El presidente Donald Trump un día informa que va a imponer aranceles, y a la mañana siguiente puede decidir suprimirlos. Días más tarde dice otra vez que los impondrá, y así desde que empezó su segundo mandato el 20 de enero. Frente a tal inestabilidad, diferentes potencias de la comunidad internacional han buscado cerrar acuerdos entre ellas para tratar de depender lo menos posible de Estados Unidos. Un ejemplo de ello lo tenemos en el acuerdo entre China, Corea del Sur y Japón, que han acordado mecanismos comerciales de estabilidad como respuesta a las políticas de la administración Trump.

La desconfianza sobre la política comercial de Trump también ha hecho acercar posiciones entre la Unión Europea y las repúblicas de Asia Central, y entre la UE y la Asociación de Países del Sureste Asiático (ASEAN). Esto demuestra hasta qué punto el "América Primero" se ha convertido en un "América Sola".

Las políticas de Donald Trump también han acercado a Turquía a la Unión Europea, y le han hecho ganar un papel más importante dentro de la OTAN. De la misma manera observamos cómo varios países de la UE se ha aproximado a la India. Desde que empezó este segundo mandato de Trump diferentes países europeos han aparcado sus reticencias del pasado, e incluso Alemania ha acabado con una política de contención de la deuda, fijada en la Constitución, debido a la desconfianza con Estados Unidos y su política exterior.

Todos los actores globales se mueven, mientras la administración Trump se pierde entre sus filias y fobias en clave doméstica. El corte de financiación a la histórica Radio Liberty, que depende del gobierno de EEUU, evidencia hasta qué punto Trump desdeña la acción exterior. La política errática incluso en las negociaciones con Rusia, que pasa de guante de seda a puño de hierro y viceversa, según el día, demuestra cómo el presidente de EEUU obra, sobre todo, por impulsos.

Mientras tanto, China busca limar asperezas con sus vecinos. México y Canadá tratan de depender cada vez menos de Estados Unidos y se abren a dialogar con China.

Trump ha conseguido lo imposible con sus políticas erráticas: ha despertado a la UE, ha logrado que se acerque a Asia y que aborde en serio su autonomía estratégica"

Trump ha conseguido lo imposible con sus políticas erráticas. En primer lugar, ha despertado a la Unión Europea del sueño de la despreocupación en la que vivía en se jardín al que aludía Josep Borrell. En segundo lugar, hace posible que la UE se acerque a los países de la ASEAN, de los que se había distanciado por sus políticas domésticas. Y por último, ahora la UE aborda seriamente su independencia estratégica. Esto no significa que la Unión Europea deba caer en una política aislacionista, ya que el vínculo transatlántico es fuerte y conviene a los dos lados, pero cualquier dependencia extrema, ya sea de EEUU o de China, acaba perjudicando.

Llevamos poco más de 70 días del segundo mandato de Donald Trump, y los equilibrios en el mundo han cambiado. Rusia ha perdido peso global por las sanciones. Pero los EEUU de Donald Trump se están aislando ellos mismos del resto del mundo. La desconfianza que generan sus constantes amenazas (Groenlandia, Dinamarca, la Unión Europea, Canadá, México, China, o incluso Japón) ha acabado con la estabilidad diplomática que había hasta ahora. En su primer mandato Trump no llegó tan lejos. Ahora es completamente caótico y los comentarios de JD Vance y Elon Musk añaden más incertidumbre.

En conclusión, debemos ser conscientes de que quedan casi cuatro años de período presidencial, y no sabemos si no habrá otros cuatro más, debido a que Trump ya ha dado señales de querer un tercer mandato a pesar de los límites existentes. No sabemos qué podemos esperar antes que llegue el verano, y menos aún antes de que termine el año.

En diplomacia todo lo inesperado causa malestar, algo que parecen olvidar en la Casa Blanca y en la Secretaría de Estado. Desde la reprimenda a Zelenski, la continua amenaza a la anexión de Groenlandia y Canadá, o la guerra comercial total con sus principales socios, la economía cada vez se muestra más inestable. Como decía G.K. Chesterton, la aventura puede ser loca, pero el aventurero ha de estar cuerdo.


Guillem Pursals es doctorando en Derecho (UAB), máster en Seguridad (UNED) y politólogo (UPF), especialista en conflictos, seguridad pública y Teoría del Estado. Aquí puede leer todas sus columnas en El Independiente.