Begoña Gómez, sin cátedra y sin máster, parece ya una paloma sin alas, víctima de la crueldad, de la naturaleza o de un mal pintor de palomas (esa paloma cubista que es sólo un huevo). También parecía un poco sin alas, como sin papeles, Pilar Alegría, la siempre irónica portavoz de este gobierno de los sustos, las penurias y los ayes, cuando se quedó sin fachosfera. Sí, Alegría se quedó sin fachosfera como sin pie, o la fachosfera se le había llenado como se llena una azotea de pájaros, y veíamos a la ministra caer a plomo en el vacío de la rueda de prensa como un canario infartado. Digo que se quedó sin fachosfera porque de repente todo lo que podía hacer Alegría era leer al revés la decisión de la Audiencia de Madrid, así con los ojos hechos canicas. O sea, donde la Audiencia descartaba lo de la “investigación prospectiva” y avalaba al juez Peinado para seguir con la investigación por la cátedra y por los contratos de Barrabés, dejando fuera sólo lo de Globalia mientras no aparezcan nuevos indicios, Alegría había visto que a Begoña le daban la razón y que el caso estaba cerca del archivo. Por supuesto, no es Alegría la que está sin pie, sin plumas y sin papeles, sino Sánchez.
Begoña Gómez, empresaria y pichona de éxito, se va desangrando pluma a pluma, como esas divas que van destruyéndose pestaña a pestaña y hundiéndose fular a fular. La cátedra, esa cátedra como de dómine Cabra que dirigía ella sin saber nadie cómo ni por qué, si por milagro, accidente o humorada, voló de los paraninfos a los juzgados (ya con aval de la Audiencia de Madrid). Ahora, el máster que le quedaba, el máster que ella presentaba el otro día en lo que parecía un pregón de Leticia Sabater, también vuela. Resulta que no tenía apenas alumnos, o que ella ya no tiene credibilidad, como no tiene plumaje ni vuelo. Pero es que a su marido le va pasando lo mismo, de ahí que parezca cada vez más un ángel con tiña. Y de ahí que la pobre Pilar Alegría saliera ante las cámaras como un pollo pelado de supermercado, pura piel de gallina y pura sospecha de plástico.
Quedarse sin fachosfera es peor que quedarse sin cátedras, sin máster y sin alas de pichona o de alegoría. Begoña, que parece frágil y embolsada ante los atriles como una niña de comunión, y aún parece más frágil camino del banquillo, ha trasladado ya su fragilidad a Sánchez y al sotanillo de la Moncloa, que ahora parece un barco a pique con las luces temblonas. Eso se ha manifestado finalmente en Pilar Alegría, a la que han llevado a una especie de estado cataléptico más de ausencia que de negación. En la Moncloa se han quedado sin fachosfera, o la han suspendido, o al menos han medido y recontado dentro de esa gran pajarera de jueces fachas y ganchudos y han decidido que no es posible, creíble o saludable meter además a toda esa sala de la Audiencia de Madrid, que todo el poder judicial no puede ser un circo de loros. O quizá se han dado cuenta de que, simplemente, nadie se tragó nunca ni los desmayitos de Sánchez ni la gran conspiración. Pero de momento tampoco han ideado nada mejor, así que han dejado a Pilar Alegría ahí, entre la mentira y la ortodoxia, haciendo equilibrios ridículos como un loro en bicicleta.
Pilar Alegría, con ojos y cuello de paloma picoteante (aún más que Begoña), hablaba de “investigación prospectiva” cuando la Audiencia precisamente se entretiene en explicar por qué lo de Peinado no lo es (si lo fuera, no podría seguir); y decía que acotaba “al mínimo” el ámbito de actuación del juez, cuando sólo ha sacado Globalia, y eso si no aparecen nuevos indicios; y se inventó “que la audiencia valida los informes de la UCO (…) y de la Fiscalía (…) que han dicho desde el primer momento que no hay ninguna irregularidad”, cosa que no significa nada, que ni la Audiencia tiene que validar nada de eso, ni faltan indicios según la propia Audiencia. La feliz conclusión de Alegría es que “se aproxima el archivo de esta causa”, justo cuando quienes tenían la potestad de archivarla han decidido lo contrario, que debe continuar. Y remató la ministra zureante recordando que toda esta “no causa” (que sigue adelante) empezó por una “denuncia de la ultraderecha hecha de recortes”, que fue como volver, después de la incomodidad casi física de la mentira y del bochorno, a la tranquilidad y el confort del peluche de la derechona.
La fachosfera ya no es la mejor explicación para todo, y de nuevo la limpia mentira ya les parece más atractiva y más creíble que la vistosa fantasía de una conspiración que ya iba a llegar hasta a Bárbara Rey
Algo se ha roto en la fachosfera, pequeña pero definitivamente, como un huesecillo de pájaro. La fachosfera ya no es la mejor explicación para todo, o al menos no para lo de Begoña, y de nuevo la limpia mentira, la simple negación de la evidente realidad poniendo cara de recepcionista, como esto de Alegría, ya les parece más atractiva, más rentable y más creíble que la vistosa fantasía de una conspiración que ya iba a llegar hasta a Bárbara Rey (las conversaciones que han sacado con don Juan Carlos parecen de los Roper, pero si sale Franco seguro que Sánchez sabe aprovecharlo). Nadie se tragó ese cólico de amor y riñón de Sánchez, ni la oscura conspiración mundial que ya alcanzaba como a los egipcios, sin duda porque en el caso de Begoña seguramente lo que parece, y lo parece bastante, es lo que es, o al menos se acerca mucho. Y lo siguiente que se inventen para taparlo sólo podrá ser más increíble y más ridículo.
Si la fachosfera se resquebraja, es que todo se resquebraja. Así puede empezar la cosa, simplemente con un par de palomas que se han estrellado contra los atriles y los espejos como contra rascacielos. Begoña y Pilar Alegría desplumadas significan también un Sánchez desplumado, más si la Justicia empieza a pelar la pava con Aldama y Ábalos,y hasta con el hermano lírico u ocioso de Sánchez. Sánchez también se desangra pluma a pluma como cana a cana, como un galán fondón. La verdad es que Begoña es Sánchez y Sánchez es Begoña, un poco como unos Tristán e Isolda horteras. Yo creo que caerán juntos, como amantes, como pichones y como malos actores.
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