El nombre de Florentino Pérez suele ir asociado a grandes tratos. Como presidente del Real Madrid ha firmado algunas de las transacciones más costosas de la historia del fútbol. Y al frente de ACS no se ha amilanado ante operaciones de calado, como su entrada en el capital de Iberdrola -en la que llegó a controlar cerca de un 20%- o la toma de una participación mayoritaria en el grupo alemán Hochtief.
Por eso, pocos han podido sorprenderse de verle pujar por la mayor operación empresarial en España en los últimos años: la compra de Abertis. Y tampoco son muchos lo que han dudado en este periodo de que el máximo dirigente de ACS estaría dispuesto a hacer el máximo esfuerzo para salir vencedor en la puja que mantiene con el grupo italiano Atlantia para hacerse con el negocio de la gestora española de autopistas.
Al fin y al cabo, son muchos los analistas que han defendido el valor que tendría para la constructora española hacerse con una compañía como Abertis, que le aportaría una notable diversificación, mayor potencial de crecimiento rentable y una fuerte generación de flujos de caja.
Pero en el mundo de los negocios todo tiene un precio y el mercado hace tiempo que viene señalando a Florentino Pérez que el margen para seguir compitiendo por la empresa que preside Salvador Alemany era ya limitado, una vez que los rumores apuntaban a que Atlantia estaba dispuesta a pagar más de 20 euros por acción, lo que implica valorar a Abertis por encima de los 20.000 millones de euros.
El temor a que ACS pagara un precio excesivo por Abertis ha pesado en su cotización en los últimos meses
Y el temor a que ACS se lanzara a competir a esos precios ha tenido un notable coste en bolsa: entre el pasado 1 de noviembre y este martes, las acciones de la compañía española sufrieron un retroceso del 21,4%, mientras que su filial germana Hochtief -a través de la que se ha estructurado la oferta por Abertis- también vio esfumarse más de un 13% de su valor. En total, 3.650 millones de capitalización esfumados en poco más de cuatro meses.
Podría argumentarse que este descalabro no puede atribuirse exclusivamente a la puja por Abertis, sino que responde, en parte, a una cuestión de sector, amenazado por la expectativa de una próxima subida de tipos. Pero el mercado ha sido incluso más elocuente este jueves, cuando ha respondido a la noticia de que ACS negocia con Atlantia un acuerdo que les permita repartirse los activos de Abertis sin necesidad de embarcarse en una guerra de ofertas: las acciones de ACS se han disparado un 7,75% y las de Hochtief otro 7,34%.
"El menor riesgo de una guerra de ofertas y un posible menor coste total de la adquisición son buenas noticias para las acciones de ACS. En nuestra opinión, esta es una solución razonable para ACS, posiblemente la mejor en el escenario actual. Evitaría entrar en una guerra de ofertas de adquisición y terminar pagando en exceso y sobreestresando el balance de Hochtief", indican los analistas de Banco Santander.
Firmas como Sabadell ya habían advertido de que la compra de Abertis dejaría de tener sentido para ACS a niveles superiores a 19,1 euros y, en esa tesitura, ya varios analistas habían sugerido la posibilidad de un acuerdo con Atlantia como la opción más aconsejable para ambos grupos.
Es cierto que ACS no llega a esta pugna en una mala situación financiera. El grupo cerró 2017 con una deuda neta históricamente baja de tan solo 153 millones de euros, tras rebajarla en el ejercicio en más de un 87%.
Los expertos creen que un acuerdo para repartirse Abertis con Atlantia es la mejor solución posible
Lejos quedan los tiempos cuando la deuda del grupo que preside Florentino Pérez se ubicaba por encima de los 16.000 millones de euros, a cierre de 2007, debido a los esfuerzos realizados para reforzarse en el capital de Iberdrola y Hochtief. Pero precisamente el recuerdo de aquellos días ha agudizado la inquietud de algunos inversores, que recuerdan cómo esa deuda acumulada en un escenario propicio para ello tornó poco después en una pesada losa que incluso llegó a comprometer la viabilidad de la compañía cuando las circunstancias del mercado se oscurecieron.
Este jueves, sin embargo, Florentino Pérez ha dado muestras de haber aprendido la lección y se esfuerza en llegar a un acuerdo que evite una guerra encarnizada de dudoso beneficio.
En torno a ese posible pacto con Atlantia todavía subyacen notables interrogantes, como el esquema de reparto de activos -en Alantra consideran que para ACS los más interesantes serían las concesiones de Abertis en Europa- o la valoración de los mismos.
Pero lo que parece claro es que el temor del mercado a que el grupo español de infraestructuras haga un esfuerzo excesivo para hacerse con Abertis pierden fuerza. Y, como observan en BPI, en estas circunstancias será más fácil que los inversores reparen en las fortalezas intrínsecas del negocio de ACS, evidenciadas en sus buenos resultados de 2017.
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