudadanos, los que pasan de la política y los que están movilizados como nunca. Está resultando muy fácil para el Gobierno manipular a los españoles con la colaboración de una mayoría de mis colegas. Se despide a Fernando Sabater de El País, mientras los jefes de comunicación de Zapatero o Sánchez son tertulianos diarios en televisión invitados en todas las cadenas.
Nuestras acciones del presente tendrán consecuencias en el futuro. Escribía Unamuno hace 117 años la frase lapidaria “que inventen ellos”, y no hemos cambiado tanto, hoy decimos “que nos saque de esta Europa”. Seguimos siendo un país que necesita tutela.
En la dirección del PSOE se han cansado de García-Page. Ayer estalló Santos Cerdán, número tres del partido y negociador […]Alejo Vidal Quadras, al que intentaron matar hace dos meses en Madrid, en su primera aparición pública en video nos recuerda dónde estamos: “España atraviesa un momento muy difícil de su historia donde la existencia misma de la nación está en peligro. Por eso el trabajo de tantas entidades civiles que se han movilizado en defensa de la cohesión nacional, de la democracia, de la libertad y del imperio de la ley, es tan esencial en estos tiempos”.