Hace tres años hicimos una promesa. Presentamos una Estrategia Global de la UE sobre los Derechos de la Infancia y una Garantía Infantil Europea, desarrolladas junto con niños para niños. Partíamos del principio de que todos los niños de Europa y del mundo deben disfrutar de los mismos derechos y vivir libres de discriminación, intimidación y violencia de cualquier tipo. No sólo nos comprometimos a promover los derechos de la infancia, sino a defenderlos, cumplirlos y rendir cuentas por ellos. En un mundo que cambia rápidamente, los niños sufren las consecuencias de la pandemia, la pobreza y la desigualdad, la discriminación, los conflictos armados, el cambio climático y en el mundo virtual. Hemos emprendido acciones colectivas con nuestros socios europeos e internacionales, así como con organizaciones de la sociedad civil, para seguir reforzando los derechos y la calidad de vida de los niños en la UE y fuera de ella. 

A pesar de los progresos realizados, debemos reconocer que la violencia contra los niños sigue siendo un reto importante tanto dentro como fuera de la UE. Las estadísticas subrayan la urgencia de nuestra misión. Por ejemplo: se calcula que el 20% de los niños europeos sufren algún tipo de abuso sexual, que el suicidio es la segunda causa de muerte entre los jóvenes de 15 a 19 años y que hasta el 29% de los jóvenes de 15 años declaran sufrir acoso con frecuencia. Según la Organización Mundial de la Salud, la mitad de los niños del mundo sufren algún tipo de violencia cada año. 

La violencia contra los niños puede costar a las economías hasta el 8% del PIB mundial. Las acciones, y la inacción, de los gobiernos tienen un mayor impacto en los niños que en cualquier otro grupo de la sociedad. Protegerlos es un imperativo legal y moral. También es una inversión estratégica a largo plazo en nuestras sociedades. Esta situación nos obligó a elaborar y adoptar una Recomendación de la Comisión sobre sistemas integrados de protección de la infancia. Este hito no es un documento político más: es la culminación de un esfuerzo persistente para garantizar que el derecho de todos los niños a un entorno seguro y enriquecedor se convierta en algo más que un ideal.

Esta recomendación aboga por un enfoque global que incluya la prevención, la protección y la participación, garantizando que los sistemas de protección de la infancia sean sólidos y respondan a las diversas necesidades de todos los niños. Este enfoque es fundamental para hacer frente a los retos actuales, como el abuso y la explotación sexual infantil en línea, la exclusión socioeconómica, la protección de los niños en situación de migración y los efectos persistentes de la pandemia del COVID-19 en la salud mental y la seguridad.

Nuestras acciones se han guiado por un principio simple pero poderoso: "Nada para nosotros, sin nosotros". A través de nuestra nueva Plataforma de Participación Infantil, lanzada hace unos meses, más de 1.000 niños ya han contribuido activamente a dar forma a políticas que afectan a sus vidas. Desde la seguridad digital a la lucha contra el acoso y los abusos dentro y fuera de Internet, y desde la violencia en las escuelas a la situación de los niños en acogimiento alternativo. Sus voces no sólo han enriquecido nuestra comprensión, sino que también han orientado a la UE hacia políticas más centradas en la infancia.

Las alarmantes estadísticas sobre la violencia contra los niños no son sólo números; representan vidas y destinos individuales que nos comprometemos a mejorar mediante una acción decisiva y sistemas de apoyo integrados a través de un enfoque de toda la sociedad.

A medida que avanzamos, nuestra Recomendación pretende reforzar el marco existente fomentando una mayor colaboración entre los Estados miembros, mejorando la asignación de recursos y garantizando que nuestras reformas jurídicas y políticas se traduzcan en protecciones en el mundo real. 

A modo de reflexión, los avances de esta Comisión en la promoción de los derechos y la protección de la infancia dejan un legado que trasciende los ciclos políticos. Se trata de un logro colectivo que no sólo mejora la protección, sino que empodera a nuestros ciudadanos más jóvenes, fomentando su participación democrática activa en la configuración de una sociedad más justa y equitativa. Este trabajo debe continuar. 

Aún nos queda camino por recorrer para que nuestra Estrategia sobre los Derechos de la Infancia sea una realidad para todos los niños, en todas partes, pero me alientan nuestros progresos. Nuestro trabajo nunca se ha centrado en soluciones a corto plazo, sino en sentar las bases de un cambio sostenible, una visión que seguirá guiando la dedicación de la Comisión a los derechos de la infancia, garantizando que ningún niño se quede atrás.

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Dubravka Šuica e vicepresidenta de Democracia y Demografía de la Comisión Europea.