El pasado sábado Álvarez Pallete renunció oficialmente a su puesto de presidente de Telefónica. Es posible que pase a la historia de la compañía principalmente por su gestión de más de ocho años y por su abrupta salida. Respecto a lo primero, los resultados no han sido buenos, si lo expresamos de una manera suave. La principal función de un gestor es maximizar el valor de la sociedad para sus accionistas y durante su presidencia la acción ha caído el 60%, de aproximadamente 10€ cuando llegó a algo menos de 4€ el viernes pasado.

Pero su salida no parece que esté relacionada con la mala gestión. Según informa la prensa, el viernes fue convocado de urgencia al palacio de la Moncloa, donde una persona del gabinete del presidente del Gobierno, acompañado por el consejero delegado de Criteria Caixa le comunicaron su cese. Álvarez Pallete decidió vestirlo como una dimisión inmediata y convocar de urgencia al consejo de administración para el día siguiente. El sábado se aceptó su dimisión y parece que se nombró a su sustituto, el entonces presidente de Indra, persona muy próxima al partido en el gobierno.

El presidente de una sociedad es un consejero al que el consejo decide hacerle presidente. Es una especie de primus inter pares. No lo nombran los socios ni lo ratifica la junta de accionistas. ¿Qué pinta esa persona del gabinete del presidente del gobierno cesando en su despacho al presidente de una empresa privada y nombrando a su sustituto, que aún no es consejero, sin que el consejo de administración haya dicho esta boca es mía? ¿Se ha podido reunir la comisión de nombramientos para evaluar la idoneidad del nuevo presidente? Eso sí, al día siguiente se reunió el consejo y dijo amén a todo esto. Menudo papelón el de Álvarez Pallete y el de los consejeros, sobre todo los independientes, que son nada menos que nueve. ¿Este cambio es lo mejor para la compañía y para el interés de sus accionistas? Me temo que ni siquiera se lo plantearon.

De la SEPI no nos debe extrañar este comportamiento; ya lo hizo en Indra, pero al menos lo vistieron de alguna manera, aunque tosca, buscando a un nuevo accionista amigo que, como quien no quiere la cosa, plantease el cese en la junta general de casi todos los accionistas independientes sin estar en el orden del día.

En este caso ni siquiera la SEPI. Directamente ha sido el gabinete de Pedro Sánchez, saltándose todas las normas de gobierno corporativo. Pongamos un gran 0 a Telefónica en gobernanza.

Como es lógico el mercado ha castigado al valor. En un día con el Ibex ligeramente al alza, Telefónica ha caído el 2,72%.