Las políticas monetarias que llevan a cabo los bancos centrales determinan nuestras finanzas personales más de lo que pensamos. Muchos ciudadanos españoles han tomado conciencia de ello en los últimos meses, en los que las subidas de tipos de interés decididas por el Banco Central Europeo (BCE) han provocado incrementos elevados en las hipotecas y en los intereses de los depósitos que han lastrado los ahorros de las familias.
La decisión de subir los tipos es una medida estratégica para contener la inflación, que en julio de 2022 alcanzó máximos históricos en toda la Zona Euro, con una tasa del 8,9%. En España, ese mismo mes el IPC se situó en el 10,8%. Y en Estados Unidos la cota máxima se alcanzó un mes antes, en junio de 2022, llegando al 9,1%. Por ello, también la Reserva Federal (FED) inició una senda de subida con los tipos de interés.
La FED y el BCE suelen actuar en direcciones similares y tienen en cuenta las decisiones del otro en sus propias consideraciones de política monetaria. Ese histórico mes de julio de 2022 fue el pistoletazo de salida para que ambas instituciones comenzaran un ciclo de subidas consecutivas de los tipos de interés, que se sitúan ahora en el 4,5% en Europa y en el rango 5,25% - 5,5% en Estados Unidos. Y actualmente, ambas también, en sus primeras reuniones de 2024, han decidido no mover ficha y mantener los tipos sin variaciones.
Es verdad que estas políticas monetarias han ido dando resultados, y la inflación, tanto en el continente europeo como en el país norteamericano, ha descendido notablemente. Los últimos datos, correspondientes al mes de enero, la sitúan en el 2,8% en la Zona Euro y en el 3,4% en España. Hace dos semanas se hizo público también el dato de Estados Unidos, donde se sitúa en el 3,1%. Es decir, poco a poco se va acercando al objetivo de contención total del 2% que tanto el BCE como la FED pretenden alcanzar, pero sigue siendo persistente y aún seguirá unos meses por encima del 3%. Por eso los bancos centrales no quieren pecar de optimistas y han indicado que de momento mantendrán los tipos de interés, a pesar de que los mercados estaban esperando que comenzara el ciclo de bajada.
Inicialmente, los analistas habían pronosticado que en Estados Unidos ese punto de inflexión llegaría este mes de marzo, o a más tardar en mayo. El mercado estadounidense esperaba para enero un descenso del IPC mayor del que ha tenido lugar, hasta el 2,9%, con lo que esos mismos analistas apuntan ahora que el inicio del descenso de los tipos se pueda retrasar a la segunda mitad del año.
La respuesta de los mercados
¿Y cómo han reaccionado los mercados ante el anuncio del IPC estadounidense? Fijémonos en el índice de referencia S&P 500, uno de los más seguidos no solo en Estados Unidos, sino en todo el mundo. Está formado por las 500 mayores empresas del país que cotizan en bolsa, y su buen comportamiento es un estímulo para los inversores, al interpretarlo como una señal positiva a la hora de buscar oportunidades de inversión. Algunas de ellas, como Tesla, Amazon, Apple o Microsoft, se encuentran en el Top 5 de la mayoría de las acciones y planes de inversión más negociados por los
españoles a través de nuestro bróker durante 2023.
En diciembre de 2023, el S&P 500 aumentó su cotización un 20% respecto al año anterior, y llevaba dos meses consecutivos registrando máximos históricos, motivados en parte por esa esperada bajada de los tipos por parte de la FED. Al conocerse la tasa del IPC de enero, tanto el mercado de renta variable como el de renta fija sufrieron caídas, y este índice experimentó un ligero retroceso, pero continúa manteniendo su solidez.
Los inversores minoristas pueden aprovechar la evolución y el potencial de los índices invirtiendo en fondos cotizados (ETF,por sus siglas en inglés) que replican índices como el S&P 500 o el MSCI World. De hecho, estos dos son los ETF más negociados en los planes de inversión contratados a través de nuestra plataforma. La ventaja de optar por este producto de inversión es que tiene muy bajas comisiones y resulta asequible para los pequeños inversores, de manera que por un coste muy bajo pueden tener una cartera diversificada y estar invirtiendo en las compañías más importantes a nivel global.
Por otro lado, más allá de los altibajos del mercado, es esencial tener en cuenta una regla de oro en la inversión: la clave para generar riqueza reside en el largo plazo. Tanto las subidas como las bajadas forman parte de la volatilidad natural de los mercados bursátiles, y la mejor recomendación para los inversores minoristas es mantener la calma y ceñirse a su estrategia a largo plazo.
Si tenemos un plan de inversión basado en un ETF, gracias al interés compuesto a lo largo del tiempo, el dinero invertido aumenta. Y hay pruebas empíricas: a medio y largo plazo, el mercado tiende a subir de forma sostenida. Si analizamos la serie histórica de los últimos 35 años, la rentabilidad bursátil a largo plazo es del 7% (después de inflación). Por tanto, la opción perfecta es disponer de algunos ETF sencillos y de bajo coste y dar tiempo al tiempo, para beneficiarnos de la evolución positiva de todo el mercado. De este modo, también conseguiremos batir a la inflación y que nuestro dinero ahorrado no se deprecie.
*Adrián Amorín, country manager para España de Scalable Capital
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