Apeló Óscar Puente el otro día a que un 'órgano superior' cierre la investigación de Begoña Gómez. ¿Y qué es un 'órgano superior' en la vida? La cuestión puede abordarse de varias formas. Porque con esa expresión podría uno referirse al Señor nuestro Dios, al cerebro humano o a aquella víscera que esté inmediatamente por encima de la parte desde la que miramos, sea de pie o en una posición diferente. También se puede considerar como un concepto 'superior' el de la 'patria'... o el 'sistema', en caso de que quien habla cojee de la zurda y deteste los símbolos colectivos.

El 'órgano superior' de Óscar Puente tiende a meterle en problemas, cosa que no es exclusiva de su persona, dado que le sucede a muchos individuos. Digamos que muy de vez en cuando genera impulsos que culminan en expresiones gruesas. Una vez, le llevó a meterse en un lío con Ouigo. Otra, a definir como "saco de mierda" a la ardilla más lamentable de Alvise Pérez. Y, otra, a referirse al presidente argentino como alguien aficionado a ciertas sustancias... y eso deriva en un escándalo diplomático.

Poca duda cabe de que no es fácil situar en el terreno de la razón a 'los órganos superiores'. Contener la visceralidad, las filias, las fobias, las manías y los afectos suele ser complicado. Nos pasa a todos. Sucede en lo personal, pero también en lo institucional.

Una cuestión de jerarquía

Puente citó hace unos días al 'órgano superior' del juez Peinado y ahí cabe la cabeza y la Audiencia Provincial. Esta última, también está en el lado oscuro y tenebroso de la historia, dado que a finales de mayo rechazó el archivo de la investigación sobre Begoña Gómez. Como explicó El País, obviando "el informe de la UCO" que "no veía delito" en sus actividades profesionales. El abogado de Gómez volvió a recurrir hace unos días a esta instancia judicial para reclamar el carpetazo a las pesquisas. La 'instancia superior' que acepte, será la democrática y legítima, qué duda cabe de ello.

Por encima de la Audiencia, en cualquier caso, hay otras 'instituciones' más importantes y, en la cúspide, se halla Cándido Conde Pumpido, cuyo Tribunal Constitucional ha conseguido hacer algo que atenta contra la inteligencia del 'órgano superior' de algunos humanos, pero que hay quien ha celebrado con un sentimiento que brota de la caja torácica e incluso llevándose las manos a otra víscera que se halla un poco más abajo.

Me refiero a la anulación de sus condenas por el caso de los EREs de Andalucía. Así se hace justicia y así se configura el nuevo concepto de la memoria democrática. Es el que afirma que el PSOE no hizo nada y que los casi 700 millones de euros desaparecieron, al parecer, por despistes y abusos de terceros. ¿Quién iba a detectar esa fuga de calderilla?

Conde Pumpido ha hecho justicia desde su ámbito. Todo lo demás, se 'apaña' desde otros sitios. Por ejemplo, desde el Ejecutivo, que, como 'órgano superior' puede proponer las modificaciones legales que sean necesarias para burlar el criterio de otros tribunales, que se encuentran en partes bastante inferiores, desde el páncreas hasta el extremo del tubo digestivo. Así que si hace falta aprobar una Ley de Amnistía para asegurar una investidura, se hace. Tan sólo basta con adaptar el discurso a lo que conviene y tirar p'alante.

El final del intestino

Los críticos siempre se encuentran por debajo del 'órgano superior'. En la cloaca digestiva, hogar de la nutridísima ultraderecha y de los medios de comunicación que esparcen cientos y cientos de bulos cada día. Es decir, a aquellos a los que 'la gran instancia' superior comenzó a perseguir después de que se iniciara la investigación sobre Begoña Gómez; y a los que ahora amenaza con cortar todas las vías de ingresos del sector público si no se ajustan a sus exigencias.

Va a tener razón Óscar Puente en que, al final, los asuntos más enquistados encuentran fácil resolución en los 'órganos superiores', quizás porque en algunos casos tienen propiedades -o incluso poderes- especiales o sobresalientes. Por esta razón quizás Pedro Sánchez se ha esforzado tanto en situar en las alturas a desatascadores de su confianza, desde el Fiscal General del Estado hasta el presidente del Tribunal Constitucional. Siempre hacen falta hombres con un órgano superior cuando la ocasión requiere valor.