“David Broncano ya es de todos”. La frase la pronunció Juan Carlos Rivero durante la retransmisión del España–Francia y el miércoles se repitió en la otra semifinal. Viva, pues. David Broncano por fin es nuestro. “Ya estaría”. Quien no se alegre de su nueva posesión, a lo mejor está motivado por animadversión manifiesta o por una manía personal. O quizás no tiene sentido del humor y no entiende bien lo que se decía en La Resistencia.

“David Broncano ya es de todos”. Con esa afirmación tan rotunda se eleva a un ser humano a la categoría de patrimonio colectivo. Así se conforma la iconografía de un pueblo. Así se construyó “el aeropuerto del abuelo”, que era el de Castellón; y así se ilustra a los ciudadanos de la España de 2024 sobre el enorme beneficio que supone el que Broncano vaya a aparecer gratis en la televisión pública a partir de septiembre, de lunes a jueves. Gratis… o por tan sólo 14 millones de euros por temporada. Tampoco es tanto.

Hagamos cuentas para que nadie se alarme. RTVE viene a costar unos 25 euros anuales a cada español. El precio asciende a 41,5 si se le suman las cadenas autonómicas. Eso no es nada. Cuatro cañas y dos raciones hoy en día. Es mucho menos que una suscripción anual a Movistar+ Plus, que obliga a desembolsar aproximadamente 120 euros. Por 45 euros compras sólo 3 kilos de salmón. ¿Qué prefiere usted? ¿Salmón para una semana o Broncano para todo el año?

Habrá quien se pregunte: ¿Y por qué tengo que pagar a Broncano, si no lo quiero ver? ¿Qué servicio público se ofrece en un programa tan caro? ¿No sería mejor que los interesados pudieran suscribirse a lo que ofrece Telefónica y, los que no, ahorrárselo? No merece la pena responder a esa gente. Si fuera por ellos, los españoles no veríamos los partidos de la Eurocopa gratis estos días. Gratis... a 40 millones de euros. Menos de 1 kilo por partido. Baratísimo.

El dinero que recibirá El Terrat (Mediapro) por la realización del programa es público y, por tanto, de nadie en particular. A cada español le costará 29 céntimos, es decir, lo que valía la entrada de un monólogo en el año 63. RTVE no tiene los suficientes medios para hacerlo -pese a que gasta 473 millones de euros en sus casi 7.000 salarios-, así que el producto lo encarga a un tercero, que se lo entrega  'llave en mano'. Es decir, listo para su emisión. 

Este tipo de acuerdos tienen todo el sentido para las series de ficción, dado que no se va a exigir a la televisión pública el disponer en Prado del Rey de un barco pirata, de medio centenar de caballos y de un castillo de cartón-piedra. Pero, ¿por qué hace falta contratar a una empresa externa para emitir un programa de entrevistas si en la corporación hay casi 2.000 periodistas? Es normal que se lo pregunte usted, dado que si Broncano es de todos, hay una parte que le pertenece y, por tanto, deberían preocuparle los asuntos relacionados con su productora. Es el equivalente a la propiedad horizontal y en las reuniones de vecinos es importante irse con todo muy claro.

A caballo regalado...

El de Broncano no es el único espacio de entrevistas y reportajes que se subcontrata. La corporación ha emitido durante los últimos tiempos uno que se llama En primicia y que realiza LACOproductora. Es decir, la empresa de Prisa que fundó José Miguel Contreras. La del programa de Julia Otero (8% de share, 5,5 millones) y la de That's my jam (4,5 millones). ¿Qué impedía a RTVE producirlo por su cuenta? Carencia de medios, como suele argumentarse en los Comités internos de la corporación en estos casos.

Y bueno, también conviene apoyar a los productores audiovisuales que arriesgan su dinero y merecen cierto respaldo. Ellos también “son de todos”.

Las películas españolas también “son de todos” porque nos definen y nos muestran nuestros puntos en común. Así que cuando José Antonio Sánchez fue designado como presidente de RTVE por Génova 13, tuvo la fantástica idea de presupuestar unos cuantos millones de euros para emitir un ciclo de cine patrio en La 2. La inmensa mayoría de los derechos de esas obras estaban en manos de Enrique Cerezo y José Frade, viejos conocidos de Sánchez en la Telemadrid de Ignacio González. En esa época, se contrató para la corporación a Ernesto Sáenz de Buruaga y a Carlos Herrera (también para magacines). Pasaron a ser ‘de todos’, como ahora Broncano, pese a que haya empresarios y personas a quienes parece que siempre les llegan más contratos cuando gobiernan unos u otros.

Fachosfera

Es curioso porque en ocasiones se socializa el gasto, pero, en otras, se intenta excluir a unos y a otros de las victorias. A veces se pide solidaridad y, otras, se privatizan los méritos. Sucede cuando a alguien le conviene instrumentalizar los logros. Nada que sorprenda en este país, acostumbrado a utilizar a las víctimas como arma arrojadiza o como protagonistas de documentales de true crime.

El último ejemplo se ha registrado en el caso de la selección española de fútbol. La victoria en las semifinales ha coincidido con el debate entre los partidos sobre el reparto de menores no acompañados. Así que hay alguien que ha considerado una buena idea el utilizar a Lamine Yamal y a Nico Williams para despotricar de los contrarios. En este caso, de los ultras y los putinejos camuflados que generalizan, confunden y proponen soluciones imposibles de aplicar sobre este tema. No es mucho más lustrosa y defendible la actitud de sus contrarios, que omiten que estos dos futbolistas han nacido en España y que son tan de aquí como los rubios de piel blanca y ojos verdes.

Aunque sean incapaces de verlo, su intento de utilizar este asunto para arrimar el ascua a su sardina también desprende un tufillo racista. Denota que hablan desde la distancia. Quienes vivimos en barrios con un porcentaje elevado de extranjeros solemos naturalizar estas cosas y enfurecer ante la política que se sirve de situaciones personales para ganar votos.

No ha faltado ningún portavoz de la izquierda política y mediática que no haya hecho una referencia a este tema esta mañana. También lo ha hecho Óscar Puente, para variar. Otro día más quemando Twitter en la oficina. En este caso, convenía hacer proselitismo ideológico para politizar y polarizar. Les conviene. En el de Broncano, es fundamental decir lo contrario. Conseguir que presente un programa en RTVE por tan sólo 14 millones al año es una gran noticia. Una hazaña. A partir de ahora, nos pertenece a todos.