Visa y un botín de 17 billones de dólares

Las monedas y los billetes pierden terreno. Poco a poco, el auge de los nuevos medios de pago, basados en la tecnología, ha ideo transformando los modos como se producen los intercambios de dinero a nivel global. ¿Se acerca el fin del dinero en efectivo?

Lo cierto es que el uso de alternativas a los pagos en metálico no es una novedad. Desde hace varias décadas, las tarjetas de crédito representan un elemento frecuente en la actividad comercial. Pero la pujanza de estos métodos alternativos ha ido en aumento en los últimos años, a medida que se ha extendido el comercio digital y las posibilidades de intercambios de dinero no físico en tiempo real.

Se calcula que hasta 2020 el gasto minorista digital crecerá a tasas anuales del 20%, frente al 4% de crecimiento de los pagos con dinero físico.

Ante esta tendencia, los grandes jugadores del mercado de los medios digitales de pago han salido fuertemente beneficiados. Tanto Mastercard como Visa acumulan repuntes en el entorno del 500% en los último siete años.

Se calcula que hasta 2020 el gasto minorista digital crecerá a tasas del 20% anual

Ésta última celebraba la semana pasada un encuentro con inversores en el que volvía a poner de manifiesto sus planes para sacar un mayor rédito del auge de los pagos digitales. Y su estrategia parece convencer a los expertos: "Creemos que Visa se beneficiará de manera desproporcionada de la migración a digital en marcha, dado que tiene un 43% de cuota del gasto digital", observan en Nomura.

Tomando como referencia datos de 2016, el proveedor de tarjetas de pago considera que aún hay oportunidades para digitalizar hasta 17 billones de dólares (unos 15 billones de euros) de traspasos en efectivo. "Visa planea perseguir agresivamente la oportunidad mediante el uso de los pagos digitales, la creación de asociaciones clave (por ejemplo, estableciendo relaciones con gobiernos que están empujando hacia una sociedad sin dinero en efectivo) y ampliando el acceso a los productos Visa (por ejemplo, expandiendo la aceptación en los comercios y entrando en nuevos segmentos)", explican los analistas de Nomura.

Uno de los puntos en los que la compañía parece haber puesto el foco es el servicio de pagos en tiempo real, a través de su servicio Visa Direct. Según explican en Citi, el volumen de negocio de Visa Direct creció en 2016 un 65%, hasta los 12 billones de dólares, "y seguirá creciendo a medida que amplíen sus capacidades. La compañía tiene 1.000 millones de tarjetas Visa habilitadas con capacidades de fondos rápidos (por ejemplo, pagos push), incluyendo contabilización en tiempo real y disponibilidad de fondos". La presencia global de la compañía es una de sus grandes ventajas en este campo, según resaltan los analistas del banco estadounidense.

Con todas estas armas, desde la firma de análisis Cowen se muestran convencidos de que Visa será capaz de generar a largo plazo un crecimiento de ingresos en un sólo dígito elevado o de doble dígito.

La competencia está limitada por los costes y la complejidad de montar un sistema de pagos

Sin embargo, como sucede en otros múltiples campos, el negocio de los pagos digitales se enfrenta al riesgo de que los gigantes de la tecnología irrumpan en la industria cambiando las reglas de juego. Pero según defienden en Nomura, "el coste y la complejidad de establecer una infraestructura segura de pagos globales le proporcionan una amplia protección".

Desde el banco nipón citan el ejemplo de Apple para señalar "que los competidores encontrarán más rentable aprovechar el ecosistema existente en lugar de tratar de desmantelarlo, lo que resultaría extremadamente caro y llevaría tiempo".

De este modo, los expertos confían en que Visa pueda extender su particular escalada en bolsa, a pesar de las ganancias acumuladas. En Citi, le conceden un potencial del 5%, mientras que Nomura y Cowen confían en que remonte más del 10%.