Si el consenso de los sondeos acierta el 12-M, Salvador Illa (PSC) ganará las elecciones en Cataluña con una horquilla de entre 38 y 42 escaños. Le seguirá de cerca Carles Puigdemont (Junts), con 34-36 escaños; y, en tercer lugar, estará Pere Aragonés (ERC) con 26-28 escaños. Hay que apuntar que en los sondeos no publicados de esta semana Junts aumenta progresivamente su ventaja sobre ERC, mientras que el PSC se estanca o incluso cae. El cuarto puesto se lo pelean Alejandro Fernández (PP) e Ignacio Garriga (Vox), aunque con ligera ventaja de los populares, que podrían alcanzar los 13 escaños. Luego vienen la CUP (9), Comuns Sumar (6), y la Alianza Catalana de la independentista xenófoba Silvia Orriols (3-4).
Esa fotografía es un tanto borrosa. Hay muchos indecisos que decidirán su voto en las últimas 48 horas. Por otra parte, la participación en los comicios de 2021 (51,7%) fue excepcionalmente baja. Si el domingo se volviera a una participación normal, eso significaría 15 puntos más que hace tres años, lo que hace aún más difícil prever el resultado final.
Si nos basamos en los números que hay sobre la mesa, la media de los sondeos publicados hasta el lunes, ligeramente modificada por los trackings de los últimos días, Illa podría presidir la Generalitat con un gobierno tripartito formado por PSC, ERC y Comuns Sumar. Juntos superarían los 70 escaños (la mayoría absoluta está en 68 escaños).
Mucho se ha especulado sobre lo que hará ERC, que siendo uno de los perdedores de estos comicios, sin embargo tiene la llave del futuro gobierno catalán. La pregunta clave es la siguiente: ¿Con quien preferiría gobernar Aragonés -aquí podemos poner el nombre de Junqueras-: con Illa o con Puigdemont? No duden ni un momento, con Illa.
Las relaciones entre los dos partidos independentistas acabaron muy mal después de compartir el Govern; ya eran malas antes. La salida de Junts, dejó a Aragonés gobernando en solitario con 33 escaños. Su balance como gestor ha sido penoso. A nadie debería extrañarle la caída de ERC en los sondeos.
Los grandes beneficiados del 12-M serán Illa, que aumentará sensiblemente el resultado del PSC en 2021 (subirá unos siete escaños), y Puigdemont (que al menos logrará 5 escaños más que hace tres años). El ex president ha rentabilizado electoralmente la consecución de la amnistía, por un lado, y el desgaste en el gobierno de ERC, por otro. Ganarle a ERC le llenará de gozo al todavía prófugo, aunque no le sirva para recuperar el trono.
Puigdemont ha llamado a la unión del independentismo tras el 12-M, pero él sabe mejor que nadie que la única manera de que el próximo gobierno sea indepe es que él gane las elecciones por encima de Salvador Illa, cosa bastante difícil, aunque no imposible.
Puigdemont sólo le retirará su apoyo a Sánchez si, a pesar de ganar el domingo, se forma un gobierno de izquierdas
ERC hará todo lo que esté en su mano para evitar el bloqueo y no se repitan los comicios. Eso no le interesa porque repetir elecciones significaría caer aún más en escaños. Por otra parte, ERC vive muy cómoda en el poder. Ahora controla todas las consejerías (14) y todos los altos cargos que dependen de esas consejerías. En total, más de 400 personas que cobran de la Generalitat perderían un buen y seguro salario si ERC se marchara a la oposición. Ni hablar del peluquín.
Algunos creen que si Puigdemont no gobierna le retirará el apoyo al Gobierno de Pedro Sánchez. Esa eventualidad sólo se produciría si Junts gana las elecciones y se conforma un gobierno tripartito de izquierdas. Lo que en Barcelona llaman 'un Collboni'. Por cierto, dentro de unos días se constituirá el nuevo consistorio en la ciudad condal, tras el acuerdo de PSC y ERC. Recordemos que en Barcelona ganó el candidato de Junts, Xavier Trías. Pero, si como apuntábamos, el PSC queda por encima de Junts, Puigdemont aceptará el tripartito y seguirá apoyando a Sánchez en Madrid.
En la parte baja de la tabla, es importante para el PP quedar por encima de Vox. Lo contrario sería un revés para Núñez Feijóo. Aunque sus 13 escaños no sirvan para mucho (a no ser que el PSC tenga tan buen resultado que necesite su abstención en la investidura), ese resultado es una base para que los populares dejen de ser en el futuro irrelevantes en Cataluña.
También es importante el resultado que consiga la coalición Comuns Sumar. Quedar en 5 escaños o menos sería un desastre para Yolanda Díaz... y también para Ada Colau, que no ha aparecido por los mítines de su partido en esta campaña. Ella está más preocupada por asuntos de mayor enjundia, como la situación en Gaza.
También habrá que tener en cuenta el resultado de Alianza Catalana, por cuanto mostrará hasta qué punto la radicalidad contra la inmigración comienza a ser electoralmente rentable más allá de Vox.
Como resumen, lo más probable es que Illa gobierne en coalición con ERC y los comunes. En segundo lugar, sería posible un gobierno independentista si Puigdemont hace la machada de ganar las elecciones. ¿El bloqueo? Es posible, pero poco probable.
Para España, lo esencial es que Sánchez podrá seguir gobernando con apoyado de unos independentistas a los que tendrá que hacer concesiones, como comprometerse a estudiar un posible referéndum y mejorar la financiación a Cataluña. El presidente usará el buen resultado del PSC para impulsar la candidatura socialista a las europeas y estrechar así el margen que, hoy por hoy, dan los sondeos al PP. Por cierto, que nadie dude de que el éxito en Cataluña, si se produce, se lo apuntará personalmente el presidente del Gobierno.
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