Los listos son tan innecesarios como peligrosos, pero hay algo en su forma de vida que muchos envidian en silencio, entre frustraciones diarias y sudores fríos, que son los propios del hombre corriente, el que tiende al fracaso, a la mediocridad y a lo pírrico y previsible. Víctor de Aldama es un listo; un pícaro contemporáneo, el epicentro de una trama de pillos cuyo objetivo era el de alcanzar un nivel de vida que no les corresponde. En la orilla y Crematorio, de Rafael Chirbes, podrían haberse inspirado en personajes de este pelaje, exitosos sin muchos escrúpulos, pero, a la vez, de mecha corta y obsesionados con su propia brevedad.

Ilustraba hace unas horas el diario El Mundo a sus lectores con una fotografía en la que aparecía Aldama de montería, junto con “la élite de la CIA y del FBI en España”. El documento desmontaba ipso facto la estrategia de defensa que utilizó Félix Bolaños la pasada semana, después de que el imputado cantara La Traviata en la Audiencia Nacional. Afirmó el ministro que Aldama no era nadie importante o, al menos, no alguien superior a El pequeño Nicolás. Es decir, un fullero y un oportunista.

Existe otro documento -al que ha tenido acceso este periódico- que desmonta todavía más la tesis de Bolaños. Apunta a otra dirección, aunque dentro de las alturas. Allí aparece Víctor de Aldama en una reunión de ministros de Turismo de las Américas que celebró la Organización Mundial del Turismo en mayo de 2021 en Punta Cana (República Dominicana). En la imagen, figura el presidente de la OMT, Zurab Pololikashvili, junto al presunto corruptor del caso Koldo y junto a algunas personas que, aparentemente, son difíciles de reconocer.

Una de ellas es Jorge Brizuela (izquierda), socio de Aldama en el laboratorio Pronalab -con sede en República Dominicana-, actualmente investigado y el cual fue el único acreditado por la OMT para realizar pruebas a los viajeros internacionales durante la pandemia dentro de México.

Brizuela no es alguien cualquiera. Según han señalado varios medios de comunicación, una filtración masiva de datos del ejército del país azteca -Guacamaya Papers- le atribuye nexos con la mafia rumana y con el régimen de Nicolás Maduro, para el que podría haber ejercido de espía. 

Aldama figura entre los socios de Brizuela en Pronalab, al igual que Ignacio Díaz Tapia, otro de los empresarios con los que más vínculos tiene o tuvo en España. En 2020, Brizuela difundió una fotografía en la que aparecía con José Luis Ábalos, al que definía como “amigo en común” del gobernador de Oaxaca, Alejandro Murat

Llama la atención que este tipo de personajes se movieran como pez en el agua en los foros internacionales e incluso en la OMT. De hecho, existen nexos que, como poco, llaman la atención, como que Aldama llegara a ser cónsul honorario de Georgia, el país de Pololikashvili.

Entrevista y confesión

Este miércoles, en el programa de Carlos Herrera en COPE, Víctor de Aldama hacía una referencia a la otra reunión de la organización internacional, como fue la de San Petersburgo en septiembre de 2019. Allí coincidió con Javier Hidalgo -era asesor de Globalia- y con Begoña Gómez e incluso participaron de la misma fiesta. Unos meses después, según sus palabras, ejercía de avalista de la visita de Delcy Rodríguez a Madrid. Una política, por cierto, para la que, según descubrió la UCO, movió decenas de barras de oro. 

En ese tiempo, contaba con un contacto en la Guardia Civil que le conseguía teléfonos móviles ‘seguros’ y logró meterse hasta la cocina del Ministerio de Transporte, el cual concedió decenas de millones de euros en contratos de material sanitario a Soluciones de Gestión y Apoyo a Empresas -de la que era socio- y el cual, sobra decirlo, estaba comandado por José Luis Ábalos, secretario de Organización del PSOE y a quien Sánchez -según Aldama- llamaba varias veces al día para consultarle todo.

Merece la pena echar un vistazo al gráfico de árbol en el que aparecen sus empresas y asociaciones. Podría recordar la imagen a uno de los monólogos del protagonista de Crematorio, quien, al mirar las promociones de decenas de viviendas que habían levantado los cuatro paletos, venidos a más, se sorprendía por los avances conseguidos. Por dónde habían llegado.

No se me ocurre un mejor ejemplo para definir lo que transmitía este miércoles Víctor de Aldama en su entrevista en COPE. Hay veces que se puede llegar muy lejos por ser listo, pero sin perder la esencia original, que es brava, pero escasa.