"¿Quien va a pedir ahora disculpas?", se preguntó retóricamente el presidente del Gobierno en una comparecencia en Bruselas el pasado jueves. Salía Pedro Sánchez, de forma un tanto teatral, en defensa del honor del Fiscal General del Estado, horas después de que la Unidad Central Operativa (UCO) de la Guardia Civil hubiera hecho público un informe en el que trasladaba al juez del Supremo que había encontrado "0 mensajes pertenecientes a cualquier tipo de aplicación de mensajería instantánea en el periodo analizado que comprende entre el 8 y el 14 de marzo de 2024".
Para el presidente, ese párrafo de la UCO era suficiente como para archivar la causa contra Álvaro García Ortiz. Era un punto y final. Sin embargo, para los investigadores es un "claro indicio incriminatorio".
Sólo hay una explicación para el hecho de que todos los mensajes de García Ortiz, todos sus WhatsApps, incluso los que envió a la Fiscal Jefe de Madrid, Pilar Rodríguez, y a la Fiscal Superior de Madrid, Almudena Lastra, y de los que hay constancia en el sumario, hayan sido borrados justamente durante el periodo que investiga el juez Ángel Hurtado para determinar si hubo o no un delito de revelación de secretos. Que durante ese lapso de tiempo se produjeran conversaciones que García Ortiz quiere ocultar.
El borrado, que, según fuentes solventes, se ha hecho de forma profesional, dificulta en efecto la comprobación de si el Fiscal General fue responsable último de la filtración del correo entre el abogado del novio de Ayuso y el fiscal del caso por un presunto delito fiscal. Complica, pero no impide que la investigación siga adelante.
Saber lo que había en los WhatsApps borrados es prácticamente imposible, ya que la única empresa que tiene esa información es Meta (la propietaria de WhatsApp), y es más que dudoso la multinacional de Mark Zuckerberg acceda a revelar esos contenidos, aunque sea a requerimiento de un juez.
Sin embargo, lo que sí se puede rastrear es el tráfico de llamadas del teléfono de García Ortiz durante la semana en la que todo ha sido borrado. Vodafone, la compañía que da servicio a los funcionarios de la Fiscalía, tiene la obligación legal de guardar los datos de tráfico durante un periodo se seis meses a un año, en función de qué tipo de información se trate. El juez Hurtado puede solicitar a Vodafone que le remita el tráfico de llamadas y mensajes del Fiscal General durante ese periodo. Por otro lado, el juez puede instar a la unidad especializada de la Guardia Civil para que rastree lo que ocurrió durante ese lapso de tiempo.
El juez Hurtado puede ordenar la investigación del tráfico de llamadas durante la semana en la que los mensajes del móvil de García Ortiz fueron borrados
En todo caso, el tráfico de llamadas puede aportar una información crucial para ahondar en la investigación.
El tráfico de llamadas, por ejemplo, fue una prueba de cargo fundamental para condenar en 2013 a Enrique Pamies (ex jefe Superior de Policía del País Vasco), y a José María Ballesteros (inspector del CNP) por revelación de secretos en el conocido como 'caso Faisán'. En plena negociación con ETA, pero cuando todavía seguía operando, los condenados facilitaron a un miembro del aparato de extorsión de la banda información sobre una operación policial que trataba de desmantelar dicho aparato. Las llamadas entre los condenados y el director general de la Policía (Víctor García Hidalgo) fueron la prueba que les situó en el momento y en el lugar donde se produjo el chivatazo. Por cierto, que el secretario de Estado de Interior en la época del chivatazo era Antonio Camacho (ahora abogado de Begoña Gómez).
La sospecha de que se ha podido producir un delito de destrucción de pruebas está sobre la mesa. Se trata de un delito grave penado con hasta cuatro años de cárcel. Y no olvidemos que estamos hablando del Fiscal General del Estado.
En su sobreactuada comparecencia en Bruselas, el presidente del Gobierno no hizo mención al otro informe de la UCO que también se dio a conocer el pasado jueves. En él se pone de manifiesto una operación conjunta entre la dirección del partido (con Santos Cerdán a la cabeza), y de Moncloa (con el secretario de Estado de Comunicación, Francesc Vallés, como coordinador) para tratar de forzar a Juan Lobato (entonces secretario general del PSM) a que difundiera un documento que aún no se había publicado en ningún medio y que sólo podía provenir de la Fiscalía General del Estado.
De hecho, a García Ortiz se le investiga en el Supremo porque la UCO le atribuye un papel relevante en ese posible delito de revelación de secreto.
Parece lógico pensar que, si su papel fue el que la atribuye la UCO, García Ortiz informara a su superior, el ministro de Justicia, Félix Bolaños. Por tanto, durante el periodo investigado tendría que haber conversaciones con el ministro, que también lo es de Presidencia de Gobierno.
Pero ¿cabe pensar que de un asunto que implicaba directamente a la presidenta de la Comunidad de Madrid y que movilizó al aparato de comunicación de Moncloa, a la Fiscalía General y a la cúpula del PSOE no estuviera al tanto el propio presidente del Gobierno?
Esa es una hipótesis que no hay que descartar. Porque es más que probable que exista, durante esa semana clave, algún contacto entre Pedro Sánchez y García Ortiz.
Sólo un tema que afecte al presidente del Gobierno de manera directa justificaría el riesgo que conlleva la destrucción de pruebas.
Por el momento, esta es sólo una hipótesis. Pero es la que pone más nervioso a un gobierno que quiere archivar el caso como sea.
13 Comentarios
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hace 1 mes
Presunto es jamón en portugués. Sánchez y familia tienen poco de presunto y mucho más de chorizos.
Ni la menor duda de quectambien en este asunto está implicado.
hace 1 mes
En la Justicia no hay ningún doble rasero, Luis.
Lo de Bárcenas se investigó y se juzgó, otra cosa es que los sanchistas busquen cualquier excusa para justificar su ansia de poder e impunidad.
Los jueces no pretenden tumbar al Gobierno, y la derecha ya tumbado al sanchismo en la mayoría de CCAA, y le ha ganado cincuenta votaciones en el Congreso.
hace 1 mes
Enrique Sanz, a Gonzalez Amador le habrán practicado las diligencias oportunas que fueron suficientes para que sus abogados reconociesen los delitos.
Dicho lo cual, es más que probable que se vaya de rositas porque el imbécil del Fiscal General le ha privado de su derecho a una defensa adecuada porque era más importante echarle mierda encima a Ayuso que perseguir un presunto fraude a Hacienda.
Pero tú sigue con tu venda en los ojos haciendo comentarios absurdos. No hay peor ciego que el que no quiere ver
hace 1 mes
Aún recuerdo cuan del pp martilleo los ordenadores de Barcenas, como que entonces no se investigó de la misma forma que ahora se está haciendo con los dispositivos del fiscal? En pocos días se archivó la denuncia. En la justicia hay un doble rasero en función de lo investigado y a quien afecta. Los jueces pretenden tumbar al gobierno porque la derecha es incapaz, estirando causas más que discutibles. Mientras el verdadero delito lo cometió el novio de Ayuso, y no, no es una persona cualquiera como nos vende la prensa de derechas…
hace 1 mes
¿A la causa contra Gonzalez Amador, «La Pareja», se le dedican unidades especializadas de investigación, volcados masivos de telefonos y ordenadores, registros en sus pisos y áticos, o, por el contrario, no se le dedica ningun medio y la causa permanece paralizada?
hace 1 mes
Castellano, «Sin indicios, sin pruebas, sin hechos demostrables un Tribunal no puede dictar sentencia condenatoria». No, así no puede, pero sobran indicios, pruebas y hechos demostrables.
Alvarone al trullo por revelación de secretos y obstrucción a la justicia. Va a ir muy bien acompañado.
A ver a cuantos no le tiemblan las piernas
hace 1 mes
Miguel De la Rosa, totalmente de acuerdo con su comentario n° 5.
hace 1 mes
De la mentira también se sale Pedro. Ánimo.
hace 1 mes
Dice el autor que “ el presidente del Gobierno no hizo mención al otro informe de la UCO que también se dio a conocer el pasado jueves”, pero pasa por alto que era precisamente por ese otro informe por el que le habían preguntado.
¿Tan acostumbrados estamos a que los políticos, especialmente los de este Gobierno, y su presidente de manera destacadísima, no contesten a lo que se les pregunta, y a que no se les pueda repreguntar para advertirles de que no han contestado, para que ese detalle “secundario” no sea recogido por las crónicas y los artículos de opinión como éste?
El caso es que nos quedamos sin saber qué piensa el presidente sobre ese otro informe de la UCO en el que aparecen las presiones de Moncloa y Ferraz a Juan Lobato.
¿Para cuándo una protesta en serio de los medios contra esta falta de respeto de los políticos que utilizan a los periodistas para colocar el mensaje que les interesa? Llegados a este punto las preguntas, por incómodas que sean (véase el repertorio de muecas con el que Sánchez escuchó ésta), dejan de tener valor.
No puede ser que en una democracia algo tan grave pase desapercibido.
hace 1 mes
Había que borrar los mensajes, no fuera a ser que perdiera el teléfono y mojamé descubriera contenidos inconfesables.
hace 1 mes
Nadie ha caído en la cuenta que con todos estos temas judiciales, el VOCABULARIO y la SOEZ de Mi Persona también lo están dejando en evidencia.
Ya no es esa risa de patán conque impostaba su «ironía» con Feijoo en la investidura [y cómo se reía el coro], ya no es «estoy bien», «que lo pidan», ya no son las primeras palabras con que trató de hacer frente a la palabras de Almada, es que demostró que está de los nervios cuando este doctor en economía dijo eso de «a ver» para exigir perdón dejando así claro que ni siquiera tenía capacidad de entender que ocurría todo lo contrario.
¿Nos despertaremos pronto del sueño? Hay que comenzar de nuevo.
hace 1 mes
¿El Fiscal, en el primer momento, no se hizo responsable de las actuaciones de las fiscales implicadas?
En esta película, tras la última escena, ha quedado demostrado los actores buenos y los actores malos, mentirosos y actuando como mártires, todo espectador que no se haya dormido y razone le ha quedado muy claro, por lo que deduzco el final.
hace 1 mes
Está claro el tema. Sin indicios, sin pruebas, sin hechos demostrables un Tribunal no puede dictar sentencia condenatoria.
Pero casi todos estamos seguros, y ponemos la mano en el fuego por ello, que cuando Sánchez fue informado de los asuntos de G. Amador con Hacienda y con la Fiscalía, y con la fijación – quiero pensar que solo política – que tiene con la Sra Ayuso, puso toda su guardia pretoriana en funcionamiento, con sus centuriones a la cabeza, para intentar desprestigiarla al máximo.
Pero no calcularon bien los riesgos -Juan Lobato, móviles – y por eso » de aquellos barros vienen estos lodos «.