De los casi 1.200 millones que administra Radiotelevisión Española cada año, casi 270.000 euros se destinan a engrasar el púlpito matinal de Silvia Intxaurrondo, una periodista sobre la que ninguno de sus compañeros parece dudar. No es lo mismo pontificar desde un medio público que desde uno privado. Intxaurrondo lo hace desde la televisión estatal, donde expone sus simpatías y sus manías sin que nadie allí dentro le advierta de su descaro.
Resulta insólito que desde el Consejo de Informativos no hayan puesto el grito en el cielo por la parcialidad de esta líder de opinión, al igual que hicieron en su día, por ejemplo, cuando el telediario ocultó las grabaciones que se habían registrado en el despacho de Jorge Fernández Díaz dentro de aquella 'Operación Cataluña' tan maloliente. La presentadora se significa cada mañana desde su puesto y, por supuesto, en los últimos días lo ha hecho para respaldar las tesis de Pedro Sánchez sobre la conspiración político-mediática que existe contra el Gobierno.
Explicaba este viernes la periodista que “la literatura estadounidense” ha descrito casos en los que medios financiados por partidos políticos intentan influir en procesos electorales a través de la publicación de “informaciones falsas” que “montan un caso” al rival y que son remitidas de forma anónima por una fuente interesada. “No todos los periodistas somos iguales”, afirmaba antes de soltar esta frase, como queriendo distinguirse de la basura mediática que campa por estos lares.
Malos y ¿buenos?
Pareciera que sólo los medios de la derecha actúan de esta forma -y los hay- y así lo han intentan demostrar Sánchez y sus propagandistas en estos días inciertos. Lo que ocurre es que un medio de comunicación difundió hace unas semanas un bulo sobre la mujer de Núñez Feijóo que tuvo que rectificar, porque era falso. Antes de hacerlo, Pedro Sánchez y dos ministros se ocuparon de airearlo en el Congreso. Sí... Sánchez, el que lamenta la utilización de su mujer para desgastar su figura. Sí, Sánchez... el que llamó indecente a Rajoy en un debate. O el que sacó a la palestra a Marcial Dorado en la pasada campaña electoral.
Pues bien, el medio de comunicación que difundió esa patraña pertenece a José Miguel Contreras, que es uno de los empresarios mediáticos más cercanos a Moncloa. También, uno de los productores más habilidosos para vender sus productos a RTVE. En los últimos años, LACOproductora -hoy de Prisa- ha conseguido contratos por valor de casi 28 millones de euros con la corporación.
El último se llama En primicia y ha costado 1,78 millones de euros. Consiste en una serie de entrevistas a periodistas muy bien escogidas. ¿Por qué? Porque servirán para ensalzar a los suyos, pero también para contentar a 'los otros'. Ya se sabe por qué se hacen esas cosas. Nadie es inmune a los halagos. A lo mejor consiguen que se suavice el nivel de crítica hacia TVE. Repito: 1,78 millones de euros en esta maniobra de 'comunicación estratégica'.
Estrategias cuestionables
Podrá comprobar Intxaurrondo que no sólo la derecha trumpista recurre a tácticas ominosas para debilitar a sus rivales. Se podría debatir largo y tendido sobre eso. ¿Qué es más lamentable? ¿Difundir un infundio contra el presidente o conseguir buenos contratos gracias a la influencia de la que se dispone en el palacio presidencial? Que nadie piense mal. No se habla aquí de Begoña Gómez. Esto va de determinadas productoras y empresarios mediáticos de la cuerda del PSOE.
Intxaurrondo no se corta e incluso estos días ha sacado a colación el asunto del 11-M para retratar a la prensa conspiradora. No es lo peor que ha pasado en RTVE en estos días. Laura Arroyo, que es parte del equipo de Canal Red -el de Pablo Iglesias- y que colabora en La 1, llamó el jueves a Sánchez a actuar, lo que implicaría “tocar el poder judicial” e “intervenir de forma directa los medios que no son medios y los periodistas que no son periodistas”.
Supongo que en esa lista no están los que este viernes rubricaban un manifiesto de apoyo a Pedro Sánchez en el que se hablaba de “golpismo judicial y mediático” y de los atentados de estos agentes contra la democracia parlamentaria. Entre las firmantes se encontraba Intxaurrondo.
Los 'Viernes de negro'
Se organizaron en RTVE 'Viernes de negro' por hechos (innegables) que fueron mucho menos graves que los que protagoniza la periodista que dirige su programa matinal, tutelada por una presidenta provisional -Concepción Cascajosa- que tuvo hasta hace unos días carné del PSOE en su casa. Las fuerzas vivas de la corporación callan ahora e incluso defienden a Intxaurrondo a ultranza. UGT la invitó a uno de sus últimos actos públicos, en el que coincidió con José Luis Rodríguez Zapatero.
Hubo un tiempo en que estas cosas se hacían con disimulo, al caer el sol y con sombrero de tres picos. Ahora se realizan a cara descubierta. ¿Quién es entonces el que ha debilitado la democracia y se ha apropiado de los servicios públicos?
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