La Unión Europea nos ha recomendado tener siempre a mano un kit de supervivencia para hacer frente a diferentes amenazas. No es una iniciativa nueva, ya que muchos Estados europeos ya lo tienen como una medida preventiva. Tampoco significa que estemos preparándonos para una guerra, ya que es difícil que se den combates o bombardeos. Así pues, el kit se empleará en emergencias, catástrofes, situaciones críticas, y también, si se quiere así, como una herramienta más de supervivencia en caso de guerra. Aunque ninguno de los Estados que lo aplica lo hace para tal situación, sino para las externalidades que se dan en caso de guerra.
Debemos ser conscientes que vivimos en una región donde cada vez tendremos que hacer frente a nuevas amenazas, a nuevos retos. Y la infraestructura en muchos casos estará preparada para estas circunstancias, pero también puede fallar. En materia de prevención y resiliencia se aprende a base de errores del pasado, como también de escenarios previsibles. El caso de la DANA del pasado 29 de octubre en Valencia es un ejemplo de una situación climática extrema que se puede dar en toda la costa mediterránea. Si se ha dado una vez, se puede volver a dar. O incluso un escenario peor.
Debemos ser conscientes de que vivimos en una realidad cambiante. Lo que hace unos años se consideraba un riesgo lejano, ahora puede ser una amenaza probable. Las condiciones climáticas extremas pueden afectar a las líneas de alta tensión, a la generación de energía, como también a la distribución en ciudades y en el campo. De la misma manera que una nevada puede llegar a ser previsible hasta cierto punto, pero se pueden dar nevadas más extremas con el cambio climático. En un escenario así, es probable la falta de aprovisionamiento de comida, agua potable o electricidad. A pesar de que algunos actores trasnochados digan que es por la guerra, realmente la guerra es la última de las situaciones.
La UE hace bien en reconocer que no es invulnerable, pero no hemos de caer en el alarmismo y tener cuidado de la desinformación sobre las amenazas
Tampoco debemos creer que solamente el clima será una amenaza, pues un grupo criminal puede atacar un puesto de distribución energética, un embalse o contaminar el aprovisionamiento de alimentos. Esto es un escenario probable, y de ahí que se informe de posibles amenazas tradicionales en este aspecto. Igual que puede tratarse de un ataque cibernético desde la otra punta del mundo la que altere las infraestructuras esenciales en nuestra ciudad. La Unión Europa hace bien en reconocer que no es invulnerable, ya que estos escenarios pueden darse a corto y medio plazo.
Por otro lado, no debemos caer en el alarmismo y tener cuidado de la desinformación sobre estas amenazas. La desinformación es también es un arma para desestabilizar a los Estados. Movidos por la experiencia previa, países como Alemania, Países Bajos, Suecia, Noruega o Finlandia ofrece orientaciones a sus ciudadanos.
La Agencia Federal de Gestión de Emergencias, la FEMA, lleva desde 1979 elaborando guías y protocolos de actuación frente a desastres y catástrofes naturales, como también aquellas vinculadas a la Seguridad Nacional. Ahora se ha convertido en una política europea como tal, y la UE se ha sumado a la lista de instituciones internacionales que contempla la prevención como un factor de seguridad más.
Podemos afirmar que vivimos en un país seguro, pero que al mismo tiempo debemos ser conscientes que no somos invulnerables. De ahí que tengamos que actuar en consecuencia. Como dice el refrán popular, es mejor prevenir que curar, y en este caso se trata de saber cómo reaccionar en caso de necesidad. Uno de los fundamentos de una buena prevención es no tener que improvisar frente a la emergencia o la catástrofe que se pueda dar. La improvisación muchas veces nos hace adoptar las peores decisiones y nos expone a riesgos innecesarios. A pesar de que a muchos les parezca una broma, alarmismo o algo innecesario, no lo es: la experiencia en algunos Estados ha demostrado que contar con un kit de supervivencia funciona, da seguridad y ayuda a prevenir que cometamos estupideces en situaciones críticas.
Guillem Pursals es doctorando en Derecho (UAB), máster en Seguridad (UNED) y politólogo (UPF), especialista en conflictos, seguridad pública y Teoría del Estado. Aquí puede leer todas sus columnas en El Independiente
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hace 2 días
Si esa futura posible guerra se hiciera realidad, sólo hay un kit de supervivencia: búnker, comida y agua. Todo lo demás es circunstancial.