El Informe sobre Riesgos Globales 2024 del Foro Económico Mundial, al referirse a la encuesta de percepción de riesgos que contestan 1.500 expertos a nivel mundial, identifica la desinformación y los fenómenos meteorológicos extremos como los dos riesgos más relevantes susceptibles de provocar una crisis material a escala global en los próximos 2 años.

Hoy en día no cabe duda de que uno de los efectos más relevantes del cambio climático es el aumento de la frecuencia de los fenómenos meteorológicos adversos que, además, son cada vez más extremos, y que pueden provocar importantes pérdidas económicas y humanas. El reciente desastre ocurrido en Valencia por la DANA del pasado 29 de octubre de 2024 es un lamentable ejemplo de ello: según un estudio de atribución preliminar del que se hizo eco la Organización Meteorológica Mundial (OMM), fenómenos como aquel son un 12 % más intensos y el doble de frecuentes en un mundo 1.3 ºC más cálido.

Además, también de acuerdo con la OMM, es prácticamente seguro que el año 2024 vaya a ser el más cálido jamás registrado, habiéndose superado ya, transitoriamente, el umbral de 1,5 °C en el calentamiento global y habiendo sido los últimos diez años los más cálidos de los que se tiene constancia.

El clima y el tiempo repercuten en prácticamente todas las actividades humanas y una información veraz y basada en la ciencia en este ámbito tiene un impacto crítico en la actividad económica y en el bienestar de la sociedad.     

La desinformación constituye una de las mayores preocupaciones de los países democráticos. Esta corriente se centra en negar la validez de la ciencia y desacreditar el origen del cambio climático

Por otra parte, la desinformación constituye una de las mayores preocupaciones de los países democráticos. En el ámbito del cambio climático, esta corriente se centra en negar la validez de la ciencia y desacreditar el origen del cambio climático. Desde las instituciones públicas y, concretamente, desde los servicios meteorológicos, es esencial trabajar en la concienciación y sensibilización en esta materia.   

Y en este contexto, el papel de la Agencia Estatal de Meteorología, AEMET, como servicio meteorológico nacional de España es especialmente relevante. AEMET es un organismo público, formado por unos 1000 profesionales, de los cuales más de 900 son profesionales de la meteorología y la climatología, que utilizan ciencia y tecnología de vanguardia para realizar análisis y predicciones de tiempo y clima, apoyados por la experiencia y la vocación de los trabajadores y trabajadoras.

Tener un servicio meteorológico público robusto y preparado para abordar los retos del cambio climático es esencial para cualquier país, y AEMET se está preparando para responder mejor a esas necesidades a través de su Plan Estratégico 2025-2029, porque las expectativas en cuanto a un servicio meteorológico y climático de excelencia son más fuertes que nunca y porque AEMET es el primer eslabón de una cadena de alerta que permite a todos los actores institucionales y a los ciudadanos tomar todas las medidas de protección necesarias ante fenómenos meteorológicos adversos.  

El Plan Estratégico 2025-2029 de AEMET tiene por objeto principal transformar la organización para poder continuar dando respuesta a las necesidades de la sociedad y acompañarla frente a los riesgos meteorológicos, el cambio climático y, más en general, frente a los grandes desafíos ambientales a los que tendremos que seguir enfrentándonos en los próximos años. Lo haremos proporcionando información cada vez más precisa y confiable, más adaptada a las necesidades de cada usuario, y de mejor calidad para permitir la toma de decisiones informadas. El refuerzo de la comunicación también tendrá un papel esencial en este Plan.

Para AEMET es una prioridad desarrollar plenamente sus recursos de investigación, las infraestructuras de observación, las tecnologías más avanzadas para la vigilancia, los modelos de predicción y el desarrollo de su capital humano. Porque el equipo de profesionales de AEMET, que cuentan con una alta formación y cualificación, constituyen el activo más importante de la organización, 

La ciencia y el rigor como base de la prestación de servicios útiles para la sociedad es la razón de ser de AEMET.  

En definitiva, el reto de adaptación al cambio climático es mayúsculo, requiere de un gran impulso político y del trabajo conjunto de muchas áreas de actividad, y AEMET, que cuenta con el mejor equipo de profesionales en su ámbito, tiene vocación de continuar siendo un instrumento esencial para dar los servicios que la sociedad necesita en materia de meteorología y clima.


Mª José Rallo del Olmo, Presidenta de Aemet