Yo entiendo lo que pudo pasar en Ferraz, porque el dinero es otro dinero cuando se lleva calentito, en una bolsa, como un crimen a medio hacer, con el cuerpo del delito entre vivo y cocido, como un centollo. Por lo que ha declarado Carmen Pano, empresaria con misiones repartidoras o basureras, a la sede del PSOE en Ferraz tenía que llegar el dinero calentito, con urgencia de crimen o de hambre, que es una urgencia primitiva, magdaleniense. El dinero físico está desapareciendo de nuestras vidas, pero no de la política o de la corrupción, donde siguen llevando el dinero con bolsas y porteadores, como si fueran colmillos de elefante, tesoros piratas o jabalíes asados. Yo no entendería lo de Pano en Ferraz como una cosa práctica, que nunca es práctico llevar dinero como si fueran ladrillos, ni tampoco como ostentación, sólo para que se vea el dinero en su volumen de cosecha. No, yo sólo lo entendería como atavismo, porque ese dinero que aparece humeante al abrir la bolsa, como rajando una tripa, es como un dinero que hubieran cazado. Y nuestros políticos / corruptos son cazadores.

Nuestros políticos / corruptos cazan mordidas, comisiones, favores, influencias, y nada de eso se puede hacer con cheques de chupatintas ni bizum de tiesos

Nuestros políticos / corruptos cazan mordidas, comisiones, favores, influencias, y nada de eso se puede hacer con cheques de chupatintas ni bizum de tiesos. Hay que hacerlo con hachas de piedra, cuchillos de desollar, barreños de sangre, barreños de tripas, barreños de sebo, barreños de cuerno que hay que llenar, mover, arrastrar, cargar, rebosar, hasta que se concretan en una bolsa de dinero que se vacía como si fuera una alfombra de oso vacía ya de oso. Yo creo que por eso tienen todos esa pinta de carnívoros, incluso sin acercarse todavía a los mesones, o esa pinta de trogloditas, incluso sin coger todavía a la Jesi por el hueso del moño. Eso los señoros, porque las señoras de la tribu suelen tener pinta de cocineras estranguladoras de gansos, de matronas de ruló o, a veces, de hambrientas bailarinas de fogata. Nos estamos preguntando de qué sería ese supuesto dinero, para qué sería ese supuesto dinero, y es como preguntarse para qué querían pieles y puntas de lanza los hombres de las cavernas, sino para poder ser hombres de las cavernas.

Nuestros políticos / corruptos son una tribu y tienen costumbres de tribu, o sea pagar con bolsas de dinero como con cabras, arrastrar billetes como capachos con adobe, practicar cierto grado de canibalismo selectivo y, sobre todo, por lo visto, cazar, comer, beber y copular en la misma ceremonia confusa y arriesgada. Todo esto nos parece peligroso e innecesario, como subir a un cocotero para coger un triste coco (hasta la Jesi nos parece un triste coco, demasiado caro), pero esta tribu vive en el peligro o no viviría. O, al menos, no viviría tan bien como ahora, repartiendo chozas y abalorios entre sus chatis, o chatis entre sus chozas y abalorios. Supongo que si uno opta por ser cazador sólo le queda cazar, aunque la pieza de caza esté siempre un poco viva en la posibilidad y en el susto. Es lo que pasa con el dinero en bolsas, que aún se puede escapar como una serpiente y aún te puede morder como una tarántula. Son riesgos de la caza o de la política, que pueda salir una señora con pinta de casera de asesino en serie declarando que llevó bolsas sospechosas o bolsas sin ninguna sospecha, y el rastro sea tan fácil de seguir que no haga falta ni el rastreador de la tribu.

Carmen Pano, empresaria de la tribu o empresaria sin más en este país cercado por tribus, asegura que llevó a Ferraz 90.000 euros como al vapor, 90.000 euros fermentados, 90.000 euros en marfil o muelas de oro, 90.000 euros con condensación, rigidez y peso de muerto, en un trabajo como egipcio, pirata o sepulturero. Uno se pregunta, así de repente, si una bolsa con dinero o con cráneos o con muerto o entremuerto pasaría o no pasaría por seguridad, por el arco, por los rayos X, o acaso en Ferraz hay un pasadizo sólo para la tribu, o un fielato sólo para el dinero al taco. 90.000 euros en Ferraz, al peso, en dos bolsas chocantes y chorreantes como las de un descuartizador, no sabría uno dónde colocarlas ni en la recepción ni en la política decente. Claro que nadie espera que eso se pueda colocar en la política decente.

Si Carmen Pano dice la verdad, yo entiendo lo que pudo pasar en Ferraz. El dinero no es el mismo cuando se lleva caliente en una bolsa, como si fuera una placenta, un dinero directamente arrebatado a la decencia o a la ciudadanía como una vida arrebatada a los dioses o a una mamá elefante. O sea, no sólo un premio para el audaz sino un homenaje a su fuerza. Es algo atávico, cazar para sobrevivir o mangar para sobrevivir, y aullar luego ante los trofeos. Nuestros políticos / corruptos son cazadores, lo que ocurre es que si Ferraz es una cabaña de caza ya no hace falta preguntar a qué se dedica el dueño. Sí, yo entiendo lo que pudo pasar en Ferraz, que si no esperaban tanto el dinero como la pieza de caza no se iban a extrañar ni a espantar de que alguien entrara por la puerta y trepara a los despachos con bolsas calientes y tripas colgando. Lo raro sería que hubiera entrado un bizum, o un verdadero servidor público.