Acusa Carles Puigdemont a Pedro Sánchez de "chantaje" por su oferta de otorgar una financiación a la carta para Cataluña ligada al apoyo de ERC a la investidura de Salvador Illa. Yo es que me parto. ¡Puigdemont, que cambió la amnistía para él a cambio de investir a Sánchez, hablando de chantaje!

Pero, sí. Esta vez el ex president tiene razón. Sánchez ha planteado la financiación especial para Cataluña como un do ut des: dinero a cambio de que el candidato del PSC sea presidente de la Generalitat con los votos de ERC.

Luego alguien se extrañará de que mucha gente fuera de Cataluña esté hasta el gorro. Empezando por los presidentes de la comunidades que no son Cataluña, sean del PP o del PSOE, como Emiliano García Page, que ha visto en esta nueva cesión otra oportunidad para meterle el dedo en el ojo al líder de su partido.

El sistema de financiación autonómica vigente, caducado desde hace mucho más tiempo que el CGPJ, pero al que el Gobierno no le había prestado mucha atención hasta que ha necesitado los votos de ERC, incluso aunque sea desempolvando la vieja propuesta de "pacto fiscal" que en su día puso sobre la mesa Artur Mas, consiste básicamente en que las comunidades con más recursos financien a las que menos tienen. El sistema es mucho más complejo que todo eso, pero, finalmente, el resultado de lo que aporta cada autonomía menos lo que se recibe, coloca a Madrid como la comunidad más solidaria de todo el Estado, seguida muy de lejos de Cataluña y, en tercer lugar, de Baleares.

El Gobierno no puede ceder todos los impuestos a Cataluña sencillamente porque, si lo hace, el sistema se cae. Habría que replantearlo todo de nuevo y la conclusión sería que las comunidades con menos recursos recibirían menos dinero del que ahora reciben. De ahí el enfado de la mayoría contra esta nueva oferta de Sánchez a Cataluña para engatusar a ERC, cosa que, por cierto, está por ver.

Si el presidente cede todos los impuestos a Cataluña, el sistema de financiación autonómica se cae

Claro que todavía no sabemos en qué consiste esa financiación especial de la que habló Sánchez en su entrevista del domingo en La Vanguardia, especialmente dedicada a hacerle la pelota a ERC. ¿Hasta dónde llegará el presidente con tal de asegurarse el apoyo de los republicanos en el Parlament? ¿Se trata de otra añagaza más o bien de un plan para trasladar a Madrid el peso que se le quite a Cataluña?

El Gobierno y el PSOE han tirado definitivamente la toalla en la tarea de recuperar el liderazgo político en Madrid y Andalucía, comunidad que gobernaron durante casi cuarenta años y que, a este paso, no volverán a recuperar en varios lustros. Porque la autonomía que más dinero recibe con el sistema actual -aunque sea insuficiente- es Andalucía, que sería la más perjudicada si Cataluña logra el desenganche que anhelan tanto ERC como Junts.

Lo de Madrid es punto y aparte. La inquina de Sánchez a Díaz Ayuso le ha nublado la mente al presidente, que se olvida de que en esta comunidad viven más de siete millones de personas y que, además, es la que más aporta al PIB.

Sánchez no sólo ha situado en Madrid la sede social de la "máquina del fango", sino que la ha convertido en un ejemplo de "dumping fiscal", como ayer se encargó de remarcar la portavoz de la Ejecutiva socialista, Esther Peña. A pesar de las bajadas de impuestos, Madrid aporta al conjunto más de 6.000 millones netos al años, tres veces más que Cataluña. Eso es un hecho que no debería pasar por alto el presidente. Hoy por hoy, Madrid es la comunidad más solidaria con las que tienen menos renta.

En el PSOE se solía decir que el PP no puede aspirar a gobernar España con una representación débil en Cataluña y el País Vasco. Puede ser. Pero lo que es un hecho es que el PSOE no podrá superar el 30% de apoyo electoral si sigue manteniendo el raquítico resultado que ahora obtiene en Madrid y en Andalucía. Sánchez necesita a ERC y a Junts porque ha renunciado a tener un partido ganador en toda España.