Existen múltiples métricas a la hora de valorar el negocio de una compañía. Ingresos, gastos, márgenes financieros o ratios de endeudamiento son algunas de las principales herramientas con las que cuenta un inversor que quiera analizar la situación de un valor.

En el caso de Merlin Entertainments, estas métricas ofrecen un panorama alentador. El mayor operador de Europa y segundo a nivel mundial de parques de atracciones registró durante 2016 un incremento de sus ingresos del 11,7% y una mejora de sus beneficios ajustados por acción del 9,3%.

Estas buenas cifras no han pasado desapercibidas para los inversores. El grupo registraba el pasado 2 de junio máximos históricos, tras acumular un alza superior al 40% en menos de 16 meses, llevando su capitalización por encima de los 5.000 millones de dólares (5.675 millones de euros).

Pero el buen tono de Merlin parece apagarse en las últimas jornadas. El valor cayó este martes un 2,7% y se deja ya cerca de un 10% en sólo siete sesiones.

El grupo advierte una caída de la demanda tras los últimos atentados en Reino Unido

Detrás de esta mala racha se esconde uno de esos factores que resultan mucho más difíciles de valorar para analistas y expertos: el miedo. Precisamente, un día después de su récord se produjo en el Puente de Londres un atentado en el que murieron ocho personas. Un suceso que tuvo lugar apenas dos semanas después de otro ataque en Manchester, que produjo más de veinte víctimas.

Tras sortear sin demasiado impacto el atentado de marzo, la dirección de Merlin, propietaria entre otras atracciones del London Eye o de Legoland, ha reconocido este martes durante una junta de accionistas que los últimos sucesos "han resultado en un deterioro adicional de la demanda interna y, dado el típico retraso entre las reservas vacacionales y las visitas, también somos cautos sobre las tendencias de las visitas extranjeras en los próximos meses".

Pese a que Merlin está presente en unos 24 países, el mercado británico represente un tercio de su negocio, por lo que estas advertencias representan un jarro de agua fría sobre las perspectivas del grupo. "Esperamos que las previsiones del consenso bajen, pero pensamos que muchos analistas e inversores tal vez quieran dar más tiempo para evaluar la duración del impacto, especialmente porque el grupo publicará sus resultado semestrales el 4 de agosto", comentan en Citi.

También los analistas de Barclays optan por la prudencia, pero también ven unos riesgos crecientes a la baja, por el impacto de los atentados y a pesar del efecto positivo de la debilidad de la libra. "Si bien creemos que la libra más débil debe apoyar la demanda turística hacia Londres, comprendemos perfectamente la prudencia de la dirección sobre las perspectivas comerciales después de los recientes ataques y el efecto que tales sucesos ha tenido históricamente en el turismo", apuntan.

Los expertos dudan de que el impacto de estos sucesos persista a largo plazo

Pero esta prudencia en el corto plazo no tiene por qué eclipsar del todo las buenas perspectivas de Merlin Entertainment a más largo plazo. Así lo defienden en Citi: "Esperamos que la confianza retornará y subrayaríamos las virtudes a largo plazo del caso de inversión. Esperamos un crecimiento medio del beneficio por acción del 11% anual durante los próximos cinco años y ver crecimiento de doble dígito sostenible en el largo plazo mientras el grupo lanza sus marcas por todo el mundo".

El banco estadounidense otorga a Merlin un potencial superior al 15%, mientras que Barclays lleva sus expectativas de revalorización del grupo por encima del 17%.

Y es que el coste del miedo puede ser difícil de valorar, pero cuesta pensar que pueda ensombrecer un negocio sólido.

Existen múltiples métricas a la hora de valorar el negocio de una compañía. Ingresos, gastos, márgenes financieros o ratios de endeudamiento son algunas de las principales herramientas con las que cuenta un inversor que quiera analizar la situación de un valor.

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