El 10 de septiembre de 2023 se celebró la prueba reina de traineras Bandera de la Concha. Ganó la embarcación Urdaibai, de Bermeo. Uno de sus remeros, Iñaki Goicoetxea brindó su triunfo al etarra Iurgi Garitagoitia en la entrevista que le hizo la televisión pública ETB. La trainera Donostiarra, de San Sebastián, quedó en tercera posición y su patrón era Arkaiz Díaz. Su padre fue asesinado por un comando de ETA en 2001.
Este suceso retrata a la perfección lo que sucede en el País Vasco. ETA ya no mata, pero una parte de la sociedad vasca piensa que su lucha sirvió para algo y apoya a sus presos como si fueran héroes condenados por un sistema injusto. Al mismo tiempo, las victimas de ETA tienen que soportar la humillación de ver como los asesinos son agasajados en sus pueblos y reciben un trato casi laudatorio en algunos los medios de comunicación.
ETA hace ya más de diez años que dejó de existir como organización, pero su legado está presente en el País Vasco, forma parte de la leyenda de los valientes gudaris que arriesgaron su vida por la independencia. EH Bildu, coalición en la que el partido principal es Sortu, heredero de Batasuna, el brazo político de ETA, puede ganar las elecciones del próximo 21 de abril. Su éxito está basado en asumir el pasado de ETA pero, al mismo tiempo, hacer como si no tuviera nada que ver con ETA.
Hace tan sólo once meses, EH Bildu presentó en las listas a las elecciones municipales a 44 ex etarras, de los que siete fueron condenados por delitos de sangre. Estos últimos tuvieron que renunciar ante la repercusión pública de la denuncia de Covite (una de las asociaciones de victimas que mantiene la lucha por la dignidad en el País Vasco). Ahora, Arnaldo Otegi, el líder de la organización que ha sido responsable de este giro hacia una aparente moderación, aprendida la lección, ha confeccionado unas listas para las elecciones autonómicas en las que no hay ni rastro de ETA.
La propaganda de baja intensidad va calando en la sociedad, desde los colegios a las competiciones deportivas: la lucha de ETA valió la pena
En una sociedad con la memoria tan frágil como los principios, la apariencia pesa más que la realidad. Por eso, mucha gente votará a EH Bildu pensando que esa coalición ya nada tiene que ver con el terrorismo.
Sin embargo, hay una prueba definitiva de que la metamorfosis de Batasuna a un partido homologable con el resto de organizaciones políticas es postureo electoral. Otegi, ex militante de ETA, se ha negado reiteradamente a condenar a la banda responsable de casi 900 asesinatos. A lo más que ha llegado es a "lamentar" el dolor causado. Gracias, Arnaldo.
Mientras que Pedro Sánchez trata con guante de seda a los parlamentarios de EH Bildu, que le dieron sus votos en la investidura, la organización no ceja en llevar a cabo una activa política a favor de los presos etarras.
La propaganda encaminada a edulcorar el perfil de presos y ex líderes etarras lo abarca todo. Desde los payasos Porrotx, Marimotots y Pirritz, que divierten a los niños al tiempo que piden el regreso a casa de los presos, hasta las tamborradas donde se corean nombres de etarras todavía en prisión.
El pasado 24 de abril concluyó la Korrika, una carrera popular que recorre todo el País Vasco, incluido el francés, y Navarra. Covite denunció que en esta edición se exhibieron 60 retratos de etarras a lo largo del recorrido. E incluso que en la misma participaron con un papel protagonista conocidos ex etarras. En Galdakao se mostró un retrato gigante de García Gaztelu, Txapote, asesino de Miguel Ángel Blanco. En enero se celebró una gran manifestación en Bilbao por el regreso a Euskadi de los 142 etarras que cumplen condena fuera del País Vasco... En fin, la lista de actos, fiestas, concentraciones y comilonas a favor de los etarras sería interminable.
Lo que no se puede poner en duda es la eficacia de ese nuevo rostro, más amable, menos agresivo y amenazante de lo que fue en los tiempos de plomo.
Ahí tenemos, por ejemplo a Joseba Asirón, recuperando la alcaldía de Pamplona gracias al apoyo del Partido Socialista de Navarra. Ante la posible bronca que se podía montar en la Plaza del Ayuntamiento, tras el pleno que le encumbró, EH Bildu difundió entre los suyos una recomendación suficientemente explícita: "No correr, no gritar y reír".
Una preocupación constante de los colectivos de victimas y de los partidos que sufrieron en carne propina la violencia etarra (ahora no se sabría muy bien si el PSE formaría parte de este bloque) es que, una vez derrotada ETA, el mundo que la apoya no terminase imponiendo su relato sobre lo que fueron sus casi 50 años de negra historia. A la vista de lo que está sucediendo puede decirse que la disfrazada Batasuna está a punto de conseguir su objetivo. Y no digamos nada si EH Bildu gana las elecciones.
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