Estimado lector. Quizás ha madrugado usted este sábado y ha decidido pulsar en el titular que le ha derivado a este artículo. Me alegra haber llamado su atención porque así podrá ser advertido de una cuestión que a lo mejor ignora: el fascismo avanza. Existen enemigos inmortales; villanos que tienen una especial habilidad para recomponerse de los traspiés y remontar. El mal es como la helicobacter: aprovecha cualquier bajada de las defensas para multiplicarse y reconquistar lo que perdió. Por eso, la sociedad necesita su ayuda.

Un pequeño gesto por parte de usted sería crucial para la sociedad y para el mantenimiento de la democracia. No hace falta mucho en realidad. Si fuéramos solidarios..., si cada español pusiera 1 euro de su bolsillo, contaríamos con todos los recursos económicos que necesitamos para afrontar con garantía esta lucha. Dispondríamos de un local más grande, de más espacio para los asistentes y de un mayor presupuesto para realizar actividades contra el fascismo. Seríamos simple y llanamente temibles y, nuestra muralla antifa, infranqueable.

Hemos dedicado una buena parte de nuestra vida a esta cruzada por la libertad. Es duro arrebatar tiempo a la familia o a los amigos para batallar contra el totalitarismo, pero nuestra moral nunca ha flojeado. Tampoco la camaradería, aunque han sido mucho los traidores que nos han intentado desequilibrar, lo que nos ha obligado a dedicar una parte de nuestros esfuerzos a aislar a los disidentes.

Nadie perjudica más los intereses de la clase obrera que quien intenta aprovecharse de sus miserias para guiarla hacia su redil, donde no se busca el bien común ni la justicia social, sino el lucro personal. Esa falsa promesa es muy común. Es la del Más Allá o la de la tierra prometida. Por eso las religiones son una estafa: porque, en nombre de Dios, apartan a sus fieles de la realidad y los anestesian con mensajes sobre el pecado y el paraíso. Su objetivo nunca ha sido la virtud ni la salvación de los creyentes, sino el diezmo, el que se destina a engordar el tesoro del Vaticano y de los curas.

Nadie perjudica más los intereses de la clase obrera que quien intenta aprovechar sus padecimientos para guiarla hacia su redil, donde no se busca el bien común ni la justicia social, sino el lucro personal

Nosotros no somos eso. Nunca lo seremos. Perseguimos una utopía, como es la democracia plena, en la que la clase obrera no tenga que exponerse a los rigores derivados de la desigualdad y la injusticia. Nos enfrentamos a varios enemigos en esta guerra. Uno de los mayores es el fascismo, una criatura que engorda con la ignorancia de los estúpidos -la derecha sociológica- y con el respaldo de la élite económica mundial, que ceba a este monstruo para evitar que los trabajadores reclamen condiciones de vida más dignas.

Ellos tienen el poder y el dinero, pero nosotros disponemos de armas mucho más fuertes: fe en el cambio, voluntad de hierro y amplia solidaridad. También de un bar en Lavapiés. Un espacio de lucha libre y sin complejos. El problema es que se nos ha quedado pequeño. Nuestras tropas son múltiples, pero están mal armadas.

Si cada español pusiera una peseta...

Por eso le queremos pedir, querido lector, un pequeño esfuerzo para conseguir ser más efectivos contra el fascismo. Requerimos de un mayor espacio para afrontar esta lucha con garantías. Quizás un local más grande y más céntrico -y con el techo más alto y suelo radiante si puede ser- en el que poder organizar más actividades antifascistas de forma libre y democrática. Habrá simposios, conciertos, encuentros y hasta jornadas nocturnas en las que podamos juntarnos para conjurarnos contra los enemigos de la clase trabajadora. La conexión a internet tiene que ser buena para poder realizar vídeo-conferencias con portavoces de otros territorios del mundo, también involucrados en esta pelea desinteresada por la libertad y la justicia social.

Queremos batallar con las mayores garantías y acercarnos al mundo a través de espejos cristalinos, así que consideramos que nos acercaríamos a nuestro objetivo antifascista si nuestra nueva 'casa del pueblo' estuviera equipada con un televisor Samsung LED de 55 pulgadas (a poder ser, 4K y Smart TV) en el que poder mostrar a los trabajadores y trabajadoras documentación útil en nuestra lucha antifa, desde Octubre hasta La caída de Berlín, vídeos de nuestro puto podcast, revolucionario e irredento; o el programa de Cintora.

También requeriríamos de un mobiliario que nos ofrezca garantías y que sea tan robusto como nuestra voluntad para cambiar las cosas. Diría que la madera contrachapada de Ikea es demasiado quebradiza y que hay que ser más ambiciosos en esta revolución del y para el pueblo. Aspirar a más. A asaltar el cielo. A Maisons du monde, siempre, por supuesto, asegurándonos de que sus productos sean de proximidad y no hayan sido fabricados a partir de la explotación de nadie.

Habíamos pensado en decorar el sitio de una forma simbólica, de la que espante a los fascistas que pasen por delante de nuestra sede social. Hemos pensado en camisetas de fútbol de la España republicana (tricolor), de la URSS, del St. Pauli, del Livorno o del Demirsport. Lo del Rayo Vallecano lo votaremos en Asamblea, dado que su presidente es un claro colaboracionista. No descartamos un futbolín. Nos comprometemos a que funcione sin moneda (nos oponemos al juego) y a que los jugadores no lleven casaca roja (España) ni blanca (por si viene Fonsi).

Democracia interna

Queremos también disponer de una especie de economato en el local para que vuestras fuerzas no desfallezcan cuando nuestros camaradas vengan. Hemos llegado a un acuerdo con una cooperativa de aceite de un pueblo con una marcada historia de lucha antifascista; y queremos introducir algunas marcas de comida que garantizan el comercio justo. Todo esto se decidirá de forma democrática, al igual, por supuesto, que el organigrama de nuestra asociación antifascista.

Somos conscientes de que los fascistas han intentado mofarse de nuestro líder asignándole un verso de Miguel Hernández -"Me voy, me voy, pero me quedo" (está manipulado)- en alusión a las estrategias que utiliza para continuar como jefe espiritual de nuestro movimiento (laico). La realidad es que nos encabeza de forma democrática y estamos orgullosos de que nos haya guiado hacia el antifascismo desde que montamos este movimiento, pese a los intentos del fascismo de desestabilizarnos con candidatos alternativos o de querer organizar votaciones internas que serían totalmente antidemocráticas.

Al principio, gateamos, después comenzamos a caminar y, ahora, empezaremos a dar zancadas. Seguiremos en la lucha hasta enterrarlos en el mar. Así que hemos organizado un crowdfunding para que pueda usted participar, en la medida de lo posible, en nuestra pugna sin cuartel contra el enemigo fascista. Garantizamos plena transparencia en el proceso, en el que se podrá colaborar de forma anónima, sin que nadie sepa quién es usted si así lo quiere. Puede contribuir con 1 euro si no tiene más. Para nosotros es suficiente, aunque si invierte 250 euros en esta batalla le enviaremos un vídeo cantando una canción. Puede elegir entre Bella Ciao, L'Estaca, La Republicana, de Reincidentes, o alguna de El Nega.

Firmado: el Papa de El Palmar.