Leire Díez, la socialista sin trabajo, la socialista que no conoce nadie, ya era sospechosa por eso mismo antes de que nos la presentara El Confidencial como fontanera, oficio que en España siempre ha estado entre la estafa castiza y el porno castizo. Una fontanera asesina y silenciosa, con soplete y pies de gato, una sombra con hacha de grifería, una estranguladora gota a gota, una señora de peto y tabaco negro con el desatascador como una guadaña, era lo que nos estaba faltando. Alguien, por fin, que se mancha las manos de hierro y mierda, y que hasta habla de muertos, aunque sean muertos civiles, como el que habla de losetas. Yo digo mucho lo del sotanillo de la Moncloa, donde el sanchismo, como entre sopas de letras y de sobre, piensa palabros, relato, excusas, escapatorias y culpables, o sea crea guiones en vez de gobernar. En el fondo no son chupatintas, sino líricos buscando el adjetivo en flor como un poeta del mayo florido. El fontanero es otra cosa, alguien que sale con gran chapoteo de botas y sudor a cazar fugas y a cazar ratas. Nos faltaba alguien así, y es como si a Koldo le hubieran encontrado la novia poética y frankenstéinica, aún más horripilante que él.
Ha llegado Leire Díez, la fontanera arremangada, con exigencias y resoplidos, con prisa de furgoneta mal aparcada o de bocata de salchichón a medias. Ha llegado para rescatarnos de las ambigüedades, los eufemismos y los neologismos como de los naufragios domésticos por los que se llama al fontanero. Una cosa es inventarse o descubrir la “fachosfera”, como quien descubre un fósil precámbrico o una raíz indoeuropea, o lo de “máquina de fango”, que es como patentar una tuneladora, y otra cosa es llegar, mirar el panorama del PSOE empantanado y decir del jefe de la UCO que “si está muerto, mejor”. Ha llegado la fontanera, por fin, para rescatarnos del sanchismo con flexo y dioptrías, como el de Bolaños (algunos tienen dioptrías también en el flexo, como un foco de faro marítimo). Sólo teníamos palabras y ahora ya vamos teniendo muertos o proyectos de muerto, como el proyecto de un baño con hidromasaje.
La fontanera destripa al enemigo como nos destripa la casa, dejando una sucia y realísima batalla. Por eso se les llama fontaneros de la política, no electricistas ni mecánicos, porque tocan lo que nadie quiere tocar, ven lo que nadie quiere ver y hasta piensan en lo que nadie quiere pensar, todo lo que baja por nuestro cuerpo y nuestras cañerías, que son como los grandes gusanos que terminan de hacer la digestión de nuestras miserias. Claro que, a lo mejor, querer arreglar las fugas metiendo en las alcantarillas verdes cadáveres de guardias civiles como de cocodrilos ya es exageración o pánico. Leire Díez está haciendo fontanería a cañonazos y va a terminar dejando los grifos y al partido colgando en el vacío, como suicidas. Pero supongo que cuando uno se arriesga a reventar su casa así es que no tiene muchas más opciones.
Nos faltaba alguien así, y es como si a Koldo le hubieran encontrado la novia poética y frankenstéinica, aún más horripilante que él
Leire Díez es una fontanera con arpón de buzo, lo que no tienen claro todavía algunos es que sea fontanera del PSOE. Y les doy la razón. Podría ser una fontanera por libre o voluntaria, que disfruta o se relaja desatascando mierda de este calibre como el que hace papiroflexia o cultiva orquídeas. O una fontanera contratada por alguien, pero no por el PSOE. Esto tiene sentido, porque cuando un particular, quizá un empresario aguililla, tiene un marrón gordo que llega hasta la UCO, lo que hace es llamar a una exconcejala de pueblo o a una responsable de museos postales, que son los perfiles más buscados para ser solucionador de problemas, como un señor Lobo filatélico. Además, los particulares pelagatos, sobre todo los inocentes como los que están imputados en el caso Koldo o el caso Begoña (si no hay corrupción no puede haber corruptores), ya sabemos que suelen tener la confianza, el poder y los apoyos suficientes como para atreverse a chantajear por esas alturas de teniente coronel alicatado, y con esta chulería.
Yo creo que el PSOE sólo nos quedaría muy al final de nuestras hipótesis, sólo por ser los que tienen más problemas, más poder y menos vergüenza; sólo por ser los que saldrían más beneficiados si los tenientes coroneles de la UCO o toda la UCO terminaran en un pantano más o menos metafórico o cementero, con tricornio de hormigón o con al menos un peso en la conciencia, tras un trabajito fino de fontanería. Seguramente Leire Díez es una fontanera de muchos atascos y de mucha vocación, o sea más vocación fontanera que socialista, como suele ocurrir en los políticos, sobre todo los de medio pelo o los de subsuelo, que les puede más la vocación civil que partidista. Y seguramente, también, El Confidencial la considera mano derecha de Santos Cerdán por pura maldad fachosférica, que no se puede pensar otra cosa después de que el partido y los ministros hayan puesto en el fuego por él la mano derecha o la otra, como en una ceremonia ocultista (ya son muchas manos y derechas aquí, como en la conspiración o cacería contra Sánchez).
Leire Díez hace como la pareja cómica y bruta de Koldo, aunque hasta él, como Ábalos o Santos Cerdán, parecen sólo posar (ya citábamos ayer su foto quinqui), mientras que esta desconocida con pinta de fontanera o butronera ya va queriendo meter en sobres de pino o en cartapacios de piedra a los mandos policiales. Pero yo creo que todo es un bulo, que si la fontanera Leire Díez va mucho por Ferraz es porque allí tienen muchos atascos, grandes atascos como naumaquias, por la lana que flota y por los pelos de sus señores peludos de mucha juerga peluda. Sí, quién consideraría sospechosa a una socialista invisible, que por no tener no tiene ni enchufe, pero que se atreve a sanear o reventar toda la UCO como si fuera un adosado, dejando muertos civiles como arandelas de sobra. Aún se creen los de la máquina de fango que nos vamos a tragar que todo sea, al final, ni más ni menos que lo que parece. Pero todo se descubrirá. Ya vemos agitarse desatascadores como guadañas o guadañas como desatascadores. Va a florecer la mierda como mayo, a ver los palabros que se inventan para eso los del sotanillo o los de la furgoneta.
2 Comentarios
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hace 1 semana
Los guiones de las series dedicadas a Ábalos y su…amiga, el de Cerdán y su…fontanera, va a ser poca cosa, comparados con el guión de la serie dedicada a Sánchez y su… familia.
hace 1 semana
Tengo para mí que el sotanillo de la Moncloa está empezando a hacer aguas, que los que allí trabajan creando guiones exculpatorios están desbordados, y por eso las cañerías se van atascando día a día, porque las alcantarillas de Moncloa, que están comunicadas con las de Ferraz, se han convertido en un auténtico albañal que está a punto de rebosar.
¿Cómo entender si no la escapatoria que se han inventado ahora, eso de que la fontanera “no está en nómina” del PSOE? ¿Quién había dicho que lo estuviera? ¿Cómo es posible que no caigan en la cuenta de que ese tipo de excusas son las que utilizaría una organización mafiosa que, precisamente por serlo, se cuida mucho de elegir muy bien a quién le encarga un trabajo? ¿Qué pasa si pensamos en la alternativa que esa frase destapa, que la fontanera sí estuviera “en nómina”? No habría escapatoria posible entonces, ¿verdad? ¿Y acaso esa forma de argumentar no sigue llenando el albañal?
En lugar de denunciar lo que esta afiliada, con un pasado de concejal y de alto cargo nombrada a dedo en empresas públicas, ha hecho, y defender a la UCO, lo único que importa es dejar claro que el PSOE no paga fontaneros, aunque entren y salgan de Ferraz como Pedro, nunca mejor dicho, por su casa.
“Si Balas está muerto, mejor”. Hasta los nombres se hacen palabros que se les enredan en el relato a los del sotanillo de la Moncloa. Ahora sólo les ha faltado decir que el Partido no contrata pistoleros a sueldo.