La imagen de Óscar López ayer sentado solo en el banco azul con el fondo de un hemiciclo vacío era el retrato fiel de la impostura del gobierno. La suspensión de la sesión parlamentaria pactada por los grupos por la dimensión de la catástrofe que ha asolado sobre todo a Valencia y a la Comunidad de Castilla La Manca, justificaba plenamente el parón.

Sin embargo, el PSOE, Patxi López atendió sumiso la demanda del ministro de Justicia, Félix Bolaños, forzó a la no menos dócil presidenta del Congreso, Francina Armengol, a cometer la indignidad de someter a aprobación el decreto que pone en manos del Gobierno Radio Televisión Española. ¿Dónde pone este gobierno y sus socios la línea roja del dolor? Justo hasta donde llegan sus intereses, aunque sean pueriles.

La desvergüenza pone de manifiesto que el gobierno no quería correr el riesgo de que alguno de sus compinches se echase para atrás. "Ya que teníamos el acuerdo, había que llevarlo adelante", argumentaron en Moncloa. Añado yo: ya que sólo se está hablando de la DANA y de sus mortíferas consecuencias, hagámoslo ahora para que el golpe de mano pase un poco desapercibido.

Sí, golpe de mano. Pedro Sánchez que criticaba al PP por politizar la televisión y la radio públicas ha hecho lo mismo que él le echó en cara a Rajoy: reformar por decreto la norma para el nombramiento del consejo de RTVE para tener al ente bajo control. Ahora, con la ayuda de sus socios. A eso es a lo que López llama "el consejo más plural de la historia". ¡Cómo se puede tener la cara tan dura!

El duelo de la Cámara tuvo un paréntesis cuando se trató de dar el golpe de mano a RTVE

Si miramos quienes forman la lista de 11 candidatos entre los elegidos por el bloque de investidura en el Congreso vemos que, en efecto, lo que sea va producir es la mayor politización de la historia de RTVE. No es que hasta ahora fuera un consejo de sabios, o de angelitos puros, no. Lo que ocurre es que ahora todos tienen carnet y un pasado muy reciente que les aleja hasta el infinito de la que debería ser su función: cuidar de la profesionalidad, la objetividad y la independencia de la televisión y la radio públicas. En estas mismas páginas, Rubén Arranz hace un repaso de los personajes, por si hay alguien que aún no los conozca.

Si ya televisión española -sobre todo en sus informativos- era un altavoz del gobierno, ahora se va a convertir en el vocero de la coalición, con un enemigo común: el PP y los días de fiesta, Vox.

Los consejeros, que antes cobraban una propina por asistir a las reuniones, ahora tendrán dedicación exclusiva, con un salario que sobrepasará los 100.000 euros. Como suele decir Rodríguez Braun en Onda Cero: "¡Será por dinero!".

El candidato a presidir RTVE es José Pablo López, que regresa al ente a lomos de Broncano y su Revuelta. El fichaje del humorista le costó en marzo el puesto de director de contenidos y un enfrentamiento a cara de perro con la anterior presidenta (interina), Elena Sánchez. Pero Moncloa ha premiado su osadía, y su obediencia, que no le ha salido mal, por otra parte, si miramos los datos de audiencia. López no sólo vuelve ascendido, sino que tendrá más poder del que nunca ha gozado un presidente de RTVE. Podrá, entre otras cosas, contratar a las productoras que quiera (en eso se gasta TVE 300 millones al año) sin tener que pasar por el filtro del consejo. Y es que a este consejo se le paga precisamente para que no meta las narices donde no le llaman.

En fin, que había que hacer el paripé con el duelo sin pasarse. Como suele decirse, a Dios rogando y con el mazo dando. RTVE será a partir de ahora un poquito más del gusto de Sánchez y sus amigos.