Hemos pasado del PP adulto, que eso quería hacer al principio Feijóo, política adulta, al PP adolescente, de reality de cacha, raja arenosa, cuernos de caracola y limones salvajes del Caribe (donde no hay limones, por cierto, salvo los que lleve uno). El otro día teníamos que hablar de Rajoy, que se nos aparecía entre las noticias como con peluca y paletó, contando el cuento de la Buena Pipa, y ahora tenemos que hablar de un PP que nos hace memes de IA a cuenta del PSOE y de La isla de los calentones, o como se llame ese programa de taparrabos hambrientos, erecciones cocoteras y piscineo meón (yo creo que lo confundo un poco con Supervivientes, que al fin y al cabo se trata de sobrevivir a la carne o al ayuno con el mismo dramatismo y la misma agonía). Es lo que nos pasa a los adultos, que esas cosas no las vemos, ni sabemos muy bien de qué van, así que no les cogemos el paralelismo ni con la política ni con el buceo. Yo no dejo de preguntarme si el PP contrata adolescentes o han descendido a la adolescencia, si Feijóo va a ir rejuveneciendo, empezando por quitarse las gafas de coser, y va a terminar no como Benjamin Button sino como Leticia Sabater o como Demi Moore.

Sánchez bañándose no parece ni el Dioni, ni un narco, ni un sátiro de bungalow, sólo parece un modelo de calzoncillos, inofensivo de paquete postizo

Uno sabe qué es la corrupción, el mangazo, las mordidas, el cohecho, el enchufe, el putañeo alrededor de la política, que además todo eso se ve bastante vistoso en la televisión sin tener que ponerle un fondo de fogatas, de pétalos o de oleajes de culos. Sin embargo, uno no sabe exactamente qué hay en esa isla, ni creo que lo sepa el votante del PP, aunque a lo mejor el PP ahora no busca votantes sino compradores de tangas. En esa isla uno sólo puede suponer lo que hay, mucha grupa jaquetona, mucho morrito de tableta de abdominales (hay un nivel de ensañamiento en los abdominales en el que la tableta ya te pone morritos de choni), mucho palmeral depilado, mucho jacuzzi de vasos comunicantes, mucho calentón mandrilero y mucho producto cartesiano de filetazos y rozones. Digo yo que la cosa consistirá en resistir los cuernos y aguantar los fluidos, mientras te ponen por delante el banquete de cuernos y fluidos como una mariscada de concejal, córnea y chorreante. Sin embargo, la corrupción política es todo lo contrario a intentar resistir la tentación. Ese reality no duraría nada.

El PP del calentón, en brigada de adolescentes con bigote o en brigada de viejóvenes grimosos, nos ha puesto al PSOE sanchista en una “isla de las corrupciones”, pero uno se ve incapaz de sacar nada de ahí, ni de la isla original ni de la isla clonada para meter a Sánchez dentro del atolón de su propio ego o de su propio colchón, donde ya está. Quiero decir que Sánchez esculpido en carne, con fondo verdemar, emergiendo de las aguas como un Bond con ganas de frigodedo, no me aporta tanto como el verdadero Sánchez negándose a sí mismo mientras se mueve igual que en una película hawaiana de Elvis Presley. Ni Begoña, sosa en bañador rojo de vigilante de la playa, que ya hay que ser sosa, me dice nada comparada con la Begoña pronunciando y sosteniendo lo de “sostenéibol”, o recibiendo en kimono en la Moncloa a patrocinadores o socios. Ni Ábalos como un padre en la playa, con pelo de pezón y no sé si slip del Fary, me transmite lo más mínimo, que no hay como imaginárselo en los cocederos de por aquí, con sus manitas de ministro en la cazuela de manitas de ministro, sudando sopa de ajo y pacharán.

A mí me parece que sólo un adolescente o un analfabeto podría escoger La isla de las tentaciones como percha para un meme, o sea algo que sólo van a entender los adolescentes o los analfabetos. Pero, luego, sólo un viejo despistado, un viejo que ni siquiera tiene malicia de viejo verde, sino sólo reúma y pereza (la pereza de Rajoy, que decía yo ayer, o la pereza de Feijóo), podría convertir además el meme en una sucesión de pacíficas postalitas, un sanchismo que parece que está sólo de crucero en vez de arrasando el Estado de derecho. Sánchez bañándose no parece ni el Dioni, ni un narco, ni un sátiro de bungalow, ni siquiera parece Sánchez, sólo parece un modelo de calzoncillos, inofensivo de paquete postizo. Hasta Aldama parece sólo un jugador de waterpolo, y García Ortiz un albañil de vacaciones, y Armengol la Julia de Verano azul. Aunque lo de la Jesi, eso sí que me ha dolido. La Jesi, novia en oferta de toda España, como una sirena de La Sirena, Cenicienta de Torrente más amada que la Dulcinea de don Quijote, querida con curro y pisito de concesión nacional, como si fuera una administración de lotería; nuestra Jesi, en fin, musa precatálogo, rusa de un pueblo de aquí, parece sólo Ana Obregón inaugurando el verano, estirando estampado de leopardo y esperando más protector solar que lujuria o cheques.

La verdad es que no ve uno la maldad ni la enseñanza en eso de sacar gente en bañador, en teticas flotantes o en ristre, bebiendo zumos o esperando el ferry. Deberían haber metido, como en el vídeo de la Gaza de Trump, cabezas de oro, miembros de oro, palacios de oro, culos de oro, meadas de oro, hogueras de billetes con el sol poniéndose tras esfinges de oro. Yo creo que la actualidad y el escenario, que se supone que es la República Dominicana, daban para mucho más vicio, pero será culpa de una IA torpe, o de una inteligencia natural torpe. De todas formas, ni la Jesi, ni Ábalos, ni Aldama, ni Begoña, ni Sánchez necesitan queimadas bajo la luna, ni suites bajo la espuma, ni tronos de tronista por los realities, que ya salen más que escocidos, corneados o aupados en los telediarios y los periódicos. Claro que los votantes del PP de los calentones, de la Génova de los calentones, parece que ya no ven los telediarios ni los editoriales, sólo TikTok y las adolescentes preñadas de MTV. En el PP van a tardar todavía más en llegar a la edad adulta que en llegar al centro.